99. Al borde del abismo

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...


Alice observó el suelo blanquecino, pensativa y observando, de alguna manera, a un Madara algo más serio que de costumbre. 

Se tapó con la capa por el frío que hacía, suspirando de por medio. 

Había pasado ya un rato desde que Madara había dejado libre a aquel pobre hombre que se había encontrado justamente de cara con el Uchiha, con un mensaje directo. 

Ella sabía perfectamente de lo que era capaz su compañero de viaje, pero sin duda alguna cuando se ponía de esa manera, cualquiera tendría miedo de acercarse a él. 

Menos ella.

Aun así, el azabache seguía sin decir mucho y observando por debajo de la colina que tenían, dejando ya de lado los dos pueblos que ya habían pasado. 

La ojiverde suspiró, acercándose a él. 

— Madara, me desnudaré para ti si te calmas un poco más. 

El susodicho posó sus ojos en ella, contemplándola. 

— Mentirosa. 

Ali sonrió un poco.

— Ah...—Murmuró, satírica— Pero me has hecho caso, ¿ves?— Le pegó un leve empujón y empezó a caminar, bajo la atenta mirada de él que la seguía con cada movimiento que la joven hacía— Movámonos...¿O también quieres hacerme algo a mí? 

El de cabello largó observó a la chica de pies a cabeza con una expresión seria, pero sus ojos denotaban intensidad. 

Dejó de quedarse quieto y empezó a acortar la distancia de ellos dos, quedándose frente a ella mientras Yuki le retaba con la mirada. 

— Depende de qué. 

Y esta vez, tras mucho esfuerzo por parte de la ojiazul, no desvió la mirada que él le mantenía. Alice asintió con sarcasmo y sonrió con malicia haciéndole un gesto con la cabeza para que la siguiera. 

Sabía que después de saber todo aquello y estar siendo perseguida, ninguno de los dos podía bajar la guardia; Pero prefería que él estuviera calmado y pensando en otra cosa. 

Estirando sus brazos para desperezarse, volvió a girarse en cuanto lo sintió a él hablando. 

— Es extraño...— Musitó.

— ¿El qué?— Alzó Alice una ceja, confundida. 

— Tú.

Ofendida, le enseñó el dedo medio con todo el amor y odio que le tenía.

— Que te den— Respondió.

***** ***** ***** *****

...


Quitándose la nieve que tenía por encima de su capa, entraron en la taberna resguardándose en el calor. 

Ambos miraron casi al mismo son su alrededor con discreción, mas Madara, ya se había dado cuenta incluso antes de entrar; No le hacía falta. 

Alice le indicó un asiento y se sentó justo frente a ella, cruzando sus manos. 

Al pedir ella un café caliente, ladeó el cuello mientras la observaba atentamente.

— Deja de mirarme así— Profirió ella, intentando con todas sus fuerzas parecer calmada. Cuando, en realidad, le afectaba.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now