Locked In [larry stylinson]

Capítulo 21. Whenever you wanna be kissed [2]

El rizado se siente extrañamente molesto, y no puede lidiar con el hecho de que ha besado a Louis Tomlinson.

Bien, quizá lo que más le molesta es la idea de que ahora Louis lo evite.

Es decir, ¿por qué? Harry jura que podría besarlo una y otra vez, y le tomó tanto tiempo lograr hacerlo, que simplemente le deprime saber que no podrá hacerlo más. Y ¡Louis también lo besó a él!

Y no es que quiera salir con Louis, o que sea precisamente la persona de sus sueños. Pero, ¿cómo logrará entrar en sus pantalones si ni siquiera puede besarlo sin causar todo un alboroto?

Cierra bruscamente su locker, y Niall aparece en su campo de visión apenas lo hace, sonriéndole y saludándolo como si nada pasara.

Y quizás, es cierto. No tiene porque hacer un gran escándalo con ello. Si Louis quiere evitarlo, que lo haga, Harry puede conseguir lo que quiere en otro lado.

Así que se predispone a olvidarlo y seguir adelante, a hacer su vida.

Aunque, las últimas semanas, realmente comenzaba a apreciar al castaño.

Es decir, no hacían mucho más que tirarse en sus respectivas camas y hacerse preguntas random simultáneamente. Y de vez en cuando comenzar un debate o plática con respecto a sus respuestas. Pero, ¿qué más da? Niall también es bueno en decir tonterías y discutir por cualquier detalle.

—¡Oye!— exclama, aunque ya tenía la atención del rizado —Dile a Louis que hizo un buena elección con las flores, ¡mi madre las amo!— sonríe emocionado

Harry tarda un par de segundos en entender a que se refiere el rubio, pero finalmente recuerda que Louis fue quien eligió los adornos en la cena de los Horan.

Joder, ¡esa cena!

***
Niall está en el jardín. Sus jeans son viejos, y aún así se ven perfectos, su abdomen está desnudo, al igual que sus pies.

—¡No pueden poner eso ahí, va a tapar por completo el estanque!— exclama molesto, y corre hacia los trabajadores, que comienzan a temer del rubio.

—Así luce la preparación de una fiesta elegante— murmura Louis viendo a su alrededor. Él no tenía ánimos de ir. No después de lo qué pasó con Harry la noche anterior, pero ahí está, viendo al rubio gritar por cualquier cosa.

—Supongo— asiente el rizado.

—Podría ser peor— afirma Liam —Una vez nosotros llegamos un poco tarde, así que pasó este proceso pre-fiesta solo... Las cosas no acabaron muy bien.

—Oh, había olvidado ese día por completo— ríe por lo bajo.

—¡Maldita sea, dije que no quería langostas desbordantes de los platos! Quiten las tenazas, háganlas en cubos, lo que sea, ¡no quiero que se salgan de los malditos platos!— apunta, amenazando al cocinero ayudante mientras se aleja para revisar las flores.

—Si, está irritable— encoge sus hombros —¿Qué hizo aquella vez?