Mal Presentimiento

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//Narra Cathy//

El autobús, además de andar a paso de tortuga, me dejó en cualquier sitio menos en el hospital. Odio cuando sucede eso [yo también xD]. Era de noche ya, y me daba algo de miedo caminar sola por la ciudad. Tal vez sea cosa mía, no sé, quizás creo que todo el mundo me persigue… sin embargo, juraría oír pasos a mis espaldas.

Apuré el paso lo más que pude, tratando de no aparentar que huía. Gracias a Dios las calles que me guiaban al hospital donde supongo que llevaron a Kev eran bastantes transitadas.

Los pasos me asustaban, de verdad me daban pánico. Tenía la piel erizada y el corazón latiendo como loco. Ese miedo me volvía loca. No quería mirar hacia atrás, no quería… Me negué, contuve mis impulsos. El hospital está cerca, nada más a tres cuadras.

Pero ocurrió lo que yo menos quería. Me tocó un semáforo en rojo y me vi obligada a dejar de caminar. Sentía que los pasos se me acercaban más y más. Los escuchaba con eco del sólo terror que les tenía.

Se me pasaron mil películas por la cabeza. No sé, algún asesino serial, algún prófugo de la justicia, un monstruo, lo que fuera… Apreté mis manos, y sólo entonces me di cuenta que estaban bañadas en un sudor frío.

* Cambia, vamos semáforo estúpido…- susurré como suplicando.

En eso… se enciende la luz verde. Me preparé para continuar caminando, pero una mano se aferró a mi brazo y me lo impidió. Me di la vuelta y…

//Narra Joe//

Estábamos en la sala de espera. Mamá sentada en una silla con un café entre las manos y Frankie a su lado, somnoliento. Madrugar tanto últimamente le ha causado estragos. Yo iba, impaciente, de un lado hacia otro.

Observaba continuamente la habitación en la que nos encontrábamos. Había muchas más personas esperando para saber cómo estaban sus familiares. Padres primerizos, ancianas que pronto serían viudas si sus esposos no sobrevivían; familias enteras con sus últimas esperanzas puestas en las manos de los médicos.

La puerta de la sala de estar se abrió de pronto. Era mi padre, que venía apurado y con los nervios de punta. Se allegó a mí y me tomó por los hombros.

* ¡¿Qué le pasó a Kev?!- me gritó, mientras me sacudía. Mis pies apenas tocaban el suelo.

Miré sus ojos. Estaban rojos y casi desorbitados producto de la emoción contenida. No supe qué responder. ¿Cómo le digo que Nick casi lo mata? ¿Cómo le hecho la culpa a mi hermano?... Además, él no está presente. Ni siquiera sé por qué discutían de esa manera.

* Joe no sabe nada…- respondió Mamá por mí.

Se había puesto de pie y le hablaba a mi padre, al mismo tiempo que había puesto sus manos en sus brazos, como pidiéndole que me soltara.

* No sabemos bien cómo fueron las cosas… Los únicos que saben son Kev y Nick…- dije yo al fin- Y ninguno de ellos está aquí para contarnos.-

Papá me liberó y caí sobre mis pies como un saco de cemento. Me arreglé la chaqueta mientras él me recriminaba.

* ¡¿Qué clase de juego tienen ustedes?!- casi gritaba, la gente había comenzado a vernos con extrañeza- ¡¿Acaso no se comportan de acuerdo a su edad?!... ¡Tienes 18 años!...-

* ¡Él no tiene la culpa de nada!- gritó Frankie, con los ojos empañados- Fue esa mujer… la mujer a la que Nick ama…-

Papá llevó sus ojos hacia Frankie. Había dado un paso hacia él cuando la puerta de la sala de espera volvió a abrirse… esta vez no entró una sola persona, sino una docena, con cámaras de televisión y grabadoras de voz.

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now