Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADA

Capítulo 18 - Una ducha gloriosa

Hola, mami. Quería contarte algo muy importante. No sé por dónde comenzar, estoy muy nerviosa. Te amo mucho, quiero que lo sepas y que estoy feliz de ser tu hija. Hace algún tiempo he estado sintiendo algo diferente por... Poché. Ya sabes que es mi mejor amiga y que la quiero muchísimo. Pero ya ese cariño ha ido cambiando; la empecé a ver de otra manera, tanto así que... me enamoré de ella. Estoy enamorada de ella desde hace algún tiempo y ya lo hemos hablado, nos hemos sincerado y decidimos comenzar una relación. Poché y yo somos novias desde hace algunos meses. No queríamos decir nada a nadie hasta no saber exactamente qué era lo que ambas sentíamos, pero ya está más que claro. Nos amamos y no podemos estar sin la otra. Sé que todo lo estás leyendo debe estar alarmándote, pero sería muy feliz si me pudieras aceptar como soy y amar.

Cuando Calle presiono el botón de enviar, sentí como todo el nerviosismo aumentaba, su cuerpo se tensó y su respiración se aceleró. Yo solo podía abrazarla, tratando de generar la misma tranquilidad que ella generó en mí cuando yo le conté a mi papá y a Vale.

Los minutos parecieron horas, literalmente nos quedamos viendo el chat esperando la respuesta, sin embargo, nos impactó cuando llegó.

Daniela, no sé qué decirte. Esto me parece increíble, nunca imaginé que... nunca pensé... simplemente no sé qué decir...

Vi como los ojos de Calle se llenaban de lágrimas mientras seguía leyendo aquel mensaje desgarrador.

Por mi mente nunca se cruzó la idea de que fueras... mira, seré honesta, no creo estar lista para todo lo que estás diciendo. Entiende que es muy difícil aceptar algo así y la verdad no sé si podré aceptarlo algún día.

En un acto de desesperación y con el corazón hecho pedazos, Calle lanzó el teléfono contra la pared. Empezó a llorar desconsoladamente, cayó de rodillas al suelo, no podía entender la reacción de su mamá. Yo enseguida la tomé entre mis brazos, la abracé lo más fuerte que pude, su dolor era el mío.

— Mi amor, estoy aquí, estoy aquí, no estás sola. Tienes que darle tiempo para que pueda procesar todo esto.

— ¿Tiempo? Poché, ella misma dijo que quizás no lo acepte nunca –la rabia que Calle sentía en ese momento fue una mezcla de dolor, decepción, desesperación.

Era tan injusto que nuestro amor fuese tan cuestionado, que simplemente no lo pudieran aceptar y ver como un amor normal, como cualquier otro.

— Gorda, sé que te duele. Pero ya verás como todo se pondrá bien.

Después de varios minutos llorando la llevé hasta la cama, la acosté y arropé; sabía que lo que más necesitaba en aquel instante era sentirse amada. Pasamos toda esa tarde abrazadas, ella se quedó dormida en mi pecho y Ramón se acurrucaba entre nosotras. Yo solo acariciaba su cabello mientras pensaba en todo lo que había pasado.

Sabía que para Calle sería muy difícil enfrentarse a todos sin el apoyo de su mamá, pero me reconfortaba saber que había más personas de nuestro lado, entre ellas su papá.

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Algunas semanas después

Aún Mafe seguía sin hablarle a Calle, no le había escrito para nada. Solo deseaba que aquella situación cambiara pronto para que el amor de mi vida pudiese ser feliz por completo. Yo hacía todo lo que podía, todo lo que estaba en mis manos para sacarle una sonrisa, estaba logrando que volviera a ser la misma de siempre. Con mi amor fui despejando aquella nube de tristeza que había sobre su cabeza.