Locked In [larry stylinson]

Capítulo 70. Heartbeat.

—Louis, tienes que terminar con ella.

Ambos chicos están solos en el living. Todos han ido a descansar, pero ellos dos simplemente tomaron esa soledad para hablar tranquilos.

—¿Cuál es el caso? Harry está más lejos que nunca... Jamás podré estar con él, ¿qué más da?

—Lo estás lastimando.

—No le importo.

—¡No seas idiota!— exclama Cameron, exasperado —La gente no deja de tener sentimientos sólo así, de la nada, a él le importas.

—¿Y qué? ¿No se supone que él debe superarme? Lo amo, Cameron, lo amo tanto... Pero sólo lo lastimo y... no estoy seguro de que alguna vez pueda ser diferente.

—Louis, por favor— le pasa la cajetilla, de donde Louis saca un nuevo cigarrillo —Recupéralo.

—No puedo— dice, con el objeto entre los labios, intentando encenderlo con sus manos temblorosas —Mi mamá va a la iglesia, mis hermanas aman a Ele, mis amigos... Jamás me lo perdonarían.

—¿Y tú?— le quita el encendedor con molestia, y enciende el cigarrillo él mismo, desesperado de ver los inútiles intentos del chico —Lo quieres, él te quiere, ¿qué tienen que perder?

—Niall me mataría.

—¡Deja de ser un maldito cobarde y arriésgate por primera vez!— le grita —Estoy harto de escucharte quejándote, lloriquear, ¿qué vas a hacer? ¿Sollozar por siempre? ¡Levántate y haz algo al respecto, maldición!

Louis toma su cajetilla, y revisa su interior. Lleva seis, y apenas salió de la habitación hace hora y media. A este paso, se terminará todo lo de la semana.

—Ayúdame— suplica.

Rueda los ojos —Termina con Eleanor, ella tampoco se lo merece.

—No quiero herirla de nuevo

—Entonces no puedo ayudarte— sentencia. No se va, porque no planea dejar solo a Louis, pero no dice más, y no responde a lo que el castaño dice a partir de ahí.

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—¿Niall?— pregunta Harry, su voz cansada, como si acabase de despertar de una siesta.

—¿Qué pasó? ¿Qué necesitas?

—Nada, sólo... me preguntaba si... podría quedarme contigo.

—No tienes que preguntar— después de un par de minutos, se escucha una puerta cerrándose, seguramente la de la entrada, pues el bullicio de la calle se hace presente —¿Qué ocurrió? ¿Viste a Eleanor? Me la topé cuando salía.

—Así es— suspira —No quiero estar aquí cuando ellos estén... Haciendo sus cosas... Y sabes que no me gusta ir a casa desde que pasó lo de mamá... Además, Roger dijo que tenía permiso para no aparecerme por aquí, ¿por qué no aprovecharlo?

—No tienes que explicarme, siempre puedes quedarte acá.

—Gracias— sonríe —Empacaré algunas cosas, nos vemos en... ¿Diez minutos?

—Seguro, ten cuidado.

La llamada termina. Son las once de la noche, y Louis aún no regresa. Aunque se pregunta dónde está, se prohíbe pensar en ello.

Lentamente se pone de pie. En su maleta deportiva hecha algunos bóxers, calcetines, y prendas de vestir, además de sus medicamentos. Lo deja en el piso, y vuelve a sentarse, aguardando a que llegue su amigo.