Capítulo 8 - Cartagena

Start from the beginning
                                    

Nos sentamos y empezamos a hablar de todo. Sabía que ella evitaba ciertos temas después de lo que había sucedido y cuando lo hacía se veía muy tierna, ella creía que no lo notaba.

— ¿De qué te ríes, Poché? –preguntó algo confundida después de ver como dejé escapar varias sonrisas.

— De cómo evitas el tema del amor –respondí tratando de ponerla nerviosa.

Se veía muy hermosa cuando los nervios se apoderaban de ella. Sonriendo mientras rodaba los ojos llevó uno de los caramelos de la canasta a su boca.

Después de unos minutos ella se aclaró la garganta y me miró.

— Poché, tengo algo serio que decirte –sentí como su mirada se volvió un poco más seria.

— ¿Qué pasó, Calle? ¿Pasó algo malo?

— ¿Tú recuerdas lo que te había comentado de Los Ángeles, ir a estudiar allá? –preguntó expectante y yo asentí temerosa.

— Claro –mi corazón se aceleraba de a poco.

— Mi papá me dio una semana para darle una respuesta –soltó y sentí que el mundo me dio vueltas

Eso significaría que se alejaría de mí.

— Calle... –traté de hablar, de responderle, pero la verdad era que me había quedado sin palabras, sacudí mi cabeza y le ofrecí una sonrisa sincera —es una oportunidad increíble, sé que quieres vivir allá.

Pero ella... como siempre haciendo lo que menos imagino, tomó mis manos y se acercó a mi rostro.

— Lo que no quiero es separarme de ti –cada vez sentía más su cercanía y en vez de alejarla como las veces anteriores, dejé que siguiera, su mano llegó a mi mejilla y sentí su ternura haciéndome cerrar los ojos por un segundo entregada por completo a su tacto —Poché... –susurró —¿por qué no quieres entender que no quiero estar lejos de ti?

— Pero es tu futuro... –traté de responder.

— Un futuro sin ti, no lo quiero –los dedos de su mano izquierda llegaron a mi cabello y se hundieron en ellos mientras que con la mano libre acomodaba un mechón detrás de mi oreja. Luego me miró como solo ella puede mirarme y murmuró... —Te quiero tanto, María José –el brillo en sus ojos hacia sentir bonito en mi corazón —mi pollito bonita.

Su cara cada vez se acercaba más a la mía y los nervios se comenzaron a apoderar de mi cuerpo.

—Tengo una idea –hablé algo nerviosa apartándome un poco —¿qué tal si nos vamos éste fin de semana a Cartagena? –ella frunció el ceño, pero yo continué hablando —Invitamos a algunos amigos y tratamos de olvidarnos de todo esto y pasarla bien ¿qué dices? –sonreí tratando de que con eso aceptara.

Quizás lo que necesitamos es un par de días alejadas de esto, de Bogotá, de la academia. Quizás solo necesitamos desconectarnos por un segundo.

— Iré a donde quieras –respondió acariciando mi mejilla —siempre que sea contigo.

¿Por qué tienes que ser tan bonita? Me debilita cuando me habla así.

Ella me sonrió y yo cubrí su mano con la mía perdiéndome en su mirada.

Así fue, planeamos el viaje a Cartagena. Invitamos a algunos de nuestros amigos más cercanos y fuimos ese fin de semana.

Mi plan era pasar el mayor tiempo posible con Calle, la idea de irse a Los Ángeles me perturbaba, no quería que se alejara, pero no sabía cómo decírselo.

Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADAWhere stories live. Discover now