Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

101. Ese enemigo en común

...

El cielo acompañaba al extraño y tenso día que hacía. Por todas partes había cierto nerviosismo y pensamientos dispersos que ocultaban algún fin. Algo que todos querían llevar a cabo antes que ningún otro. De todas maneras...

Varios sabían que había algo por suceder.

Tarde o temprano, todos estaban decididos y esperando nuevas noticias o resultados. Y de momento algunos no habían aparecido. 

Había una de ellas, Iwagakure. Ésta estaba algo más adelantada que las demás, por muy poco. Empero en este instante y por el momento, se encontraba sosegada y con su respectivo kage en su oficina, haciendo quehaceres importantes que se debían llevar a cabo. 

Y, también, a la espera de alguna respuesta. 

Antes de darse cuenta, Kurotsuchi apareció por el cuarto, tocando antes de entrar con esa gracia respectiva en su rostro, como siempre.

— Viejo, el shinobi que mandaste ya ha vuelto— Dijo. El susodicho alzó la ceja con desinterés, con una mueca por el dolor de espalda que tenía. Por lo que el intento de levantase, quedó descartado rápidamente.

— Está bien, pues hazlo pasar.

La de cabello corto asintió con una sonrisa en su cara, ordenando al hombre que habían informado de su vuelta que pasase. 

Uno de los tres que habían llevado a la captura de aquella criminal del zorro. 

El silencio que tanto le gustaba cesó cuando la puerta se abrió, dejando paso a un ninja que, meramente, caminaba como una persona normal y en control máximo. 

Onoki se separó un poco de la silla, atento a escucharlo con interés en sus experiencias o teorías.

— ¿Y bien? — Preguntó, severo. 

Con un poco de tartamudeo, el hombre siguió mirando hacia abajo. El anciano frunció el ceño, desconfiado.

Ese ninja era uno de la facción de inteligencia con más coeficiente y fuerza que había encontrado, y ahora se hallaba así...Como si no tuviera alma. Como si le hubieran arrancado la voluntad. 

Y obviamente el viejo, sospechó por esto mismo. Mas decidió seguir hablando y corroborarlo. 

— ¿Has conseguido conseguir algo de información sobre esa azabache?— Volvió a interrogar, queriendo una respuesta zanjada y firme.

Al ver que no conseguía la contestación que quería, frunció el ceño todavía más y, su nieta, a modo de respuesta, se acercó al compañero de misiones para observarle el rostro con atención. 

Le pasó varias veces la mano por su cara, sin reacción aparente; No se movía, no parpadeaba y la luz en sus ojos se había apagado. 

— No reacciona...— Murmuró, colocándose delante de él— ¡Eh, hola! ¡Respóndeme!— Gritó—¡Oi...! 

El volador elevó la mano para decirle a la chica que se callase, por lo que, aunque interrogativa, hizo caso. 

Parecía que el shinobi quería hablar.

— Tengo un mensaje para Tsuchikage-sama...— Habló al fin, como si fuese un robot.

Y al segundo, se dio cuenta. Supo lo que estaba pasando allí. 

— Todos los que no sean este chico, Kurotsuchi y Akatsuchi, fuera— Mencionó un tranquilo y serio Onoki— . Entrad sólo, y únicamente cuando yo os lo pida.