CAPÍTULO 8

113 16 10
                                    

Y de nuevo se quedó de piedra, sin saber qué decir.... ¿Como podría pretender siquiera manejar su futuro en pocos segundos? ¿Esperaría que simplemente se separará de su hijo o aceptará que le impusieran algo?

- Chiara: no (dijo con la voz más firme que le salió aún viendo al suelo) no nos mudaremos

Si Chiara hubiese alzado la vista en esos momentos, tal vez hubiera visto el atisbo de preocupación y desesperación en la persona que estaba frente a ella, pero estaba más ocupada fingiendo tener fortaleza que le permitiera afrontar esa situación.

- Giorgio: Luis me lo a pedido, eres parte de la familia y como tal...
- Chiara: ya yo no soy parte de la familia (dijo apretando los puños) lo dejaste claro cuando me casé con Luis
- Giorgio: (dio un bufido al escucharla decir eso) y no creo haberme equivocado, ese hombre que tanto defiendes te está regresando como basura

Chiara cerró y apretó los ojos al escucharlo hablarle de esa manera, como si ella de verdad no valiera nada. Pero eso no era novedad para ella, era muy conocida por la debilidad que solía perseguirla desde niña y la que me costó el puesto de heredera. Pero a ella no me importaba eso, ella no era la que estaba en peligro, y ciertamente era lo menos le importaba. No se iba a jugar el futuro de su hijo.

- Chiara: mi vida personal no es de su incumbencia, ya que no pertenezco a la familia (dijo para alzando la mirada con decisión) Max no pertenece a esa familia y yo tampoco lo hago, aún si me separo de Luis no va a cambiar.... ¡NO VAN A PONERLE UN DEDO ENCIMA A MI HIJO!

El hombre abrió los ojos ligeramente sorprendido, nunca creyó que su hija le fuera a gritar. Luego de superar su sorpresa le dio una mirada desdeñosa.

- Giorgio: te guste o no, los hombres de Luis vendrán a las 2 (dijo acercándose a Ella) espero que te comportes con altura y no hagas mayor escándalo cuando...
- Chiara: LO QUE HAGA O NO, NO TE DEBE DE INTERESAR, Y TE LO REPITO, NO ME VOY A MUDAR (dijo interrumpiéndolo con voz firme y segura)

Giorgio le dio una mirada severa, que en otra situación tal vez la habría hecho temblar, pero no es esos momentos Que defendía el futuro de la persona más importante de su vida)

- Giorgio: crees que salvatore va a cambiar de opinión (dijo con burla) ¿que al final te elegirá sobre García? ¿A ti?
- chiara: (apretó los puños con dolor, aguantando el picor en sus ojos) LARGO DE MI CASA (dijo alzando la voz y alzando el brazo apuntando a la salida) ¡NO VAN A TENER A MI HIJO!
- Giorgio: (no dijo nada y se encaminó a la puerta con dignidad) los hombres vendrán a las 2 (le repitió saliendo por la puerta)

Chiara le vio salir y por sus mejillas se desbordaron las lágrimas que estaba conteniendo. Pero no se permitió derrumbarse, no era el momento para eso, si Luis quería una mudanza, eso le daría.

(•••)

Estaba tratando de concentrarse en los papeles que tenía frente a él cuando tocaron la puerta. Suspiro con cansancio, seguramente eran los hombres que mando a su casa para la mudanza, informándole que Chiara se encontraba en la mansión de su padre.

- Luis: adelante (dijo viendo a la puerta)

Para su sorpresa, cuando está se abrió no dio paso a solo uno de los hombres, sino a todos los que había mandando a la casa, que ahora entraban a su oficina dejando un montón de cajas a los lados del piso. Podía ver su ropa y sus cosas personales sobresalir por encima de las cajas mientras que los hombres seguían entrando y saliendo de su oficina. Al final, Alejandro, que era el líder de los hombres, se acercó a él y le puso sobre el escritorio otra caja más pequeña.

- Luis: ¿QUE SIGNIFICA TODO ESTO? (Pregunto molesto y alzando la voz)
- Alejandro: (se encogió de hombros) Chiara lo tenía afuera (le explicó) nos dijo que no saldría de su casa y que te entregáramos estas cosas
- Luis: (vio sus cosas amontonadas en las cajas y dio un bufido cansado) bien, gracias

Alejandro y el resto de los hombres salieron con calma de la oficina, mientras el rubio veía la caja que Alejandro le había dejado en la mesa.

En esa estaba su chaqueta favorita, la que estaba siempre colgada en el estudio de la casa, así como todas las fotografías que tenía ahí. Se quedó de piedra al ver la fotografía de arriba, era cuando Chiara había tenido a Max, justo después que se los entregaran.

"Desde hoy y para siempre estaremos juntos, pase lo que pase seremos una familia, nunca los abandonare y los protegeré de cualquier mal, lo prometo. Gracias por no rendirte, por caminar a mi lado y permitirme caminar junto a ti.... gracias a ustedes, por fin la soledad se fue.

Recordó sin querer más palabras que le había dicho en aquel momento y de nuevo se sintió miserable.

Después de unos segundos tomó la fotografía y la aventó contra la pared. ¿Qué demonios estaba haciendo? No podía ponerse a dudar en un momento como ese. El ya había hecho su elección, eligió a Jessenia, tenía que mantener su palabra. ¿A qué demonios estaba jumaron Chiara?

Suspiro con molestia y bufo aún más molesto cuando la puerta se abrió de golpe y por esta entro Pedro, que se quedó viendo el cuadro de la fotografía roto contra la pared.

- Pedro: ¿Que pasó? (Pregunto dudoso)

El rubio se levantó molesto y pasó por su lado sin contestarle. El moreno se quedó en la oficina y luego camino hacia donde estaba el cuadro, para después notar el resto de las cajas en la oficina, al parecer no era Chiara la que se mudaría después de todo.

(•••)

- Max: MAMÁ YA LLEGUE (dijo entrando a la casa)

Casi gimió al ver que su mochila seguía en la entrada. Su mamá posiblemente no la había visto cuando la dejo ahí y él tenía mucha flojera como para estar guardando sus cosas. Dio un suspiro cansado y la levantó miento con un pisapapeles que estaba en ella.

- Chiara: AQUÍ ESTOY MAX

Escucho gritar a su mamá desde la cocina.

El niño corrió escaleras arriba, solo dejaría la mochila en su cuarto, ya después se encargaría de desempacar. Después salió y se dirigió hacia el estudio de su papá que tenía en casa para dejar él pisapapeles.

Pero se quedó de piedra al entrar, por alguna razón ese lugar se veía más sombrío, más vacío. Nunca le había gustado entrar a ese lugar ya que su papá nunca tenía tiempo para el, pero en ese momento, se veía peor de lo que recordaba. Miró a ambos lados, tratando de descubrir que era lo que pasaba. Después de unos segundos lo descubrió y no pudo evitar esa sensación de enojo, decepción e incredulidad que se mezclaban perfectamente.

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora