Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

110. Pasado, presente y futuro

La expresión de Alice cambió al instante, girando muy lentamente su rostro y quedándose con ojos de incredulidad.

Por un instante Maica tuvo miedo de su reacción.

— ¿Que has hecho qué?

La de cabello corto se alejó de ella, acercándose hacia el sofá y agarrando una lámpara como protección.

Ambos Uchihas las miraban extrañados, pero ya habían aprendido que cuando estaban juntas muchas veces hacían cosas anormales. 

Se habían acostumbrado, como muchos.

— ¡Es broma, es broma!— Exclamó, queriéndose salvar del castigo. La de la trenza se acercaba a ella, severa— ¡No me mates, por favor! ¡Soy muy joven! ¡Todavía tengo que ser la primera en llevarte a la cama!

La otra chica paró de caminar, alzando una ceja y cruzándose de brazos. 

— Eso no es posible, Misa.

— Claro que sí, yo soy tu único y verdadero amor— Manifestó, con una sonrisa de oreja a oreja. Miró a Madara, señalándolo— . ¡Ninguno puede superarme! ¡Ella me ama a mí y sólo a mí!

El azabache ladeó el cuello, asintiendo. 

— Claro...Te creo. 

Tras un suspiro, la de hielo le echó una mirada al Uchiha mayor, el cual imitó al cruzarse de brazos. 

Ella se sentó en el sofá, y se dejó poner cómoda. 

— No habría pensado que me alegraría de volver aquí...— Susurró Ali. 

— ¿Acaso te estás volviendo tú la enemiga, Alice?— Preguntó un cínico Obito. 

— Claro está...Os he hecho el relevo. De tanto estar con vosotros algo se me ha tenido que pegar— Contestó, sarcástica— . Creo que seguís siéndolo vosotros, ¿O habéis cambiado de opinión? 

El Uchiha de cabello corto entrecerró los ojos, y la observó en silencio; De algo estaba seguro, que ella no pararía hasta que tanto Madara y como él, cambiaran un poco su perspectiva de ver las cosas. 

O, al menos, que no intentasen matar y dormir al mundo entero. 

— ¿Qué pasó en Konoha, entonces?— Preguntó Madara, apoyándose en un escritorio— Más bien...Cómo lograste que hicieran lo que quisieras. 

La azabache inclinó un poco su cuerpo, todavía sentada.

— Después de que Obito me dejase allí, me presenté justo en la oficina de la hokage— Explicó— . En gran parte, sólo dije la verdad. No fue muy difícil que entendieran que si no me hacían caso...Probablemente todos moriríamos. 

— Imagino que el Raikage fue algo más difícil de convencer, si no me equivoco...— Murmuró Obito, serio y con su cabeza apoyada en su puño— Porque cuando fui a buscarte, seguías encerrada.

— ¿No quiso darte respuesta? 

Ella negó.

El antecesor frunció el ceño, malhumorado. 

— Si os hace sentir mejor...— Comentó Mai, ahora siendo el centro de atención— El tsuchikage recibió bien tu amenaza— Dijo, mirando al de cabello largo— . Los que la escucharon estaban bastante alterados, sobretodo al escuchar tu nombre. Dudo mucho que él se niegue, aunque sea bastante orgulloso.

— Más le vale, cuento con ello— Habló, con total frialdad. 

— ¿Algo sobre Zetsu? — Interrogó la de ojos azules, examinándolo.