Capítulo 36. Bang me.

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Los lunes, como siempre, al finalizar las clases, los jugadores se dirigen al autobús del equipo para ser llevados al dormitorio. Ya que, el primer día de la semana no hay entrenamiento.

—¿Qué tal tú día?— se encuentra con Eleanor cuando va de camino al estacionamiento.

—Bien... Pudo ser peor, aunque algo lento sin duda... ¿Qué tal tú?

—Interesante ya que elegí clases útiles para mi carrera— menciona, como si estuviese intentando hacer sentir culpable o algo parecido al castaño.

—Ahí está el problema, yo no tengo una carrera... Pero al menos sé que no será Literatura, gracias al primer semestre.

—Descartar es al menos un paso que estás tomando.

—No me gusta eso que haces... Eso de actuar condescendiente conmigo.

—¿Porque tengo razón?

—Porque es molesto, si necesitase un discurso de "tu vida no tiene rumbo" iría con Shan, o con algún profesor, incluso mi madre... Mi novia no es de quien quiero oírlo.

—¿Porqué no se supone que la mujer con la que sales tenga más poder que tú?

—No conviertas esto en algo que no es, sabes que no es eso, además no estamos hablando de "poder", odio que me den órdenes y ya.

—Lo siento— sonríe —Esas clases de sociología llegan a mis nervios.

—¿Estudias sociología? No recordaba esa especialidad como la tuya.

—No lo es, solamente tomo una clase extra por interés.

—Asombroso— se detiene —Debo irme, Shan se enoja cuando soy el último en llegar... Lo cual ocurre demasiado seguido... ¿Hablamos más tarde?

—Seguro— se inclina para darle un beso, el cual dura algunos segundos —Hasta luego— se dirige a su propio automóvil, mientras el castaño emprende camino al autobús.

Sube con ritmo calmo, y va directo a su lugar habitual en el fondo del autobús.

Apoya su frente en el frío cristal, y mira hacia su colegio. La gente sale en grupos, aventándose entre sí para abrirse paso entre el mar de gente.

El vehículo inicia su motor, y emprende camino al dormitorio. Aleja su rostro de la ventana.

Todo está en un extraño (e incluso sospechoso) silencio. Si no estuviese tan cuerdo, Louis juraría que todos se encuentran conspirando en su contra. En su lugar, se coloca los audífonos y lo deja pasar.

Cierra los ojos con su cabeza ligeramente lanzada hacia atrás. El primer par de semanas siempre le resulta exhaustivo. Y no es que tenga un horario muy absorbente o clases muy agobiantes, es solo que necesita un poco de tiempo para volverse a hacer a la idea de que la vida no es películas y pijamas a las tres de la tarde. Sorprendentemente, hacer lo contrario le toma apenas un par de segundos.

Comienza a golpetear su muslo al ritmo de la música con un bolígrafo, cuya tapa mantiene entre sus dientes. Sonríe para sí mismo.

Harry, por curiosidad, mira hacia el castaño, y cae en cuenta de que aún no sabe qué tipo de música escucha Louis. Harry aún no tiene la más mínima idea sobre el cantante favorito de Louis, o si es más un tipo de bandas, o de boybands o de óperas u orquestas. Harry sólo sabe que a Louis, por alguna razón, le gusta 'Til I forget about you, e incluso ha llevado ese gusto a un nivel espiritual, según las propias palabras del castaño.

Quizás ahora mismo se encuentre escuchando a los Backstreet boys, o a Enrico Caruso, o al gran Elvis.

Así que, cuando han llegado a los dormitorios, se toma un montón de tiempo para ponerse de pie. Tanto tiempo como necesita Louis para llegar a la bajada del bus. El rizado lo alcanza y quita el auricular de su oído, llevándolo al propio.

Locked In [larry stylinson]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant