Capítulo 60 - Rosa, sofá

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Eso nos complicaba mucho todo porque si ya no le importaba ocultar quien era, la razón sería que su siguiente jugada tendría que ser la final: llevarse a Valentina.

Reforcé la seguridad de mis Garzón e instalé cámaras en todas partes de su casa que estuvieran conectadas con la sala de operaciones que manejaba Hiro. Y claro, por obvias razones no permitía que ningún extraño se acercara a ellas, aunque la testaruda de Poché no quiso en un principio tantos "extremos" le recordé que era lo mejor para poder atrapar al maldito acosador.

Unos sonidos en la puerta me alejaron de todos mis pensamientos mientras estaba parada frente al ventanal en mi oficina, en mis manos tenía la fotografía enmarcada de Poché, con cuidado la dejé en el escritorio y me senté en mi silla.

— Adelante. –dije y abrí la laptop para regresar mi atención a los documentos de los posibles contratos.

— Espero no molestar –levanté mi mirada y vi frente a mí a una tímida rubia, sonreí y la invité a sentarse —Melissa me dijo que estarías algo ocupada pero quería pasar para despedirme.

— ¿Despedirte? –no entendía porque me decía eso ¿A dónde se iba?

— Sí. –soltó una pequeña sonrisa —tan olvidadiza como siempre, Daniela Calle. –se levantó del asiento y rodeó el escritorio para quedar frente al ventanal —¿Recuerdas que me iré a vivir a Canadá? -¡Rayos! Había olvidado por completo que ella me lo había comentado.

— Alex... -susurré con algo de pena, me levanté y me acerqué a ella —Lo siento, he tenido tanto en mi cabeza que no he podido pensar en nada. De verdad lo siento mucho –dije sinceramente —Soy tan mala que no te preparé una despedida ni nada.

— Tranquila, Ariana ya se encargó de eso, junto con Selena y las demás chicas. –se volteó para quedar frente a mí — ¿Sabes? A veces me pregunto cómo hubiese sido si en todos los años que estuvimos, te hubieras enamorado un poco de mi, al menos un 10% de lo que amas a Poché. –sonrió con tristeza haciéndome sentir tan culpable por no poder corresponder sus sentimientos.

— Alex, sabes que lo intenté. Tú eres asombrosa, pero... -tomé sus manos —Cada quien tiene su persona en el mundo, y esa persona es Poché para mí. –acaricié su mejilla y ella cerró los ojos al sentir mi tacto.

— Sabes que siempre estarás en mi corazón ¿verdad? –asentí con una sonrisa —Bueno... es hora de irme. Ya sabes que cuando vayas a Canadá, tendrás a alguien dispuesta a mostrarte toda la ciudad –se acercó a mí en busca de un abrazo que no dude en darle.

Sentí su cabeza sobre mi hombro, sus brazos rodearme de una forma tan gentil que me hizo sonreír, Alexa era una gran mujer y estaba segura que encontraría a su persona. Mis brazos rodearon su cintura y me relajé por unos segundos ante su cuerpo.

— Hola, amo... -una voz inconfundible me hizo alejar a la rubia de golpe y ver en dirección a la puerta. Allí estaba Poché junto a Valentina, mi peliazul tenía la mirada puesta sobre la rubia.

— Lo siento, Calle. No sabíamos que estabas ocupada, Melissa no se encontraba y decidimos pasar. –Valentina trataba de cortar la tensión del momento.

— No-no te preocupes, Vale. No interrumpen nada –mi mirada se mantuvo sobre Poché en todo momento —Alexa solo vino a despedirse –trataba de decir restándole importancia.

— Así es, Valentina. Solo vine a despedirme –dijo tristemente —Ya sabes lo que hablamos y muchísimas gracias por todo, Dani. –me dio un beso en la mejilla que hizo que inevitablemente cerrara mis ojos —Cuídate mucho.

— Tú también. –la acompañé hasta la puerta donde aún seguía parada Poché.

— Espero que la cuides mucho, María José –dijo al estar frente a ella, me dio un último abrazo y se fue.

Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora