90. Mortal

2.4K 301 128
                                    


Pov Maica


No tardé nada en levantarme y hacerle un movimiento con la cabeza, lista para irme una vez lo había saludado. 

— Misa, espera...—Escuché, al igual que sus pasos acercándose a mí.

— Me alegra ver que estás bien— Dije, forzando una sonrisa— . Pero tengo que irme porque...

Me mordí el labio y me aguanté, siguiendo mi caminar hasta mi habitación hasta que para mi desgracia, sentí su mano posarse en mi brazo y obligándole a que lo mirase. 

— Misaki, yo...— Murmuró. Suspiró y se rascó la nuca con su mano libre— . Creo que deberíamos hablar de lo que pasó...

Tragué en seco.

— E-Esto...— Me solté, lentamente— . Estoy cansada y llevo días sin dormir, necesito tumbarme un rato. 

— Pero...

— Hidan— Le sonreí— . Ahora no, ¿Vale?

Ahora no estoy mentalmente lista para tener esa conversación contigo. No estoy lista para lo que puede venir. 

Sin dejar que me respondiera, abrí mi puerta y la cerré echándole el pestillo. Escuché varias veces su voz llamándome y pidiéndome que le abriera por detrás de la puerta, pero no podía. 

En ese momento no podía ni mirarle a la cara, y ni escuchar su voz llamándome. 

Me quedé un rato en la puerta hasta que escuché sus pasos marchándose de ahí y a él cansándose de hablar. Me llevé mis dos manos a mi cabello y me lo masajeé hasta ponérmelo hacia atrás, caminando despacio hasta mi colchón. 

Sí, estaba atrasando una conversación que sabía que había que tener, pero me era imposible. Mi estado de ánimo había cambiado con tan solo oírle y ahora, todo lo que quería...Era dormir un rato. 

Estar tumbada, sin más. Intentar descansar y no pensar en nada que no fuese contar ovejas. 

Pero esa idea cambió rápido cuando en cuanto hundí mi cara en la almohada, no pude evitar que una pequeña lágrima saliera de mis ojos.

— Por qué...— Murmuré, tapándome los ojos— ¿Por qué lo hiciste? 


***** ***** ***** *****


...


Supe que me había quedado dormida cuando los ojos me pesaban y tenía el cuerpo algo entumecido por lo acurrucada que me había quedado. 

Me reincorporé rascándome los ojos, y mirando por toda mi habitación todavía somnolienta. 

¿Qué hora sería? 

Bostecé y me giré a la mesita de noche que tenía al lado, observando el reloj; La una de la madrugada. 

Me sobresalté de golpe, saltando del colchón y cayéndome al suelo. 

— ¿Qué? ¡¿Pero cuánto he dormido?!

Haciendo una mueca por el golpe que me había dado al caerme al suelo, me volví a colocar el calzado y salí de mi habitación, casi desorientada. 

Todo estaba en silencio, y aunque estaba aturdida, todavía recordaba lo de antes y por eso fui con cuidado de no encontrármelo en ningún lugar cerca de mí mientras iba a buscar a mi amiga. 

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now