CAPÍTULO 79

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- Thomas: (la miró sin dar crédito a sus palabras) ¿crees que me creeré eso? ¿Que no los culpas?
- Aurora: (se encogió de hombros) no lo hago, soy una militar, eso es parte del trabajo

El hombre bufo.

- Josep: Thomi, ¡es hora de irnos!
- Thomas: ¡Thomi está listo!

El rubio le miró irritado pero no hizo comentario alguno, tenía que hacerse a la idea de que ese era su compañero permanente a partir de ahora.

La chica suspiro cuando se quedó sola de nuevo, alzó la mirada cuando sintió otra presencia, viendo al chico que estaba frente a la puerta, bajo la mirada rápidamente, el moreno le miró fijamente por varios segundos, aunque la chica no lo veía, seguramente no queriendo verlo a los ojos.

- Melvin: ¿qué hablabas con Thomas? (pregunto directamente)
- Aurora: (siguió sin mirarlo) cosas sin importancia (dijo en voz baja) es un tipo bastante raro
- Melvin: supongo que en eso tienes razón
- Aurora: (resistió el impulso de alzar la mirada) ¿que quieres?
- Melvin: ¿me tienes miedo?
- Aurora: no
- Melvin: entonces levanta la cabeza
- Aurora: no
- Melvin: (se le quedó mirando fijamente unos segundos más) eres bastante torpe para ser militar
- Aurora: (saltó ligeramente sorprendida) eso no le incumbe
- Melvin: supongo que no

Se dio la vuelta aún sin verlo y se recostó, tenía la misma actitud irritante que su hermano.

Melvin se alejo.

(•••)

Se dio la vuelta una vez más, tratando de no despertar a Raymond.

- Raymond: ¿está todo bien?
- Chiara: (casi saltó y soltó un suspiro girando de nuevo) lo siento, no quería despertarte
- Raymond: (movió su mano y jugó con sus cabellos) estás rara desde la cena
- Chiara: (negó) solo estoy algo nerviosa (mintió)
- Raymond: ¿nerviosa?
- Chiara: (asintió, no queriendo decir lo que pasaba por su cabeza) es que dijo que Aurora podría estar en peligro
- Raymond: (le miró fijamente, jalándola hacia su pecho, haciéndola sonrojar) ¿estás segura que es solo eso?
- chiara: si
- Raymond: (la separó un poco de su pasados unos segundos, levantándose sobre uno de sus brazos mirando hacia la puerta) ¿qué pasa Nadia?
- Nadia: (asomó la cabeza por la puerta) no Quería interrumpir
- Chiara: no pasa nada (dijo dándole una cálida sonrisa) ¿qué ocurre?
- Nadia: (se sonrojó bajando la mirada) ¿puedo dormir con ustedes?

Chiara miró a Raymond que asintió segundos después dando un suspiro.

- Chiara: claro (dándole una sonrisa)

Se hizo a un lado para hacerle un espacio, y Nadia se acosto entre ellos.

- Chiara: ¿tienes miedo de algo?
- Nadia: no exactamente
- Raymond: (la miró con duda) ¿entonces?
- Nadia: (lo miró por unos momentos) no lo sé

Chiara extendió sus manos y la abrazó pegándola a su cuerpo, haciéndola sonrojar levemente.

- Chiara: todo estará bien (dijo aún abrazándola) será mejor dormir

La Mila asintió, sujetándose a los brazos de la mujer.

Raymond los observó fijamente, sin saber qué pensar respecto a eso, esa mujer de verdad confundía sus emociones.

Ignoro sus pensamientos y se acercó a ella, pasando uno de sus brazos sobre su familia, solo faltaba que llegara Max.

Horas después pensaba en la mala suerte que tenía al invocarlo, mientras trataba de no caerse de la cama, pues cuatro personas en una cama matrimonial le dejaba un poco espacio y le quitaban aún más el sueño.

(•••)

Puso sus palmas contra la pared, mientras su ojo se ponía azul completamente.

Sonrió al cabo de unos segundos, viendo a la luna por medio de los barrotes de la celda.

- Aurora: Jaque mate (susurró con una sonrisa)

(•••)

Sus pasos eran simples, no llevaban mucha velocidad ni se quedaba atrás, sin embargo, su mente analizaba los millones de resultados de esta misión, esos resultados que no sabía si era capaz de asimilar, sobre todo por esos encuentros o desencuentros que podía sufrir.

Porque solo una cosa era segura dentro de toda la información recibida, y era que Melvin estaría ahí, listo para luchar de nuevo, y el ya estaba demasiado cansado de esa historia, y aún más, no sabía la manera de darle un final.

Cosas del pasado que se clavaban en su alma, con unos deseos oscuros de venganza que trataba de calmar, pero al mismo tiempo, otros que no podía identificar, porque las ganas de matarlo eran iguales a las de dejarlo vivo. Y aún con su vista fija en el camino, y todos sus sentidos alerta, se preguntaba si era posible aplazar esa reunión, cumplir con su misión y alejarse de ese lugar sin tener que topárselo, aún cuando eso era posible era poco probable.

Cerró los ojos unos momentos, esos ojos qué tal vez le podrían decir que debía hacer, aunque no pudo evitar recordar la ardua pelea y la forma de conseguirlos, trayéndolos de nuevo a la realidad, tenia que concentrarse en la misión, el destino de todo el mundo, literalmente m, dependía de poder ligarlo o no.

Miró de reojo a la mujer que caminaba a su lado, que tenía un aire pensativo y el ceño ligeramente fruncido.

- Raymond: ¿pasa algo?
- Chiara: (respingó, sonrojándose un poco y negando con la cabeza) solo repasaba la misión (dijo con una sonrisa)

Raymond asintió y regresó su vista al camino, mientras Chiara trataba de concentrarse.

Raymond lucia muy preocupado, Seguramente estaba pensando en ella y en si estaría bien.

Se quedó ligeramente atrás mientras su mente viajaba a las millones de posibilidades que había entre la relación que tenían esos dos, una en la que Raymond se negaba aclarar, no solamente con ella, y que solo la preocupaba más.

Ella pensaba que de alguna manera esa chica se imponía entre los dos, pero ¿y si era ella la que estaba en medio?

Raymond le había dicho que le gustaba, sin posibilidad a replicar, y a la había declarado su novia, pero no le contaba nada de su pasado, de la razón por la que regresó a la ciudad, porque dejó de buscar a su hermano con deseos oscuros, tantas cosas sobre el que no sabía, y qué tal vez nunca sería capaz de saber.

Sin embargo ella, lo había abrazado al segundo de verlo, él la había llevado a su casa esa misma noche y le había cedido su habitación.

Tal vez ella misma la que se interponía, ella y Rodrigo se interponían en medio de ellos dos.

Lo observaba de reojo, el hombre estaba demasiado concentrado, seguramente pensando en ella, seguramente preocupado por ella.

- Rodrigo: ¿pasa algo Chiara (dijo sacándola de sus pensamientos) la noto muy distraída
- Chiara: (se sonrojó, y negó con las manos) nada, lo siento
- Raymond: (le observó determinadamente cuando volvieron a caminar) ¿qué pasa?
- Chiara: (lo miró y le regaló una sonrisa) nada, será mejor concentrarnos, estamos por llegar

Raymond siguió caminando con calma, deteniéndose, al igual que Chiara, segundos después al ver la comitiva que los esperaba.

- Chiara: ¡¿ese es Lorenzo?! (Casi gritó incrédula)

Lorenzo le vio con calma, casi riendo de su mirada sorprendida al verlo al lado del gobernador de la República Dominicana.

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Where stories live. Discover now