Celos

268 4 0
                                    

//Narra Joe//

Poco después que Frankie se fuera a su cuarto, yo decidí hacer lo mismo, pues el reloj en la cocina indicaba lo tarde que era. Aún me sentía un extraño en mi propia casa, pero, por hoy, ya no quería más problemas en los que pensar. Quería nada más arrojarme sobre mi cama y dormir como un bebé, pensando que al día siguiente no habrá nada de qué preocuparse, que nada malo podría suceder; pero las cosas nunca se dan como uno quiere. [menos en esta novela, querido xD]

Apenas llegué al segundo piso, me encontré con Kevin en su silla, tratando de mover las ruedas con una mano, ya que tenía el otro brazo enyesado. Me acerqué como pude para intentar ayudarlo, pero él hizo un movimiento brusco para evitarlo. Lo observé extrañado, sin entender bien qué pasaba.

//Narra Kevin//

No me explico bien por qué lo hice. De un momento a otro lo vi acercándose a mi silla, y le corrí la mano con un impulso. No sé si fue por el hecho de sentirme aún más inútil si le permitía que me ayudara a mover las ruedas, o tal vez fuera porque a Joe comenzaba de a poco a verlo como el príncipe azul que mi querida Amanda merecía. Se veían tan felices juntos, con tanta química entre ellos dos, que no me sorprendería que, de un día a otro, mi hermano la presentara como su novia.

Era un temor que se acrecentaba más en mi corazón con cada minuto que pasaba. Joe y yo nos mirábamos en medio del pasillo, en medio de un silencio incómodo. De la nada, algo dentro de mí me obligaba a verlo como competencia… Mi paranoia crecía mientras él no me sacaba los ojos castaños de encima.

* ¿Dónde están los demás?- quiso saber él- ¿Duermen todos?-

* ¿No sabes?- respondí yo, con otra pregunta. Le di la vuelta a mi silla, y me encaminé hacia mi cuarto- Nick tuvo una crisis, descuidó su tratamiento y los nervios terminaron por pasarle la cuenta.- continué diciendo sin dejar de avanzar- Ya está bien, pero la Privada ardió en llamas por su culpa.-

* ¿Es una metáfora?-

* Claro que no.- volteé mi cabeza y lo observé- Nick incendió la Escuela por accidente… La Oficina del Rector ahora son sólo cenizas.-

* ¿Recuerdas esa oficina?- me preguntó Joe. Adiviné, por el brillo de sus ojos, que estaba recordando viejos tiempos- Me llevaban siempre ahí, cada tarde después de clases… Los profesores decían que era muy inquieto.-

* ¿Por qué sería eso?- mencioné con ironía.

* ¬¬ … Mandy decía que yo tenía tarjeta de cliente frecuente para ver al Rector. Supongo que merecía premio por ser el alumno que más lo veía o algo así, ¿no crees?-

Mi hermano trataba de sacarme una sonrisa con sus recuerdos, pero yo no quise. Lo dejé hablando solo, y me entré a mi alcoba, dando un portazo. Sí, la verdad es que él es la persona que Amanda necesita a su lado; si ella lo elige, pues yo sabré

comprender. Confío en que Joe la hará feliz, aunque el solo hecho de pensarlo me crispe los nervios.

Abrí una gaveta en el mueble cercano a mi cama, y busqué una fotografía de algunos meses atrás, antes de quedar inválido. Fue la última que nos tomamos con Amanda. La observé con cuidado, sin olvidar ningún detalle. Sonreíamos abrazados, pesando que teníamos un futuro para nosotros, al alcance de nuestras manos, pero finalmente el Destino nos jugó una mala pasada y decidió que no fuera así. Nos prometimos un Amor eterno, pero nos duró menos que un suspiro.

Supongo que es el Destino quien elige por nosotros…

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now