103. Ritmo veloz

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...


Un día entero había pasado. Un día exacto, donde cada hora que transcurría era una más de tensión y miedo. 

Los ciudadanos y sus shinobis estaban preocupados y en estado de alerta continua; Habían escuchado rumores de que una criminal buscada de Akatsuki había aparecido de la nada en su aldea y, ahora mismo, se encontraba encarcelada en manos de la hokage. 

No sabían qué estaba sucediendo, ni qué era lo que le estarían haciendo a la chica. 

Pero todos estaban tensos. 

En un gesto de desahogo se crujió las agarrotadas manos que tenía, bostezando algo fatigada y aburrida. Observó sus grilletes sin ningún atisbo de emoción ni sentimiento, recordando a su mejor amiga y a las personas importantes que su vida albergaba. 

El oxidado sonido de la puerta metálica abriéndose captó su interés e hizo girar su rostro hacia aquella dirección, entornando los ojos en cuando vio a esa persona de pie frente a ella. 

— Es la hora, Yuki. 

Esperándola en el mismo lugar, vio cómo la chica se levantaba sin pronunciar palabra, sólo asintiendo con la cabeza. Siguió su cuerpo en su caminar, hasta que al fin, pasó por delante de él. 

Frente a ella, le esperaba Leo.

— ¿Lista?— Aunque había preguntado, sabía perfectamente cuál sería su respuesta.

— Siempre, hermanito. 

El chico sonrió meramente y posteriormente, posicionó sus ojos en las cadenas que su familiar llevaba en sus muñecas.

Suspiró y se acercó a ella, depositando un beso en su mejilla. 

— Venga, vamos— Murmuró, dándose media vuelta y lanzándole un gesto al hombre que se hallaba más atrás de ellos— . ¿Kakashi? 

— Estoy detrás, sigue adelante— Respondió, con un tono de voz serio.

El azabache asintió, conforme y decidido a seguir con ello. 

La joven se giró por puro instinto hacia atrás para mirar al albino, sin razón aparente. De la misma forma, él le dedicó una tierna y tranquilizadora sonrisa en cuanto vio sus ojos verdes puestos en él. 

— Empecemos, entonces.

Con más ninjas observándola, comenzaron a caminar de manera lenta. Alice notó a la perfección las miradas con emociones diferentes que se incrustaban en ella, mas hizo caso omiso y siguió hacia adelante.

Justo en la salida, se hallaba Tsunade de brazos cruzados. Su rostro denotaba severidad y tenacidad, pero se apaciguaba cuando miraba a los ojos de ella. Entonces, sólo podía suspirar y demostrar un poco de comprensión.

Al instante en que estuvo en su costado, la rubia le habló.

— ¿Estás segura de esto, Yuki?— Preguntó, todavía no muy convencida.

— Totalmente— Contestó con firmeza. Elevó la mirada y le sonrió con arrogancia— . No importa, no te preocupes por mí. Sigamos haciendo esto, ellos no pueden pensar en otra cosa.

Tras unos segundos pensando si era la mejor opción, al final la hokage cedió con resignación. En un simple y casto gesto de mano, ordenó a sus subordinados que siguieran escoltando a la de Akatsuki.

Pero con algo de suerte, con ella, también estaban Kakashi y Yukine.

La de cabello largo siguió su caminar cuando vio que su hermano le indicaba con la mano que se moviese, mas por el rabillo del ojo, observó una silueta plantada allí mientras la contemplaba.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Onde histórias criam vida. Descubra agora