CAPÍTULO 4

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Esa frase le pareció más bien un reclamo que una pregunta y se sintió peor de lo que ya se sentía, preguntándose porque su entrenador le había hecho esa pregunta, si acaso sabía algo y no se lo quería decir. Aunque no el mismo moreno sabía porque lo había dicho.

- Max: no pude (dijo el niño) no es algo que pueda explicar

"MIEDO" esa sensación que una vez lo había hecho correr a él cuando encontró a sus padres muerdos. Suspiro y desvió la mirada, eso no era algo que le pudiera decir al niño de 9 años, no quería que el niño se sintiera peor de lo que ya se sentía.

- Raymond: será mejor regresar (dijo empezando a caminar)
- Max: ES-ESPERE (dijo sonrojado) lo siento, me concentraré
- Raymond: (lo vio una vez más sin emociones antes de lanzar un pequeño suspiro, al notar esa pequeña presencia que los observaba a unos pasos de distancia. Era consiente que no se acercaría a hablar con ellos, y en esos momentos no quería tener que hablar con ella) es tarde (dijo) continuaremos otro día

El moreno empezó a caminar cuando lo detuvo un débil agarre. Lo había visto venir, pero no lo detuvo, miró hacia atrás y confirmó sus sospechas cuando vio al niño con la cabeza agachada y lo agarro sin mucha fuerza de su abrigo que solía usar casi siempre.

- Max: ra...... ¿raymond?
- Raymond: (le vio sin emociones) hmp
- Max: (apretó los ojos para darse algo de valor y apretó su puño sobre el abrigo del hombre) ¿puede acompañarme a casa?

Raymond abrió los ojos ligeramente al sorprenderse por esa pregunta, ciertamente era lo último que esperaba el chico le dijera.

- Max: por favor

El moreno se soltó de su agarre con suavidad y empezó a caminar otra vez, mientras el niño se quedaba estático en su lugar, pensando que había sido una estupidez haberle preguntado eso. Sin notar que el moreno se había detenido unís pasos más adelante y había girado para verlo.

- Raymond: ¿que esperas?

La voz de raymond lo saco de su ensoñación haciéndolo alzar la cabeza y mirarlo con emoción.

- Raymond: no tengo todo el día.
- Max: s-si (dijo el niño con una sonrisa empezando a correr, para Alcanzarlo)

En un acto inconsciente, al llegar al lado de raymond, tomó su abrigo como si fuera su mano y caminó con una sonrisa, el moreno nuevamente sorprendido por ese gesto no lo apartó. Simplemente no le pareció correcto.

(•••)

Dejo caer su cabeza sobre su escritorio con pesadez.

No solo se sentía miserable, lo peor es que no tenía tiempo para sentirse miserable con todo el trabajo amontonándose en su escritorio.

- Jessenia: ¿qué pasó?
- Luis: (Alzó su mirada al ver que la pelirosa había entrado a la oficina. Le sonrió como pudo, olvidándose por un momento de todos los problemas que tenían) no te preocupes (dijo con una sonrisa perezosa)

La mujer se acercó a él, que seguía al otro lado del escritorio y medio un beso suave. El rubio se separó después de unos segundos. Recordando el llanto de Chiara y sintiéndose mal de nuevo.

- Jessenia: ¿como te fue? (le pregunto algo preocupada)
- Luis: (suspiro de nuevo y se sentó con lentitud en la silla, que nunca le había pesado tanto como en ese momento)
Gregorio aceptó recibir a Chiara y a Max (dijo con su voz cansada sin ver a la pelirosa a la cara) pero Chiara no quiere irse de la casa
- Jessenia: (suspiro con pesadez) ¿crees que no te dará el divorcio?
- Luis: (suspiro de nuevo) la verdad es que no lo sé, tuvimos una pequeña pelea (Si podía llamarle pelea a eso que tuvieron)
- Jessenia: ¿Chiara peleó contigo? (Dijo con algo de incredulidad)
- Luis: si se pudiera llamar así... no se... fue extraño

La mujer rodeó el escritorio y se sentó sobre las piernas del rubio, abrazándolo y recargando su cabeza contra el pecho del rubio, escuchando el suave golpeteo de su corazón atormentado.

- Jessenia: lamento ponerte en esta situación
- Luis: (respondió su abrazo y pegó su barbilla a su cabeza) no te preocupes, tenerte hará que todo valga la pena

Y de nuevo la volvió a besar, perdiéndose entre esos labios que anhelo durante años y que por fin eran suyos)

(•••)

El niño no soltó su abrigo en todo el Camino, y aunque no lo admitiera, eso le incomodaba un poco.

Cuando llegaron a la casa se pudo sentir un poco más tranquilo, pero para ser sincero, le daba una sensación extraña ir a la casa del hombre que le había robado a su mujer.

El niño tocó el timbre con mucho entusiasmo y segundos después de la mujer de ojos grises abrió la puerta. Tenía una ligera expresión de duda que rápidamente cambió por una sonrisa, aunque se notaba levemente que era forzada, y me revolvió el cabello a su hijo, para luego fijar su vista en él ayala. Pudo descifrar su mirada de duda y dirigida a él, ya que nunca había acompañado al niño hasta la puerta.

- Chiara: buenas tardes Raymond (dijo con una leve sonrisa) ¿pasó algo? Vienen temprano

El niño solo su mano del abrigo del hombre, que ninguno noto que seguía agarrado, y abrazó a su madre.

- Max: solo es que Lion hará una pijamada (dijo dejando la palabra al aire)
- Chiara: (amplió su sonrisa al ver el entusiasmo de su hijo, y el moreno aprovechó para darse la vuelta y empezar a caminar) gracias por traerlo raymond (dijo al verlo marcharse)

El moreno se asombró levemente por la despedida, ya que eran pocas las veces que interactúan con la mujer, bueno ex-mujer de Luis.

- Max: ah!!! (Dijo girando rápidamente al ver al moreno que empezaba a alejarse) Gracias entrenador por acompañarme¡!

El moreno, aún de espaldas a ellos, hizo un suave movimiento con la mano y se alejó con lentitud.

- Max: ¿y si puedo ir con Lion mamá?¿Por favor?

Una ligera sonrisa se posó en su rostro al alcanzar todavía a escuchar esas palabras, provenientes de su alumno, atolondrado, en un intento de convencer a su madre de lo que dejara ir a quedarse a la casa de los González.

- Chiara: no se..... (dijo con duda) tal vez....
- Max: no me digas que le preguntarás a papá (exclamó interrumpiéndola con enojo entrando a la casa)

La mujer corrió tras el, mientras raymond se daba levemente la vuelta, alcanzando a ver cómo Chiara se llevaba una de sus manos al pecho, en un gesto claro de dolor, mientras entraba en la casa con rapidez. Suspiro con frustración, no se había equivocado después de todo, aunque no debía tomarle importancia, ya otro día se enteraría si habían dejado de ir a Max con lion.

Chiara entró tras Max y cerró la puerta tras de ella, el niño empezaba a correr escaleras arriba cuando la mano de su madre tomó su muñeca. Pudo hacer un gesto brusco y zafarse, pero no lo hizo, era su madre la que lo estaba deteniendo.

- Chiara: iba a decir qué tal vez era una buena idea (dijo sin soltar su muñeca) que si es en la residencia de los González, es obvio que estarás bien protegido

El niño se dio la vuelta lentamente para ver a su madre, que tenía una mirada de tristeza en el rostro.

"¿No quisiste o no pudiste?"

Las palabras que anteriormente le había dicho a raymond resonaron en su cabeza, y aún si no se atrevía a preguntarle qué era lo que estaba pasando, podía no darle más problemas de los que ya tenía. A corto la distancia que los separaba con rapidez y se abrazó a ella con fuerza.

- Max: lo siento (dijo aguantando el llanto) no quise gritarte
- Chiara: (le acarició su cabeza con lentitud) no te preocupes

Costará lo que costará. Ella se iba a encargar de proteger a su hijo. Se lo juro a ella misma)

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Where stories live. Discover now