CAPÍTULO 13

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- Pedro: (se encogió de hombros aún cuando su respuesta fuera si) deberías darle las dos opciones primero y ver que hace (dijo suplicando internamente que Chiara se mudara con su padre o en unas de sus casas) no sé predecir qué hará y a decir verdad, no la conozco lo suficiente

Luis asintió pensativo.

Pedro esperaba que Chiara se mudara con su familia, Luis no quedaría mal y tanto Chiara como Max estarían a salvo, así él quedaría en un posición neutral y su familia no se vería afectada por esa situación, pero con lo nuevo que Jessenia había propuesto, no sabía cómo reaccionaría Chiara.

¿Sería capaz de dejar a su hijo? O ¿Luis sería capaz de quitárselo?

(•••)

Miró por la ventana una vez más, algo indeciso, no sabía si debía entrar o no.

La veía dormida, o aparentemente estar dormida, sabía que esa posición tan perfecta no era la que solía tener al dormir, siempre se desparramaba por toda la cama. Lo sabía perfectamente porque muchas veces se había quedado horas, o incluso noche, solo observándolo dormir, teniendo que en cualquier momento desapareciera de su vida.

Y ahora lo había hecho.

Él estaba al otro lado de esa ventana viéndola, sin atreverse a hablar con ella.

Y entonces envío a Chiara, por esa relación tan estrecha que tenía con su hijo, en la que se esforzaba por cuidarlo y quererlo, donde ponía atención a muchas de sus necesidades, y el niño le respondía de la misma manera, buscando cuidarla a cómo diera lugar. Como esa misma tarde había corrido hacia él para que cuidara a sí madre de Giorgio, y luego Chiara, a pesar de estar muy asustada también, lo tranquilizó y le brindó su amor maternal.

Y se preguntaba qué estaría pasando en esos momentos si Nadia lo hubiese elegido por sobre Jessenia. Si hubiese ido tras él y se hubiera quedado a su lado.

Suspiro con frustración, esa situación no iba a cambiar si se quedaba viendo la ventana, pero también podía notar que la niña no quería hablar con él, o de lo contrario se hubiese levantado de la cama, no estaría fingiendo estar dormida. Suspiro de nuevo con rapidez, de verdad necesitaba que ella estuviera en su vida para mantener alejados los deseos oscuros que lo solían atormentar.

Entro en la habitación con cautela, pero la niña no cambió de posición no hizo movimiento alguno de haberle detectado, simplemente lo ignoraba, fingiendo estar dormida.

Y esa indiferencia le dolía en lo más profundo de su corazón. Porque necesitaba a su hija, aún si las cosas con Jessenia no salieron como debían salir, Nadia no dejaría de ser su hija, la persona más importante de su vida, lo único que le daba luz en toda esa vida de mentiras y blasfemias que vivió desde niño.

Pero ella seguía fingiendo estar dormida.

Se detuvo al lado de su cama, planteando todas sus opciones, pensando en tal vez zarandearla para hacerle saber que él sabia que no estaba dormida. Pero eso sería muy brusco, incluso para el. Dejo una figura de origami en el buró al lado de su cama y luego se inclinó sobre ella para dejarle un beso en la frente. Vio a la niña tensarse, pero siguió sin moverse, solo apretó más los ojos.

- Raymond: te amo Nadia (dijo antes de salir por la ventana)

La niña abrió los ojos y se sentó de golpe, pero raymond ya había desaparecido del lugar, dejando la ventana abierta como la prueba de que no fue un sueño.

¿No había dicho su mamá que ellas no le importaban?

Puso las manos entre sus rodillas y luego bajo la cabeza, de verdad que no entendía nada.

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora