CAPÍTULO 6

106 16 2
                                    

No podía negar que estaba estresado. Esa situación de verdad lograba ponerle los nervios de punta. Sabía todo lo que estaba en riesgo y todo lo que podía perder si no jugaba bien sus cartas. Debía mover su mano con sumo cuidado... pero él nunca había sido la persona más lista del mundo.

Por eso lo necesitaba a él.

Pero no sabía si él quisiera ayudarlo. Aunque de no ser así, estaba dispuesto a todo para conseguirlo. Después de todo. Era el gobernador.

- Pedro: ¿me mandaste a llamar?

Salió de su ensoñación y vio que el hombre asomaba la cabeza por la puerta, asintió con la cabeza para que pasara.

- Luis: necesitaba hablar contigo sobre algo importante (De manera automática, puso sus manos hacia el frente)
- Pedro: si es por lo que hizo Lion a Max, debo de aclarar que todo está bien... además Max ya va para tu casa
- Luis: (frunció el ceño, no tenía ni idea a qué se refería) Pedro (dijo con tono suave) esto es algo importante

El moreno pensó que al rubio no le parecía importante el golpe que sufrió Max en la cabeza, pero no hizo comentario al respecto.

- Pedro: ¿de que es entonces?

Luis suspiro algo cansado e hizo un gesto con la mano para que el hombre se sentara. Pedro se sentó con paso lento y precavido, podía sentir los nervios a punto de explotar de Luis, así que analizó la situación cuidadosamente. Fuera lo que fuera que estuviese pasando, no parecía ser bueno, sobre todo si esto hacía que Luis se pusiera a pensar.

- Luis: me voy a separar de Chiara

El hombre abrió la boca sorprendido, si bien era consciente de la relación que el rubio y Jessenia mantenían, no creyó que esto diera lugar a otra cosa más que una aventura.

- Pedro: ¿QUE?

Tal vez estaba escuchando mal, tal vez por no dormir bien esos últimos días le estaba haciendo efecto. Pero el rostro serio de Luis le dijo que no era una broma y que lo que le decía, lo hacía muy en serio. Estaba dejando a Chiara, de la prestigiosa familia DI SANTIS, y lo que le dio el puesto gobernador, por Jessenia.

JESSENIA GARCÍA, la pareja de RAYMOND AYALA.

- Pedro: ¿que dice ella al respecto? (Se animó a preguntar)

Aunque la respuesta que quería saber era porque raymond no había ido a matar a Luis.

- Luis: no mucho (dijo viendo el escritorio) su padre hablará con ella para que se mude a la mansión por la tarde

" Mude" "mansión"

Dos frases que se negaba a creer. No era posible que Luis no estuviera contemplando las consecuencias que eso traería a Chiara.

- Pedro: ¿que necesitas de mi? (Pregunto con cautela)

No creía que el rubio quisiera desahogarse sus penas con el. No eran la clase de amigos. Incluso Carla y Rodrigo que eran más cercano a él, no fueron a comentarle nada cuando se separaron.

- Luis: tu ayuda obviamente (dijo juntando sus manos) necesito que esta situación me afecte lo menos posibles
- Pedro: además de separarte (respondió con algo de sarna)
- Luis: públicamente (replicó con el ceño fruncido) Chiara y la familia DI SANTIS son apreciados en la cuidad y no quiero que esto vaya a generar consecuencias
- Pedro: (Suspiro con cansancio ¿POR QUE TENIA QUE METERSE EN ESOS PROBLEMAS?) ¿POR QUÉ ME PIDES AYUDA A MI? (gritó algo frustrado)
- Luis: (lo miró fijamente) porque eres la persona más inteligente que conozco, y tu familia ha estado a disposición del gobernador, porque así recibe beneficios a cambio, espero que eso no cambie

Y su boca se volvió a abrir sin su permiso. El rubio idiota que tenía por gobernador le estaba marcando el poder que tenía, y las consecuencias que podrían sufrir, tanto el, cómo los miembros de su familia, si no cooperaba con el. Pero Chiara no se merecía eso. Era una mujer tierna, tranquila y pasiva, que toda su vida estuvo enamorada de Luis y que se esforzó siempre al máximo, dando su mejor esfuerzo por apoyar al rubio, le había dado un hijo, y lo había ayudado a realizar su sueño de convertirse en gobernador.

- Pedro: (Bajo su cabeza derrotado, por mucho que apreciara a Chiara, no podía poner en riesgo la seguridad de su familia) pensaré en algo (dijo con voz cansada)
- Luis: (asintió recargándose en el respaldo de la silla) se muda esta tarde, espero que tengas una idea para entonces

Pedro asintió, y sin despedirse, se levantó y salió por la puerta, caminando como zombi de regreso a su oficina.

Después de todo solo era un empleado, que solo recibe órdenes.

(•••)

Nada más abrir los ojos la cabeza le punzo dolorosamente. Dio un quedo gemido mientras se llevaba una de sus manos a la frente y volvió a cerrar los ojos. Todo su cuerpo se sentía entumecido y su cuello se sentía en completa rigidez. Seguro que si giraba la cabeza esta empezaría a tronar de manera extraña.

Se aferró a la manta que la cubría y se hizo un ovillo.

Se sentó de golpe al percatarse que estaba en el sofá, causando que la cabeza le punzara aún más de lo que ya lo hacía, tardando unos segundos en reponerse del dolor. Cuando se pudo calmar, miró a su alrededor. Era su casa, y ella estaba recostada sobre el sillón. Pero ella no estaba en su casa al quedarse dormida. Estaba en el cementerio, en la tumba de su madre intentando tener claridad.

Pero en esos momentos estaba en su casa.... ¿Luis la habría visto y la habría llevado de regreso? ¿Su padre la habría encontrado y la había llevado a casa?

Aún cuando su corazón quería creer eso, aún cuando trataba de aferrarse a esa ligera muestra de esperanza que se vislumbraba, su mente completamente analítica, le gritó sin piedad que si Luis la hubiese encontrado, la hubiera llevado a la habitación, o si hubiese sido algún miembro de su familia, ninguno de ellos la hubiera dejado en el sillón.

Miró hacia abajo para descubrir lo que creyó que era en un principio una manta, no era otra cosa que un abrigo cálido de color negro. Un abrigo que reconocía de algún lugar, pero con su mente tan falsa y somnolienta no lograba recordar.

- Max: MAMA YA LLEGUE

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Where stories live. Discover now