Últimos Instantes

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//Narra Joe//

El sujeto nos apuntaba con la pistola mientras yo le miraba la bomba atada al torso. Tenía la vana esperanza que fuera falsa, pero, seamos realistas, soy cantante, no James Bond para ser un genio sobre artefactos como éste, y poder decidir si es verdadera por simple inspección.

* ¡¿Acaso se quieren morir?!- nos preguntó con un bramido el asaltante.

Amanda tiritó junto a mí, mientras cerraba los ojos, asustada.

* ¡Claro que no, idiota!- le respondí el grito por inercia.

No tengo idea de dónde me salió el valor para decir eso, o la estupidez tal vez, ya que para gritarle “idiota” a un asaltante que te está amenazando de muerte con su arma y tiene una bomba atada al pecho, hay que tener bastantes problemas a la psiquis.

* ¡Se ve que sí tienes ganas de irte de este mundo!- me dijo el sujeto, otra vez con sus aullidos bestiales- ¿Sabes algo?... ¡Te daré una ayuda!-

Con firmeza y decisión, presionó el gatillo de su arma. La bala salió disparada hacia mí, mientras yo veía todo como si fuera una película en cámara lenta. La bala se abría paso a través del aire que nos separaba a una velocidad impresionante. Me quedé perplejo viéndola, según yo, por varios minutos, pero seguramente tardó sólo algunos segundos en llegar a mí y clavárseme. Caí de espaldas al suelo al tiempo que Amanda gritaba como histérica.

//Narra Annie//

Me senté de espaldas a la puerta mientras el timbre no dejaba de sonar en toda mi casa. Es más, me retumbaba en los oídos, como si alguien me hubiera puesto un megáfono cerca de las orejas. Hundí la cabeza entre las rodillas y las lágrimas se me escaparon de los ojos por propia inercia.

* ¿Qué haces? ¿Por qué regresaste?- me susurraba a mí misma- ¿Acaso no te bastó el daño que me causaste antes?-

* ¡Annie! ¡Sé que estás adentro!... ¡Abre la maldita puerta!- gritó él desde el otro lado.

* No quiero volver a verte.- continuaba yo con mis murmullos a mí misma, con las lágrimas bañándome las mejillas- Ya sufrí bastante…-

* ¡Annie, por el amor de Dios! ¡Tenemos que hablar!-

¿Hablar? ¿De qué? ¿Acaso tiene que recordarme que conmigo trapeó el suelo? ¿Por qué volvía? ¿Por qué razón se le antojó regresar?... ¿Qué se le olvidó? ¿Romper mi corazón en más pedazos?

Mi ex dejó de presionar el timbre de pronto, pues la casa quedó en silencio. Sólo podía oír mis sollozos ahogados por el llanto. Me sequé los ojos con los nudillos y me puse de pie. Quería cerciorarme que él se había cansado de esperar y se había marchado lejos. Miré por la abertura de la puerta, no se veía en ninguna parte.

Una vez más puse la mano sobre el picaporte de la puerta, sólo que ahora, lo giré y la abrí de par en par. El frío viento nocturno invadió mi hogar en forma de una ráfaga que me congeló hasta los huesos. El Invierno ya había pasado, pero esta noche era especialmente helada.

Llevé mis ojos al cielo, la Luna me devolvió la mirada. Sonreí, pues sentí que todo estaba bien. Mi ex se había marchado como siempre debió hacerlo y la calma volvía a mi vida.

* Tanto tiempo, mi niña…- dijo alguien a mi espalda.

Un escalofrío me recorrió de la cabeza hasta los pies. Comencé a temblar mientras las manos me sudaban y el corazón amenazaba con escaparse de mi pecho. No quería darme la vuelta y verlo de nuevo, pero él me tomó por los hombros y me obligó a girarme. Quedamos uno frente al otro. Mi respiración agitada se me escapaba por entre los labios. Sus ojos azules me trajeron a la memoria todo lo que había pasado entre nosotros hace tanto tiempo, que ahora me parecían sólo algunos días, ya que el dolor se revivía dentro de mí, como si hubiera sido ayer.

* ¿Creíste que te iba a dejar ir así nada más?- me preguntó con ironía- Sólo un tonto deja escapar a un ángel.-

* Será mejor que te vayas… Zac.-

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now