Capítulo 79. The lovers of Roissy.

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El viernes es un día bastante gris.

La lluvia cae desde las once de la mañana, por momentos es llovizna, por momentos es tormenta, pero agua cae por horas del cielo.

El entrenamiento debe ser cancelado, así que Louis dedica toda la tarde a realizar maletas. El resto del equipo no necesitó ni diez minutos para lanzar la ropa dentro de sus mochilas e irse del edificio el mismo jueves en que ganaron el partido. Pero Louis llevaba un rato llorando para cuando llego a los dormitorios, y lo único que quería era echarse a su cama y dormir hasta el día siguiente.

Así que ahí está, solo en el edificio, doblando torpemente su ropa, y lanzando cosas a su cama. El cuarto es un desastre, a excepción de la antigua cama de Harry.

Sabe que no puede seguir así. Cada vez que habla con el rizado, y después deben volverse a apartar, se siente más triste que antes, más solitario, más miserable. Y todo el tiempo lo extraña.

Alrededor de las siete comienza a escribir en su libreta, sin parar, sus ojos se humedecen, y no puede creer lo mucho que ha llorado últimamente. Pasa mucho tiempo escribiendo, tachando palabras y arrancando hojas. Cuando finalmente logra terminar, y escribir lo que tanto ansiaba, son las diez de la noche, sus ojos y cabeza se sienten pesados, su cuerpo parece estar entorpecido, y no se ve capaz de realizar actividad alguna. No termina de guardar las cosas.

El armario se ha vaciado, y todo lo que había en su interior pasa a estar en la cama de Louis. Todo lo que había en el escritorio también está en su cama, y las cosas del buró también están ahora sobre el colchón. El castaño podría jurar que muchas de las cosas que están ahí no son suyas, y eso hace la tarea más complicada.

Tiene que dormir, pues apenas puede mantener sus ojos abiertos. Así que decide usar la cama de Harry.

Es decir, es la última noche que él pasará ahí, Harry ya nunca la usará de nuevo, y usar su propia cama simplemente no es una opción.

Se envuelve en las sábanas, sin molestarse en quitarse la ropa. Duerme en jeans, playera y converse. Apenas perceptiblemente, pero la cama emana una esencia a Harry, lo cual no hace mas que aumentar la añoranza que siente por estar entre sus brazos.

Se siente mal. Se siente solo. Se siente como si nada de lo que haga le devolverá al rizado. Por primera vez siente que le han arrebatado la esperanza.

Entre pensamientos de tristeza y sentimientos de soledad, se queda dormido, sobre esa almohada en la que antes Harry dormía, creando una escena que Louis extraña.

Al día siguiente, se siente mucho mejor. Empaca todo, incluso aquellas cosas que no son suyas; pues no sabe si Harry planea volver por ellas, no sabe si Harry sabe que están ahí, pero de cualquier manera no quiere dejarlas olvidadas.

Siente un dolor en el pecho cuando sale del edificio. No era así como imaginaba su último día viviendo ahí. Al inicio, pensaba que saldría corriendo con alegría, y recogería a sus hermanas antes de llevarlas por un helado, y Eleanor estaría ahí también, y Zayn y Taylor y Shawn, todos serían un grupo de gente feliz; después pensó que él y Harry se despedirían en la entrada, con la mano, y cada uno tomaría su camino; su última visión fue también con Harry, pero esta vez el rizado lo rodaba por los hombros, y ambos caminaban con tranquilidad a comprar helados de McDonalds, riendo y besándose.

Sin embargo, camina solo, con la mirada baja, camino a casa.

Es un camino largo. Carga demasiadas cosas, y lo único que le hace sentir ligeramente más alegre es el pavimento húmedo sobre el cual camina, y el olor a lluvia que llena su nariz.

Locked In [larry stylinson]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon