Capítulo 16. Isn't it.

448 33 6
                                    

Louis recibe su nota. Y tiene 30 puntos de 30. Y no puede creer que lo logró.

Mira esos dos números fijamente. Tres y cero. Juntos. Un treinta. Un jodido treinta que en su mente suena a perfección, a luna llena, a círculo completo, ¡a un maldito pastel entero!

Su sonrisa es tan grande que casi escucha a Disney dándole una audición para Alicia en el país de las maravillas. Pero no importa, porque él la tomaría y sería la persona más feliz de la tierra.

Bien, quizás eso no le asegura llegar a la nota mínima que le es obligatoria, pero le resulta satisfactorio ver esos pasos pequeños que podrían llevarlo a su éxito.

Y ni siquiera siente molestia al leer las palabras: Historia de O, Pauline Réage/Dominique Aury/Anne Desclos; examen en dos semanas, escritas en la pizarra, y no le molesta escuchar al profesor explicando el contexto y la clasificación de la novela: porque ni siquiera lo está escuchando, sólo escucha al duendecillo en su cerebro diciéndole que es el jodido amo del mundo.

La clase termina, y por alguna razón inexplicable no siente que Artes es inútil como clase de preparatoria, y va a tomarla con gusto. Presta atención y escucha atentamente a la profesora hablando sobre las mayores pinturas de los tiempos y sus respectivos periodos.

Sin embargo, para cuando llega la clase de Geografía, la euforia deja su cuerpo y vuelve a perderse todo lo que el profesor dice.

-----

Niall llega con su característica alegría a la mesa en la hora del almuerzo. Liam arma un cubo rubik, y Harry hace algún proyecto escolar.

—¡Chicos!— exclama y se sienta junto a Liam —Aprobé Historia, y ¡miren, miren!— llama, pues ninguno de los dos lo ha visto, sólo lo escuchan —¡Mírenme!— ambos hacen lo pedido, y el rubio les sonríe amplio —¡No tengo frenillos! Soy un hombre nuevo.

Harry le sonríe —Claro, supongo que ahora te desharás de tus lentes, ¿uh?

—¿Qué hay de malo con mis lentes?— frunce el ceño y mira a Liam —Yo creo que luzco espectacularmente bello.

—Por supuesto que sí— responde el castaño —Pero pensamos que reformarías tu imagen por completo, ya sabes, todo tú; quizás hasta dejar de teñirte el cabello— vuelve a su cubo.

—Eso jamás pasará— frunce el ceño —Quizás los lentes, pero no el tinte— se queda pensando unos segundos —Si, los lentes se irán, le diré a papá— saca su móvil y comienza a escribir un mensaje de texto.

—Así dejarás de dar la impresión de que eres un cerebrito— Harry sigue escribiendo en su libreta —Quizás hasta te consigas una novia.

—Insisto, soy hermoso de todas formas— guarda el celular —Y no luzco como un cerebrito, Styles, tú eres idiota.

—Eso no es cierto, Liam, díselo.

—Liam, no digas una sola palabra.

—Liam, ¡ábrele los ojos!

—Liam, no abras...

—Bien, de acuerdo— interrumpe y deja con brusquedad el cubo sobre la mesa —Sí luces como un cerebrito, y sí eres un idiota, ahora cállense y déjenme concentrar— vuelve a tomar el juguete y sigue armándolo.

Los tres chicos se quedan en silencio, hasta que Liam hace un sonido de felicidad.

—¡Lo hice! Toda una semana ha valido la pena— deja con efusividad el juguete sobre la mesa, con todos los colores en el sitio correcto.

Locked In [larry stylinson]Where stories live. Discover now