Pesadillas

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//Narra Joe//

Arrastrando los pies llegué a casa casi sin ánimos de nada, fingiendo una sonrisa con las fuerzas que ya no tenía. Aunque por fuera parecía ser tan alegre como siempre, por dentro mi corazón se caía a pedazos, sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo. Sentía un vacío inmenso, como si hubiera un agujero que se tragara toda mi felicidad, y me dejara desprotegido como a un niño.

Al entrar a la casa, no había nadie en la sala de estar, supuse que se debía a lo tarde que era y no me tomé la molestia de preocuparme. Dejé mi chaqueta y me dispuse a subir las escaleras, pero en ese instante apareció Frankie bajo el marco de la puerta de la cocina. Tenía un vaso con leche en la mano.

* ¿Tienes problemas para dormir?- pregunté- Los niños pequeños toman leche cuando el sueño se les hace difícil de conciliar.-

* Esos niños deben ser especiales, porque yo tomo leche cuando tengo hambre.-

* ¬¬ … ok, lo que digas.- me rendí, pues no quería discutir… aunque discutir no es lo mismo que molestar, ¿o sí?- Pero tendrás pesadillas si comes mucho antes de dormir.- agregué, a ver si lo asustaba un poco, pero eso no fue lo que pasó.

“The man” había estado con el ceño fruncido, pero apenas le dije eso, su expresión cambió. No se veía temeroso, sino triste. Tomó un sorbo de leche y me dio una mirada.

* Pues yo creo que hace tiempo vengo teniendo pesadillas.- confesó con un tono muy bajo de voz- Desde que la tal Lucy puso un pie en nuestra casa, las pesadillas no dejan de atormentarnos. ¿Crees que hemos comido mucho antes de acostarnos y por eso las tenemos?-

Su pregunta inocente me pareció una espina clavándose en mi corazón, ya tan destrozado. Mi propio hermanito sufría tanto como todos nosotros, pero yo estaba muy preocupado pensando en mí, en mi trabajo o en Annie, como para darle atención a él. La verdad, es que como han pasado tantas desgracias juntas, en lugar de unirse, nuestra familia se separa cada vez más. Antes no éramos así, antes había algo que nos mantenía unidos a pesar de todo… ¿Qué era? ¿Amor?... ¿Y qué pasa que ya no lo sentimos tan fuerte?

* ¿Quién te hizo eso?- quiso saber mi hermano menor, apuntándome el ojo herido y, de paso, devolviéndome a la realidad.

* ¿Esto?- dije, llevando una mano cerca- Pues no es nada. Sólo pasó que una choqué contra una puerta.

* Debió ser una puerta con buenos puños para dejarte así.- mencionó él, antes de subir a su cuarto con su vaso de leche fría y dejarme solo otra vez.

Miré a mi alrededor. Esa casa donde crecí poco a poco ya no parecía mía ni de mi familia. La verdad, es que de un momento a otro, mi familia se volvió sólo un grupo de personas que tienen el mismo apellido. Los quiero más que a nada en este mundo, pero por alguna razón, el lazo de amor que nos une se ha vuelto débil… está a punto de romperse, si no hacemos algo pronto…

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now