CAPÍTULO 42

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- Nadia: ¡PERO NO SOY IDIOTA! ¡¿QUE PRETENDES CON TODO ESTO?! ¡¿QUE PAPÁ REGRESE?! (Jessenia se sonrojó por unos segundos, mismos en los que Nadia habría la boca con sorpresa al ver que había dado en el clavo) ¿QUE MALDITO PLAN ABSURDO ES ESE? (Le gritó) ¿PRETENDES QUE PAPÁ TE VEA CON UNA FAMILIA FELIZ Y REGRESE SUPLICANDO QUE LO ACEPTES DE NUEVO?
- Jessenia: ve a tu habitación (dijo mirando al suelo)
- Nadia: (la miró molesta) no quiero

Jessenia la toma del brazo molesta, por lo que la niña se separó bruscamente de ella golpeándola sin querer en el estómago. Jessenia se resbaló hacia atrás y cayó de senton en el piso con un gemido de dolor. Nadia se sintió mal por ella y se acercó a levantarla. Antes de llegar a ella sintió que alguien la tomaba del brazo y la jalaba hacia atrás, haciéndola casi caer.

- Luis: ¿que le haces a tú madre? (Le reclamó)

La niña trato de soltarse, pues aunque Luis no le apretaba el brazo, se sentía incómoda con esa situación.

- Nadia: ¡DÉJEME! (Gritó jalando su brazo)

El rubio la jalo un poco más hacia el, antes de sentir como es jalado y golpeado hacia atrás, cayendo hacia el piso, casi literalmente, para quedarse tirado sin moverse después de eso.

- Raymond: ¿estás bien?
- Nadia: miró a su papá frente a ella, tan impasible como siempre) si (dijo sonrojada)
- Raymond: hmp (dirigió su vista hacia jessenia) la próxima vez que le ponga un solo dedo encima, no me voy a contener

Nadia miró al rubio, en el piso sin moverse en absoluto... ¿y se contuvo? El moreno le pegó en la frente con dos dedos sacándola de sus pensamientos, para luego alejarse del lugar, Nadia aprovechó que su madre fue con Luis para correr a su cuarto.

La chica suspiro con calma viendo por la ventana. El día anterior había sido un verdadero desastre, más haya de cualquier cosa.

- Dylan: hola

Se sobresaltó ante la voz de Dylan y le dio una queda sonrisa mientras lo veía. La sonrisa quedó plantada en sus labios al ver con quien venía su amigo.

- Nadia: hola (dijo con voz baja)
- Dylan: (suspiro y los vio, Max con el ceño fruncido dirigido hacia esa niña, Lion y Logan sin saber qué pensar) creo que deberías de decir lo qué pasó
- Nadia: (suspiro, no creía que fuera una buena idea) eto.... (dijo desviando la mirada)

Dylan la tomó del hombro antes de sonreírle, la niña suspiro, tal vez era buena idea después de todo.

(•••)

- Raymond: ¿ya empacaste la comida?
- Chiara: (asintió terminando de poner las cosas en su mochila) ¿las invitaciones?
- Raymond: (las alzó para que las mirara antes de ponerlas en su propia mochila) ¿estás lista? (la mujer asintió colgándose la mochila) entonces andando

Chiara empezó a caminar tras el chico a la salida. Estaba emocionada y al mismo tiempo muy asustada, tenía demasiado sin salir de misión, y eso la asustaba un poco, pero también la entusiasmaba del mismo modo.

Se quedó de piedra cuando al abrirse la puerta, se encontró casi frente a su padre, de no ser porque Raymond iba frente a ella.

- Chiara: ¿padre? (Dijo en modo de pregunta sin poder contenerse)

El hombre le vio con clara ira, haciendo que la mujer diera un paso hacia atrás en automático. No importaba cuantos años tuviera o todo lo que hubiese vivido, siempre le tendría un miedo especial a su padre.

- Raymond: ¿que quiere aquí? (Pregunto de forma un tanto brusca)

Chiara respingó una poco ante ese tono, antes de ver la ira contenida en la mirada de su padre había aumentado.

- Giorgio: hablar con mi hija (espeto)
- Raymond: (dirigió su mirada hacia Chiara, que se había puesto ligeramente pálida) ¿quieres hablar con el?
- Chiara: (miró a Raymond y luego a su padre, para luego negar con la cabeza lentamente) n-no tenemos nada de hablar (dijo sin verlo)
- Raymond: (asintió) ya la escuchó (dijo para después cerrar la puerta)

El hombre tuvo que usar todo su autocontrol para no ponerse a gritar y romper la puerta para llevarse a su hija, pero esos no eran sus territorios, técnicamente estaba en el territorio de Atala, y si hacía algo insensato podría traerle consecuencias. Con un bufido, se dio la vuelta y camino hacia el auto.

Dentro de la casa, Raymond tomó a Chiara de su hombro derecho al ver que temblaba ligeramente. La mujer, después de dar un par de suspiros, alzó su mirada hacia él mientras le daba una sonrisa triste.

- Chiara: estoy bien (miento)

El moreno dio un suspiro, al ver que le estaba mintiendo, antes de revolverle levemente el cabello, sobresaltando completamente a Chiara que solo atinó a ponerse más roja, volviendo a caminar hacia la puerta.

- Raymond: ya se fue (dijo de espaldas a la mujer) será mejor irnos también

La mujer asintió siguiéndolo con algo de prisa.

(•••)

- Jorge: ¿te perdiste? (Le pregunto)
- Aurora: (la morena solo atinó a suspirar con calma) no

Siguió caminando, siendo consciente a todo momento de donde se encontraba el hombre a sus espaldas.

- Jorge: ¿que buscas?

La chica por fin se giró ante el hombre tras ella, extendiéndole una flor, o lo que parecía una flor, era más bien un broche.

- Jorge: ¿una flor?
- Aurora: (asintió, aún con la mano extendida) es para ti, mi regalo de despedida
- Jorge: (le vio unos segundos antes de desviar la mirada) eso es para chicas
- Aurora: (suspiro para darse calma) te protegerá (dijo con voz queda)
- Jorge: volvió a mirar el broche, pero dijera lo que dijera, seguía siendo de chicas) pero....
- Aurora: acéptalo
- Jorge: (suspiro, sería una burla si lo llegaba a ver con eso) es solo que... ¿no puede ser otra cosa?
- Aurora: (suspiro) es especial (dijo con calma)
- Jorge: (suspiro) pero....
- Aurora: ¡solo toma el maldito broche Jorge! (Espetó perdiendo la paciencia)

El hombre lo tomó con rapidez, con algo de precaución, no sabía que tenía, o porque creía que era importante, y siendo sincero, no creía que se lo fuera a decir. Después de que el hombre tomó el broche, ella se dio la vuelta y comenzó a caminar lejos de él, que no fue capaz de seguirla o detenerla. Eso había quedado atrás, mucho tiempo atrás, junto con los recuerdos de lo que alguna vez fue su sonrisa sincera.

Pero... ¿quien podría culparla? Después de todo, la milicia la crió de esa forma, cayendo en trucos y mentiras dichos por Adrián Medrano, que quiso convertirla prácticamente en un títere. Se preguntaba qué pasaría ahora que se encontrará directamente con raíz, y esperaba, tomar la decisión correcta al enviarla allá.

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz