Corazas

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//Narra Nick//

Me sentía terrible con las giras suspendidas. Tenía tantos deseos de ir a Latinoamérica que me había informado bastante sobre la cultura de allá, y hasta había tomado cursos de español por Internet. Por lo menos ya podía saludar a los fans en su idioma. [qué tierno! =D]

Pero ahora que Kev decía que dejaba la banda, todos mis sueños y esfuerzos se vinieron abajo. No hubo modo de convencerlo ni hacerlo reaccionar. Su decisión estaba tomada y no había más vuelta que darle al asunto.

Sin embargo, papá tomó al toro por las astas, y dejó la situación clara. Se suspendía la gira, pero la banda no se separa. Kevin, de algún u otro modo, tendría que continuar con las presentaciones. No ahora, que su ánimo no se lo permitía, sino después, cuando se acostumbrara a su silla. A eso se refería papá cuando dijo que entendía las razones de Kev, las comprendía por mientras él se sintiera desvalorado y marginado.

En un principio, Kev no había querido ir al IR, produciéndose varias discusiones con papá por eso, pero finalmente debió ceder. Él no sabía que los planes de papá lo mantenían en la banda aún, digamos que era nuestro secreto. Según Kev, Jonas Brothers éramos sólo Joe y yo.

Mañana comenzarían las sesiones de rehabilitación, y mi hermano no estaba con el mejor humor. Quise conversar con él para animarlo un poco, pero se negó. Me pidió que saliera de su cuarto y cerrara la puerta. Sinceramente su carácter huraño ya me colmaba la paciencia.

Cuando cerraba la puerta, apareció “the man” y me dio un abrazo muy apretado y sorpresivo. De la nada también apareció Joe, que venía corriendo tras él con una pistola de juguete en la mano, muy sonriente.

* ¡Estoy abrazando a Nick!- gritó Frankie- ¡No puedes matarme aquí!-

* ¡Sí, puedo!- rió Joe- ¡Te mataré, pequeño ladrón!-

Joe lo apuntó con su “arma” y “the man” me abrazó más fuerte. Yo, aunque trataba, no los entendía. ¿A qué diablos jugaban?... Y lo más importante, ¿cómo puede Joe jugar en estos momentos? ¿No se da cuenta que se suspendió la gira que tanto esperábamos hacer?

* ¡Si me disparas, matarás a Nick también!- gritó Frankie otra vez.

* No puedes tomar rehenes.- explicó Joe, bajando la pistola y observando a “the man”- Además, sabes que a mí no me importa matar a Nick.- me miró y me guiñó un ojo- Tu rehén no vale la pena… ¡Los mataré!-

Joe volvió a amenazar a Frankie. Esta vez, él levantó las manos y gritó que se rendía. Sin embargo, a Joe no les bastó con eso, y disparó. Una pelota de goma rebotó en el pecho de “The man” y él se arrojó al suelo fingiendo dolor.

* Me… disparaste…- le dijo desde el suelo, simulando que se desangraba (pues con las manos se apretaba el pecho) y le costaba trabajo hablar. Joe se agachó de rodillas a su lado- Íbamos a… compartir… el botín…-

* Yo trabajo solo, pequeño.- explicó Joe, sonriendo satisfecho- Pero sólo tú cabías por el agujero que le hicimos al banco.-

* ¿Me… usaste?-

* Mmmm, déjame pensarlo… ¡sí!-

* ¡Nooooo!-

Frankie cerró los ojos y se hizo el muerto por varios segundos, mientras la saliva se le escapaba de la boca y le recorría la mejilla. Creo que ellos dos tenían una gran imaginación. ¿Asaltaban bancos?

* ¿No estás grande para jugar a los policías y ladrones? ¬¬ - pregunté viendo a Joe.

* Te equivocas, jugamos a ladrones y ladrones. Los dos éramos socios al principio, pero yo lo traicioné… Lo planeé desde antes que empezáramos a jugar.-

* ¡Tramposo!- gritó Frankie desde el suelo y le arrojó la pelota con la que Joe lo había “matado” antes.

La verdad es que me sorprendía como estos dos podían jugar a casi cualquier cosa. Si estaban aburridos, de la nada inventaban algo y empezaban a divertirse. Siempre admiré esa capacidad que tenía Joe, creo que nunca se aburría. Para él, cada momento tenía una gracia especial. Yo soy gracioso, pero él se lleva el premio. Creo que llegó primero a la repartición de simpatía, personalidad y ánimo. Nunca teme hacer el ridículo ni verse como un niño pequeño. Sonreí mientras los vi correr una vez más.

//Narra Joe//

Jugué con “the man” hasta que me aburrí de perseguirlo por toda la casa y después dispararle. A él no le gustaba que nuestros juegos se terminaran, supongo que soy bueno inventando algo con que divertirnos; por lo que opté por la mejor idea: Que él fuera quien terminara esta vez. Le entregué el “arma”, arranqué unos metros, me fingí acorralado contra una pared y me disparó... como yo quería que ocurriera [xD]. Me hice el muerto por varios minutos, de espaldas en el suelo.

* ¿Cuándo te vas a levantar?- quiso saber Frankie cuando se aburrió de esperar que yo “reviviera”, mirándome mientras yo estaba acostado en el suelo, con los brazos abiertos.

* Los muertos no se levantan.- le expliqué, con los ojos cerrados.

* Tampoco hablan.- me recordó él.

* Buen punto.- dije y me quedé callado, para forzarlo a irse.

Finalmente se aburrió de esperar que yo mágicamente “resucitara” y se marchó. Apenas lo vi lejos, me puse de pie y salí de la casa. Quería ir a darme una vuelta por la ciudad y de paso, saludar a un viejo amigo que no veía hace algún tiempo.

Miento. La verdad es que quería dejar de pensar en la gira suspendida y en la disolución de la banda. Realmente seguimos siendo Jonas Brothers, aunque Kev no lo sepa. Papá nos aconsejó que por mientras Kev asiste al IR, nosotros con Nick podemos pensar en las canciones para el nuevo disco. Eso me parecía difícil, ya que estamos acostumbrados a hacer esas cosas los tres juntos, como hermanos. Si nos faltaba uno, no sería lo mismo.

Para distraerme un poco, decidí salir. Si de paso me encuentro con mi amigo, sería genial. Jugué con Frankie para pensar en otras cosas, pero sinceramente no importa lo que haga, mientras esté en mi casa y sepa que hay alguien que no se siente bien, sean Mamá o Kevin, en este caso, yo no puedo dejar de preocuparme. Hago

como que no me importa, pero reconozco que es sólo una coraza para protegerme del daño.

Iba caminando tranquilamente, con las manos en los bolsillos, cuando la vi. Caminando por la vereda del frente iba la chica que lograba hacer que mi corazón latiera como un loco sin que yo pudiera comprender por qué. Quise correr a alcanzarla, pero el semáforo cambió de color.

* Sólo no camines demasiado rápido.- le pedí a la distancia, en un susurro, como si con eso ella pudiera oírme.

Por fin el semáforo estuvo en verde y yo crucé corriendo hasta la otra acera. Esta vez, Annie me escucharía.

Another Day in the ParadiseWhere stories live. Discover now