43. La otra mitad de dos

3.5K 368 93
                                    


Pov Leo

¿Era por aquí? 

Según Ali, era en esta dirección, pero...Aún no veo nada, sólo árboles. Me dijo que por nada me alejara de allí y siguiera recto, por lo que probablemente si voy por buen camino, tarde o temprano debería de ver la puerta.

Espero que más temprano que tarde.

Aun así, debo de tener mucho cuidado. Parece ser que ellas dos tuvieron algún encuentro con ellos, y que éste no salió bien...Además, estarán más reacios al encontrarse con otro desconocido después de lo que pasó la última vez con tal cosa. 

Es más, tengo que hacer algo si quiero parecer inocente. 

Elevé mi cabeza y observé el cielo, riendo de manera seca por lo último que acababa de pensar.

Tampoco es que no sea inocente...Bueno, ayudar a mi hermana y a su mejor amiga—Sin mencionar que están en una base criminal de alto rango y que, por ende, ellas también lo son—, a salvar a casi toda la base de Akatsuki y varios personajes más que mueren, es de tener en cuenta. No es que no mantenga ningún secreto ahora, al contrario...

Retengo un gran secreto que nadie debe de saber, por el bien de todos.

Sin embargo...Hay demasiadas cosas que no entiendo. Primero; ¿Cómo cojones he llegado yo aquí? ¿Cómo han llegado ellas, si se puede saber? 

Segundo; ¿Por qué Madara está vivo y se lleva tan bien con mi hermana? ¿Qué clase de relación tienen? Más vale que no me separe mucho y que vaya a visitarla varias veces porque, realmente, dejarla con tantos tíos no me hace ninguna gracia. 

Pero es una locura el estar aquí mismo, ahora...Creer y ver con tus propios ojos que esto es real, y que ellos y su mundo existen. Entonces, podría ser cierto que diversos mundos existen...

Me crují los dedos y bostecé, mientras aceleraba un poco el paso. Un poco más adelante, sonreí mostrando mis dientes, al ver la gran puerta que se cernía cada vez más cerca sobre mi.

Bueno, bueno...Ya empezamos. 

Me escondí por el boscaje y me quedé detrás de un gran árbol, sacando en kunai que mi hermana me había dejado. Musité grandes insultos por lo que tenía que hacer ahora, y con mala gana lo hice; destrocé parte de mi chaqueta negra por la parte de las mangas, rompiéndola. 

Lo siento, amiga. Lo que uno tiene que hacer...

Seguí con mi camiseta, abriéndola de par en par por el centro de mi abdomen, dejándolo al descubierto. Resquebrajé algo de mis pantalones, haciéndome algo de sangre a propósito. 

Suspiré y, por las zonas que tenía rotas de la ropa, me hice algunos cortes, buscando verme herido y necesitado de ayuda. 

—Lo que hago por mi hermana...

Hice una pequeña mueca de dolor y guardé el kunai debajo de mi chaqueta. Salí del escondite y, con la mano apoyando mi otro brazo con—fingida— expresión de dolor, me dirigí hacia la puerta que veía abierta.

Observaba la aldea que dejaban ver de par en par, tranquila y con gente normal andando por ahí, más parecía ser que no había muchas personas. Entrecerré bien los ojos y comencé a arrastrarme con grandes dificultades para llegar, hasta que finalmente pasé por la entrada y llegué y me estanqué dentro de ella.

Me giré con una leve rotación de cuello y fijé mis ojos en la caseta que había a mi izquierda, observando a dos ninjas que me miraban con demasiada incredulidad. 

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now