109. Infectados

2.7K 301 229
                                    


Pov Alice


Apreté los ojos con fuerza, moviéndome hacia la derecha y estirando mis piernas y manos para desperezarme. 

Mas al percatarme de un brazo arraigado en mi estómago, que no parecía soltarme un solo momento, fui con un poco más de cuidado. Me puse boca abajo y sentí esa misma extremidad de antes, acabando de acercarnos y apegándome más a su cuerpo.

Bostecé un poco, hundiéndome en la almohada. 

Con cansancio y calma cerré los ojos e intenté volver a sumirme en mi sueño que antes pude saborear por muy poco, sin embargo, una mano pasó desde el final de mi espalda, hasta recorrerla enteramente con sus dedos para llegar a mi nuca.

Sigilosamente me apartó el cabello hacia el otro lado de mi costado, dejándome esa zona al descubierto. 

Tras notar todo aquello, entreabrí mis párpados, girando lentamente mi cuello hacia donde estaba él para observarle. 

— ...Estás despierta.

Negué con la cabeza, cerrando los ojos con tranquilidad. 

— Me había despertado hace un momento yo sola, no te preocupes...—Respondí con un hilo de voz, por el sueño que tenía.

— Es bastante pronto, sigue durmiendo— Me respondió él, con la voz ronca—. Ya que anoche no dormimos. 

Me hundí más en la almohada tras recordarlo todo, encogida.

Al estar cerca de él, apoyé mi cabeza en su hombro en un intento de volver a dormir, mas una vez que me despertaba...Ya no podía. 

Y menos tras rememorar lo de esta noche. De todo lo que paso, lo que hicimos y lo que dije antes de cómo me sentía en un grito que no pude contener. 

Y es que no pude controlarme más, fue como un impulso que me invadió en todo el cuerpo. Por eso mismo, decidí decirlo al fin, aunque más tarde ni yo misma me di cuenta de lo que acababa de confesarle.

Madara notó cómo intentaba moverme y lo ensimismada que estaba en mi propia mente, contemplándome y sin apartar su vista de mí ni un solo segundo. Pero al mismo instante en que hice un poco de esfuerzo para levantarme, caí rendida de nuevo a la cama. 

Gruñí.

— No puedo moverme... 

El Uchiha rió en seco al escucharme y verme así de tirada en la cama, arrogante. Abrí los ojos y lo miré lo peor que pude, pero él sólo me sostenía la mirada de manera provocativa y retadora. 

Idiota.

— ¿Tanto te duele? — Me preguntó. 

— ¿Has visto mi cuerpo?— Expresé— Estoy llena de mordeduras por todas partes, además de que tú has sido un... 

— Huh...— Murmuró con cinismo— Mi espalda también está llena de arañazos, para que lo lo sepas—Respaldó, mirándome con los ojos entrecerrados. Yo desvié la mirada por ello—. Y mis manos también. 

Suspiré, tapándome un poco y viendo cómo él estaba destapado, y con el torso y abdominales al descubierto. Me tumbé boca arriba y vi cómo el Uchiha se reincorporaba poco a poco a mi zona, acercándose a mí sin apartar la vista. 

Puso cada una de sus manos a mi costado, medio sentado y, con su pecho tocando el mío. Tan cerca que volvía a notar su respiración chocando contra mi rostro y la mía misma. 

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now