Capítulo 14 - Calle di que sí

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Fue el mejor beso hasta el momento.

♪ Eres frutica para mi alma

El alimento pa' mi cuerpo

A mí me devuelves la calma

Tú a mí me llenas to' por dentro ♪

Nos abrazamos tratando de decirnos cuanto nos amábamos. Pero mi papá interrumpió aquel hermoso momento cuando abrió la puerta de la terraza. Era mi cumpleaños y yo había desaparecido, todos preguntaban por mí.

— Dani, todos preguntan por usted, mi amor. Por las dos, pasen que además está haciendo mucho frio.

«¡Ay papá, si supieras!» Pensé mordiendo mi labio y mirando a mi futura novia que también sonreía de la misma manera que yo.

— Ya vamos Señor Germán. Solo debo decirle una última cosita a Calle –sentí como los deditos de la mano de Poché jugaban con los míos.

— Poché, le he dicho que me diga Germán. El "Señor" me hace sentir viejo –ella rio y asintió.

— Lo olvidé. Ya vamos, Germán –mi papá cerró la puerta para volver a estar solo ella y yo en aquella terraza y con la luna como testigo.

— Entonces... ¿querías estar solita conmigo? –le dije con una sonrisa disimulada.

— Frutita, solo quiero saber una última cosa.

— ¿Dime?

— ¿Me amas? –vi como soltaba un suspiro, quizás tenía miedo de mi respuesta.

— ¿Acaso no es obvio? Te amo, María José Garzón.

— Entonces, volveremos a la casita del árbol –dijo robándome un beso.

Luego simplemente me tomó de la mano y caminamos al interior de la casa para reunirnos con nuestros amigos y familia.

- ♪ Eres frutica para mi alma

- El alimento pa' mi cuerpo

- A mí me devuelves la calma

- Tú a mí me llenas to' por dentro ♪

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Unos días después

Pov Poché

Quería que Calle fuera oficialmente mi novia rápido, por eso volví a rentar aquella casita del árbol en San Andrés. Sabía que sería el lugar ideal para que nuestro amor empezara. Con ayuda de varias personas encargadas del lugar, decoraron todo con muchas lucecitas de colores, quería que todo estuviera hermoso para ella.

Solo fue cuestión de un par de días, al llegar recordamos lo mágico que se sentía estar allí. En realidad, yo sentía magia cada vez que estaba cerca de ella. Cuando subimos y nos encontramos en esa soledad cómplice nuestra, nos besamos. Sus besos me daban paz, era increíble como lo que sentía por Calle estaba creciendo más y más. Sabía que era la indicada, la persona con la que quería pasar el resto de mi vida, la compañera de mi alma.

Cuando llegó el atardecer nos sentamos afuera a admirar la vista, el sol estaba ocultándose y la vista de la ciudad era sencillamente hermosa. Todo estaba saliendo muy bien, era el momento indicado para comenzar con esa pedida tan romántica que ella quería.

Le pedí que cerrara los ojos, al principio sonrió pero luego aceptó seguir mi juego. Encendí las luces, aquello me impresionó hasta a mí. Sencillamente se veía hermoso, tomé mi celular y busque la canción que quería cantarle a Calle, para mi era nuestra historia.

La pista empezó a sonar y ella abrió lentamente sus ojos, los cuales enseguida se llenaron de lágrimas. Y yo comencé a cantar para ella...

El silencio nuevamente fue testigo de nuestros momentos, ella estaba sumergida en sus lágrimas. Yo me acerqué a secarle el rostro, besé su mejilla y ella se abalanzó sobre mí, yo la sostuve fuerte. No quería que aquello acabara, le dije al oído algo que ya sabía: Te amo. Ella respondió: Yo te amo más.

— ¿Ahora si te parece romántico, bebé? –pregunté sonriendo y dejando un corto beso en la comisura de su boca.

— Es lo más hermoso que alguien haya hecho por mí –respondió feliz —Te amo tanto, Poché –su voz entrecortada me daba ternura, solo quería abrazarla.

— Entonces... ¿Quieres ser mi novia, Daniela Calle? –el sonido de su risa me llenó el alma, me dio un pequeño beso y luego habló...

— Déjame pensarlo –cambió su postura a pensativa.

— ¡Calle! –me quejé sin ocultar mi sonrisa.

— ¡Claro que quiero, mi amor! Sí, quiero ser tu novia.

La besé, lo único que puedo recordar a partir de allí fue que la besé como jamás imaginé besar a alguien. La besé con mi alma, con mi corazón, era Calle el amor de mi vida. No pensaba en nadie más y no podía existir nadie más.

Sabía que no sería fácil, que todo lo que tendríamos que enfrentar no era fácil, pero ella valía la pena.

Por ella podría hacer cualquier cosa.

Por ella podría hacer cualquier cosa

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Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADAWhere stories live. Discover now