Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADA

Capítulo 61 - Un millón de años atrás

— Meli, ¿has sabido algo de Villa? –mi voz salió más agotada de lo que pensé

— Hasta los momentos no. Ni ella ni Valentina ha regresado, al menos no han estado por este piso. –termino de decir dejándome un gran signo de interrogación en la cabeza. Ya había pasado mucho tiempo.

— ¿Pero dejaron algún recado de donde pueden estar? Quizás alguno de los managers propuso alguna cena, ya conoces como suelen ser de intensos –comenté buscando aliviar un poco la tensión que comenzaba a formarse en mi sistema.

— Por lo menos a mí no me dijeron nada, pero ya me comunico con la secretaria de la señorita Villa y le estoy avisando.

Corté la llamada con Melissa y me levanté de mi asiento, vi el ventanal y las luces nocturnas ya eran más que evidentes, por supuesto que nada pudo haber pasado. Ellas están siendo vigiladas en todo momento, es casi imposible que ocurra algo, y de ser así ya me hubiesen informado.

El sonido de mi celular hizo que me sobresaltara, lo tomé entre mis manos al toque y la foto de Poché se visualizaba.

— Por favor, Daniela, sé que Valen está emocionada con todo lo de volver al trabajo, pero si se quedarán hasta tarde al menos avísenme. –dijo al instante dejándome a mi sin palabras, eso por supuesto me alarmo al cien.

— Poché... -traté de vocalizar, me aclaré la garganta y continúe —Gorda, Vale no está aquí. Ni ella ni Villa han regresado de sus reuniones. –oí la respiración pesada al otro lado de la línea —Amor, no creo que sea algo para alarmarse, sabes que de haber sucedido algo me hubiese enterado.

— Calle, tu crees qu...

— No –respondí seca sin dejar que terminara lo que ya sabía que iba a preguntar —Ellas están bien, Poché. Lo están ¿ok? –busqué con mis palabras tratar de darle alguna seguridad a ella, que no se sintiera enloquecer con todo esto de la extraña "desaparición"

— Ven a casa, Calle. –me pidió en un susurro —no quiero estar sola. –y juro que escuchar su voz romperse en medio de un silencio desgarrador fue lo que mi subconsciente necesitó para estallar a la preocupación.

— Ya voy, amor. Estoy en 15.

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Pov Poché

Esto no podía estar pasando, no de nuevo, no con la única persona que me quedaba, con mi única familia. El no saber nada de Valentina hizo que me preocupara pero que Calle me corroborara que no estaba con ella y que ni ella ni Villa habían regresado de sus reuniones fue la gota que derramó el vaso de mi tranquilidad.

No sé si mi mente estaba en mi contra y si quería jugarme una mala pasada, pero sin poder evitarlo, comenzaron a pasarse flashbacks de mi pequeña hermanita. Lo emocionada que estuve al enterarme que sería la hermana mayor, aquella imagen de mi mamita con Valentina entre sus brazos acurrucándola mientras yo estaba en los brazos de mi papá y solo se escuchaba el sonido de nuestros corazones. Unos compases perfectos que sin duda cambiaría todo mi escenario actual tan solo por tenerlo unos segundos más. Cuanta falta me hacían y ahora más al tener este presentimiento tan abrumadoramente aterrador de perder a alguien más.

La casa, aquella que se llenaba con la presencia de mi hermana y de mi papito hoy me estaba asfixiando, me sentía tan increíblemente sola en esa mansión que se hizo de repente mil veces más grande.

En ese momento deseé con todas mis fuerzas regresar al pequeño apartamento donde fui tan feliz y aunque solo éramos nosotros tres, era lo más cercano a la felicidad plena que conocía. Junto con Calle ellos era mi hogar y hoy estaba a la deriva sin poder hallarme en ningún sitio.