CAPÍTULO 99

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— Carla: me alegro, yo... lo siento
— Rodrigo: (la miró con duda) ¿por qué?
— Carla: (apretó aún más sus muñecas, hasta que sus nudillos se pusieron blancos) ese día, sabía que nos estaba viendo y aún así... no me importo, y luego se fue y...
— Rodrigo: ¿ella nos vio?
— Carla: ¿no te lo dijo?
— Rodrigo: no
— Carla: (dirigió su mirada hacia el) ¿tu?
— Rodrigo: (desvió la mirada enseguida) no hagas esto (pidió en voz baja)
— Carla: (le vio con duda) ¿que?
— Rodrigo: (se negó a mirarla por esos instantes) esto, tú y yo, incluso si es una farsa, este matrimonio no acabará hasta que demos hasta el último aliento, aparte no se si estaré vivo para cuando finalice la guerra
— Carla: ¡NO DIGAS ESO! (grito exaltada)
— Rodrigo: estoy siendo realista (casi espetó) tú misma has visto las consecuencias de toda esta situación, todos los hombres y mujeres militares que cayeron cuando atacaron a la presidenta Emilia Urquiza, todo lo qué pasó con el sargento Orion Alcantara...
— Carla: ¡YA BASTA! (Le interrumpió) soy consciente de eso pero... ¡TU NO VAS A MORIR!
— Rodrigo: (puso una sonrisa triste en su rostro) no soy Luis (murmuró) no tengo el intelecto de Pedro, ni la fuerza de Raymond, solo soy realista Carla...

La mujer tomó a Rodrigo de la manga de la camisa, jalándolo hacia ella. Sobresaltandolo un poco, ya que no se esperaba ese arrebato de la rubia.

— Carla: ¡yo tampoco soy fuerte! No tengo la capacidad de Jessenia, ni siquiera pude salvar la vida de mi superior Orion Alcantara... pero eso no me detiene, eso me impulsará a seguir adelante, para hacerme más fuerte, para poder proteger a los que más amo.
— Rodrigo: Carla
— Carla: ¡CÁLLATE! (le gritó) NO QUIERO OÍRTE DECIR QUE NO SALDRÁS DE ESTO (tomó aire y lo vio fijamente) cuando finalice todo, te vas a divorciar de esa niña y todo volverá a ser como antes, confiaré en ti, te diré las cosas claramente, de esa forma funcionará y no habrá más malos entendidos
— Rodrigo: (la miró sorprendido por unos segundos, antes de mirarla con lastima) ¿Carla, eso no se podrá?
— Carla: ¿por qué no? (Con lágrimas en sus ojos)

Carla apretó el agarre en su camisa, se inclinó hacia él cerrando los ojos, para así besarlo, el moreno se apartó de ella suavemente de su agarre, los ojos de Carla se abrieron sorpresivamente y le salieron lagrimas, Rodrigo la soltó, para así irse al hospital, dejando a su ex esposa destrozada. Una mirada azulada que se dio la vuelta al verlos, parecía un dejavú.

(•••)

La enfermera les miró fijamente, aunque técnicamente estaban en el hospital, Melvin Ayala era prisionero de Raíz.

— Ámbar: aún está débil (habló con paz señalando la habitación) no hagan nada que pueda empeorar su estado.

El Ayala ignoró el deseo de preguntarle cómo estaba Melvin y que era lo que le pasaba.

— Chiara; ¿no deberíamos esperar a Rodrigo? (cuestionó sobresaltandolo)
— Aurora: está ocupado (dijo abriendo la puerta y dirigiendo su mirada a Raymond) ¿te vas a comportar?
— Raymond: TSK
— Aurora: huraño

El moreno rodó los ojos y entró al cuarto, viendo a Melvin sobre la cama, con una venda en sus ojos. Evitó suspirar y usó todo su autocontrol para no lanzarse a golpearlo.

— Melvin: vaya ¿vienes a visitarme Raymond?

Raymond ignoro su pregunta.

— Aurora: Miguel de Cervantes mejor conocido como Orion, esta muerto
— Melvin: ¿es todo? (Dijo con tranquilidad)

La mujer miró a Raymond.

— Aurora: queremos saber el paradero de Carlos
— Melvin: (no puso ninguna expresión) ¿no habías prometido matarme Raymond?
— Aurora: contesta la pregunta
— Melvin: ¿no prometiste llenar de odio tu alma para poder hacerlo?
— Aurora: no contestará (dijo viendo a Chiara) será mejor que el equipo de interrogatorio se encargue

Chiara asintió, sabiendo que todo era una farsa, solo con el fin de que Raymond pudiera verlo, de tranquilizarlo lo suficiente. Raíz no lo iba a matar, pero después de que saliera del hospital, el fututo de Melvin Ayala era muy incierto, pudiera ser incluso que los hermanos jamás se volvieran a ver.

— Melvin: cobarde, siempre supe que era un cobarde
— Aurora: ignóralo (dijo empujando a Raymond que se había detenido) 
— Melvin: ¿si las mato ellas también los vas a omitir?

El hombre avanzó hacia su hermano y lo tomó por la camisa.

Chiara lo abrazo de la cintura, jalándolo hacia atrás, mientras que Aurora,  había quedando en medio de ellos dos, empujando a Raymond del pecho, en un intento de separarlo de su hermano.

— Raymond: ¿cobarde? (Espetó) el único cobarde fuiste tú
— Aurora: Raymond (habló empujándolo)
— Raymond: yo no fui el que mató a sus padres estando desarmados... yo no caí en las tratas de Adrián Medrano

Chiara se sobresaltó ante la mención de ese hombre, al igual que Melvin.

— Melvin: ¿que sabes tú? (Dijo con los dientes apretados)
— Raymond: ¿que se? (Declaró con burla) que fuiste un cobarde que no pudo enfrentar a Adrian Medrano por su familia, que dejaste que sus estupidas ideas convencieran a todo el consejo
— Melvin: ¡¿CREES QUE NO INTENTE FRENARLO?! (grito levantándose levemente) ¡¿QUE SIMPLEMENTE DEJE QUE TODO PASARA?! ¡¿PAPÁ CADA VEZ...!
— Raymond: ¡NO LO CULPES! (grito) ¡todo se hubiera solucionado si los hubieras apoyado! ¡Si lo hubieran confrontado! ¡Te dejaste llevar simplemente por las tretas de los malditos ancianos y te convenciste a ti mismo de que hacías lo correcto para no sentir culpa.
— Melvin: ¡hice lo que debía para protegerte!
— Raymond: ¡¿protégeme?! (Se volvió a burlar) ¡¿tu maldita idea de protección era dejarme sin familia?! hacer crecer el odio en mi y dejarme a cargo del maldito imbecil que no pudo frenar a Adrián ¡era un maldito Niño, idiota!
— Melvin: (se quedó callado por unos segundos) yo...
— Raymond: ¿quieres enterarte de las consecuencias que acarreaste a otra personas? ¿El daño que ocasionó Adrián? Solo tienes que mirar a Raíz... (el agarre de su puño se apretó) ¿sabes cuántas vidas costó tu maldita estupidez?
— Aurora: Raymond
— Raymond: el clan Ayala siempre estuvo en la mira de Adrián, ¿siquiera notaste que profana los cuerpos que ibas dejando o estabas demasiado ocupado fingiendo que hacías lo correcto? ¡Murió gente inocente que ni siquiera tenía que ver con eso!
— Aurora: ¡YA BASTA! (le gritó empujándolo con más fuerza)

Raymond soltó a Melvin por fin, tomando el brazo de Aurora con una mano y el de Chiara con otro, dejándolo solo en esa habitación. Cuando se escuchó el ruido de la puerta al cerrarse, Melvin por fin se permitió llorar.

Si solo hubiese confiado en los demás, si hubiera hablado con sus padres con la claridad necesaria.... Pero en lugar de eso, quiso acarrear toda la culpa, y ese fue posiblemente su peor error.

UN AMOR DESPUÉS DEL DOLOR Where stories live. Discover now