CAPÍTULO 17

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No pudo contenerse por más tiempo, no podía seguir guardando ese odio que amenazaba con quemarla desde dentro, de una manera u otra, debía sacarlo. Solo que no esperaba las consecuencias que le traería. De un momento a otro, quedó estampada contra la pared con mucha fuerza, su brazo izquierdo punzaba dolorosamente y sentía la fuerza de la mano de Luis que la mantenía en ese lugar. Alzó su mirada algo atontada por el golpe y vio la furiosa mirada azul sobre ella.

- Luis: NO VUELVAS A HABLAR MAL DE ELLA (le grito)

La mujer trató de soltarse, pero el rubio solo apretó su agarre. Chiara cerró los ojos un momento para concentrarse. Entonces el rubio la soltó y se alejó unos pasos de ella, la mujer ya tenía el puño preparado, listo para darle un buen golpe y evitar que el rubio se volviera acercar a ella. Pero se quedó a la mitad, una pasó oprimía su muñeca y le impedía llegar a su destino.

- Jeyson: Chiara, tranquilízate

La mujer miró hacia la derecha, hacia la persona que detenía su puño.

- Luis: hola jeyson (dijo con algo de alivio)
- Chiara: (soltó su mano de una manera brusca, bastante enojada de la intervención de su primo. Después dirigió su mirada a Luis por unos segundos antes de girarse) NO VA A DEJAR LAS CLASES Y MUCHO MENOS EL ENTRENAMIENTO (le espetó al rubio aún sin verlo entrando a la casa)
- Jeyson: (entró tras ella con paso presuroso, dejando al rubio con una sensación de culpa en la entrada de la casa) Chiara (le llamó una vez dentro de la casa) disculpe mi osadía de detenerla, pero no puede ir por la calle golpeando al gobernador, el salvatore podría mandarla arrestar por eso

Jeyson la tomo de los antebrazos, tratando de hacerse entender, pero Chiara se separó de él con brusquedad, al sentir el pinchazo de dolor, pues Jeyson le presionaba donde el rubio le había herido, haciéndole creer a Jeyson, erróneamente, que no quería que la tocara o dirigiera a ella.

- Jeyson: lo siento (se disculpo de nuevo haciendo una inclinación) sé que no debí...
- Chiara: ¡levántate! (dijo exaltada)

Había estado sobándose los brazos por encima de la camisa, aligerando la punzada de dolor que aún sentía, que no se había dado cuenta en qué momentos su primo se había inclinado hacia ella en forma de disculpa. No estaba enojada con el, sabía que era una forma de protegerla.

- Jeyson: lo siento (repitió de nuevo el ya de pie) se que no es mi deber intervenir....
- Chiara: deja de disculparte jeyson (dijo viendo hacia la cocina, donde escuchaba a su hijo resolver cosas) todo esta bien

Jeyson dedujo, de nuevo erróneamente, que huía de su mirada. Hasta que vio que Max salía de la cocina con una enorme sonrisa. Misma que desapareció al verlo. De nuevo sus pensamientos se perdieron en la culpa, y que posiblemente el niño le tuviera miedo luego de que Giorgio fuese a la casa a tratar de llevarlos a la fuerza a la mansión con el, y aún no sabía la razón por la cual el hombre había desistido, podía justificar el miedo que el niño parecía tenerle. Aunque se deducción diera muy lejos de la realidad.

- Max: (observó a jeyson y suspiró con cansancio) hola tío jeyson (saludo al ver la mirada de su madre sobre el)
- jeyson: (le sonrió amablemente) hola Max ¿como has estado?
- Max: (se rascó la cabeza con una sonrisa fingida) bien..... oe tío jeyson (dijo viendo al castaño fijamente) ¿te vas a quedar mucho rato?

Chiara vio a su hijo fijamente, algo extrañada de que usara ese tono con jeyson, mientras el castaño soltó un suspiro.

- Jeyson: aún no lo sé (dijo viendo a Chiara) es probable que no

El niño miró ambos adultos un momento, analizando la situación y luego, dándole una sonrisa de disculpa a jeyson, tomó a su madre de la mano y la llevó a la cocina, donde se escuchaban sus voces susurrantes. Jeyson trato de distinguir entre los susurros, pero le fue realmente imposible. Segundos después Max salió muy animado de la cocina y haciendo un gesto de despedida con la mano, corrió escaleras arriba, sin perder su sonrisa.

- Chiara: ¿quieres un té?

El castaño dirigió su mirada hacia Chiara que sonreía desde la cocina, terminado de confundirlo. Era muy extraña la interacción entre madre e hijo. Soltó un pequeño suspiro de nuevo.

- jeyson: Claro (dijo caminando tras su prima a la cocina)

(•••)

Observó los documentos con cuidado, todo le llamaba la atención, su mente analítica comenzó a trazar un plan. No debía desaprovechar una oportunidad como esa, no podía dejarla pasar. Ignorando la punzada de culpa que sentía, comenzó a preparar los documentos.

Le sorprendía levemente la forma en la que Luis estaba manejando la situación, supuso qué tal vez tendría más cuidado con ese tipo de cuestiones, ya que era Chiara la que mantenía su estatus en la ciudad.

Cuando termino de preparar los documentos, los puso junto a los de la ciudad de la REPÚBLICA DOMINICANA. Eran sus últimas cartas y debía jugarlas con mucho cuidado, el destino de sus hermanos dependía de ello, simplemente no podía fallar.

Aunque sin querer, era Luis, el mismo que ponía todo en peligro, el que le estaba dando sí última jugada sin querer. Después de todo... Chiara era su mejor carta.

(•••)

Miró la habitación una vez más, de verdad se veía vacía sin todas las cosas de Luis, sin todos los recuerdos de su vida compartida. Y sintió ganas de derrumbarse y tirarse, literalmente, a llorar en una de las esquinas de esa habitación. Ahora cuando la imagen que tenía del rubio había terminado de romperse.

Sus brazos lastimados era una prueba de ello.

Pero no debía de dejarse llevar por sus emociones, las cosas no dejarían de complicarse de ahora en adelante, no solo en cuestiones económicas, tan solo al día siguiente, cuando se hiciera pública la separación, vendría la reacción de la cuidad. Y no sabía si sería buena o mala.

Jeyson había insistido toda la tarde en la manera de manejar la separación, que dijera las rózanos verdaderas, que pusiera en evidencia las fallas que había cometido Luis... pero no lo haría. Aún si era un idiota, no podía dejar que su hijo perdiera aún más la imagen que tenía de él. Lo había notado esa tarde, el niño ni siquiera quería hablarle a su padre.

Ella sabía que era crecer con la imagen de un padre ausente, y sin duda eso no era lo que quería para su hijo. Quería que su hijo admirara a su padre y que pudieran pasar más tiempo de calidad juntos.

Salió de su ensoñación dando un pequeño suspiro. Aún debía poner en marcha el "plan" de Max. Aunque si era sincera, ese "plan" le causó gracia y le alegró la tarde después del mal rato con Luis.

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora