Deseos

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//Narra Joe//

He hecho de todo para salir de este agujero de pena y decepción en el que poco a poco me hundía. Las últimas palabras de Annie eran recurrentes en mis pesadillas. Cada noche, su melodiosa voz me decía en sueños que me marchara lejos y la olvidara, mientras yo corro tras ella persiguiéndola sin jamás poder alcanzarla antes de despertar.

Han pasado tres semanas de falsas sonrisas, de vanos intentos por simular lo que siento; esta maldita pena que me destroza y me mata desde dentro. Por las

noches, casi inconcientemente, he llorado lágrimas producto del dolor. Lo sé, porque a veces despierto de madrugada y mi cara está bañada en mi llanto.

Intento salir de esto de mil formas distintas. En mi trabajo, he querido distraerme de todo lo que siente mi corazón. Cada mañana, me calzo mi traje rosado que tanto detesto con mi placa que aún dice “Went”. No he vuelto a pedirle a Molly que la cambie y escriba bien mi nombre, ya simplemente me da igual. Muchas cosas han perdido importancia para mí.

Me frustra el comprender que por más esfuerzo que haga, no puedo sacarla de mi cabeza y menos arrancarla de mi corazón. He querido, juro que he querido hacerle caso, pero no me es posible. Cada tarde, después del trabajo, casi por inercia, Amanda y yo pasamos por fuera de la casa de Annie. Claro que mi compañera en “Pink Girls” no tiene idea que ahí vive la chica de mis sueños. Siempre le doy una sutil mirada, esperando verla asomada en una ventana, esperándome tal vez… Sin embargo, nunca está. Ya nunca más estará… Nuestros caminos se están alejando más y más. Y a mí no me queda más que aceptarlo.

* ¿Ocurre algo?- preguntó Amanda, avanzando a mi lado- Cada vez que pasamos por aquí te tensas.-

* No es nada, Amanda.- respondí fingiendo mi mejor sonrisa, y agregué, tratando de sonar divertido- Bueno, tal vez le tenga miedo a esa casa. No sé, cuando uno es pequeño siempre imagina que hay brujas en la casas de los vecinos, ¿no?-

* Pero ellos no son tus vecinos, Joe… Yo sí lo soy jajaja… Al menos me mudé hace sólo unos pocos años, porque en una de esas, si hubiéramos sido vecinos desde pequeños, creerían que yo soy la hija de la bruja.-

Sin darnos cuenta, ya estábamos juntos a nuestras casas. Como la de Amanda quedaba de paso, la acompañé hasta el pórtico y nos sentamos ahí un rato, a conversar un poco mientras mirábamos las estrellas en el cielo nocturno.

* Nick no ha vuelto a dejar sus medicamentos otra vez, ¿cierto?-

* No se lo permitiríamos.- contesté, jugando con mis dedos- Ya no dejaremos que los descuide nunca más.-

* Pobrecito, como quemó la Privada por accidente, ahora debe ir a una escuela provisoria del otro lado de la ciudad.-

* Se lo merece, ¿no?-

Ella y yo nos miramos y reímos. Nos gustaba reír de cualquier cosa, la verdad es que con Amanda nos habíamos vuelto muy amigos trabajando todo el día juntos en la tienda. Ella me animaba mucho, casi sin notarlo, se había vuelto un apoyo muy grande en mi vida desde que pasó lo de Annie.

* ¿Y cuándo comienza la rehabilitación de Kevin?- quiso saber ella.

Con esa pregunta, el aire de diversión que había entre nosotros se tensó. Hablar de Kevin con Amanda no era mi tema preferido, pues yo sabía bien que ella aún lo amaba demasiado, pero para mi hermano, la relación que tuvieron ya era parte del pasado.

* Mañana empieza.- respondí- Es probable que ni con todo los esfuerzos que haga vuelva a caminar, pero supongo que debe intentarlo.-

* Debemos creer en los milagros, ¿no?...- Amanda sonrió otra vez, con sus ojos brillantes porque se le habían empañado al hablar de Kev. Luego miró el cielo- ¡Joe, una estrella fugaz! ¡Pidamos un deseo!-

* ¿Crees que funcione? Una vez pedí un auto deportivo, y nunca llegó.-

* Eso se le pide a Santa Claus… - se burló Amanda- Pidamos algo que sólo un deseo mágico podría lograr…-

¿Qué sería eso? Son tantas cosas las que deseo pedir que cambien, que no sé por cuál decidirme. Quisiera que Annie no me pidiera más que la olvide, también me

encantaría que Kev volviera a caminar, que mi familia esté unida una vez más, que volvamos a los escenarios a cantar nuestras canciones frente a nuetras fans… Son tantas cosas las que desearía… Una vida nueva, o al menos distinta a esta… Un nuevo comienzo… No estaría mal, ¿verdad?

* ¿Qué pediste?- preguntó Amanda, cuando la estrella ya había desaparecido.

* Eso no se dice, o el deseo no se hace realidad.- respondí, con las mismas palabras que siempre dicen los niños.

* Ojalá esta vez nuestros deseos sean más que sólo deseos.-

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now