El Hombre-Conejo

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//Narra Joe//

Con papá y Nick ayudamos a subir a Kevin al auto. Aunque él no quisiera aceptarlo, hoy era el día en que su suerte podría empezar a cambiar al fin. Claro, que debería ponerle mucho empeño si quiere conseguir algo. Me dejaron a mí en el Centro Comercial y ellos siguieron, para dejar a Nick en la escuela, la que, aunque no les quedaba de camino, era paso obligado en la ruta.

Como era mi costumbre, subí por la escalera mecánica hasta el cuarto piso. Aunque fuera del CC hacía mucho frío, dentro, había calefacción que me hacía los días agradables. Digo, gracias a Dios que había, o podría haber muerto de frío entre los conejos de peluche y de mí nunca más se habría sabido.

Como cada día, antes de entrar a “Pink Girls”, me paraba en la tienda de música a mirar las guitarras en la vitrina. Mi sueño hubiera sido trabajar ahí, la verdad,

es que no hay que ser ningún genio para descubrir que me gusta más la música que los objetos rosados.

* ¿Te puedo ayudar en algo?- me preguntó un chico muy alto, parándose a mi lado. Parecía ser empleado de la tienda de mis sueños.

* Sólo si le pidieras a tu jefe que contratara a esta pobre alma para que trabaje contigo.- dije, haciendo pucheros.

* ¿No tienes empleo?-

* Sí tengo… pero no me gusta ¬¬”.-

* ¿Qué haces?- volvió a interrogarme él- Es decir, ¿dónde trabajas?-

* Poniendo peluches en las estanterías… en la tienda de al lado.-

* ¡¿En serio?!-

Al parecer mi respuesta lo había sorprendido, y al mismo tiempo, le había interesado bastante. Me sonrió y me estiró la mano, como saludo, mientras se presentaba.

* Mark Roberts, mucho gusto.-

* Joe Jonas.- respondí, estrechando su mano.

* Tu nombre tiene cierto ritmo, es como si llevaras la música en la sangre.- me dijo, sonriendo- ¿Nunca has pensado en ser cantante?-

* Mmmm… -

Estaba a punto de responder, cuando alguien me tocó el hombro con los dedos. Me di la vuelta, con la vaga esperanza de encontrarme a Annie, pero sólo me topé con los anteojos de marco rosado de mi jefa Molly.

Ella miró su reloj de pulsera, con el entrecejo fruncido.

* Creo que estás algo atrasado, Joseph. El turno comienza a las 08.00 y son las 08.02… ¿quieres que te descuente el retraso del suelo?-

* Si me lo descuenta, estaría trabajando gratis ¬¬…- murmuré.

* ¿Qué dices? Saca la voz, no te oigo, porque hablas como si estuvieras bajo tierra.- declaró mi jefa, que aunque no me pareciera en un principio, poco a poco fui descubriendo que sí era una ogra.

* Que necesito el dinero.- traté de arreglar la situación.

* Entonces, ¿qué esperas haciendo nuevos amigos, en lugar de ir a trabajar?-

Molly empezaba a molestarme, sinceramente, ¿quién le dio permiso para humillarme como ni mi propia madre lo había hecho antes? Se había comportado como un monstruo, tratándome como un niño delante de Mark.

Con ganas de golpear al primero que se me cruzara, ingresé a “Pink Girls”, saludé a Amanda con un gesto de mano y un vago asomo de sonrisa, para después dirigirme al vestidor a cambiarme de ropa. Cuando abría mi gaveta, Molly me detuvo. Me había seguido hasta allá sin que yo me diera cuenta.

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now