Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

48. Cosas inusuales

Pov Alice

Me moví poco a poco, con un gran y punzante dolor en mi cabeza, muy mareada. Gruñí alguna que otra cosa y estiré mi brazo para abrazar más mi cama y ampliar mi cuerpo por toda ella, espachurrada, pero...

Noté el roce de alguien, había tocado a alguien.

Qué.

Mis ojos se abrieron a la misma velocidad que la luz y seguí palpando lo que había tocado, para saber qué era; Obviamente, no era Tomoe, no tenía pelo. Pero estaba caliente. Me levanté algo alarmada y miré mi lado, abriendo la boca de par en par.

Eh...Qué.

No puede ser. No...No es posible. 

Obito estaba acostado conmigo. A mi lado. Sin máscara. Debajo de las sábanas. Y estaba abrazándole. 

Ay dioses, Mierda, mierda...No...Me duele demasiado la cabeza y no me acuerdo de nada de lo de anoche. ¿Cómo es posible? ¿Qué...Qué hice?

Respiré hondo, intentando tranquilizarme y llevándome la mano al cabello; Lo tenía suelto, mi trenza estaba totalmente desecha. Mi corazón se volvió a acelerar por el nerviosismo y miré mi cuerpo, después el de él. 

Ambos estábamos vestidos. 

Entonces, entonces...No pasó nada, no puede ser que haya pasado nada. Yo no me metería con nadie en la cama. Podría haber sido él, tan acosador como es. Si estuvo tanto tiempo vigilándome y era él el de las sombras...¿Por qué no se podía haber metido en mi cama porque quiso?

Llevé mis manos a mi cara y las arrastré por toda ella; Si hubiese pasado algo, me acordaría...Pero el problema está en que no me acuerdo de nada de lo que pasó ayer. Y eso es imposible. 

—Ah...—Oí a mis espaldas. Me giré a observarlo, ya que estaba sentada en la cama de espaldas a él, aún en mi lado correspondiente—Ya estás despierta. 

—Obito...—Articulé.

Él entrecerró los ojos, ladeando la cabeza en la almohada. 

—Después de todo lo de anoche, te quedaste dormida al instante.

Mi cuerpo se puso rígido a más no poder. Me quedé blanca.

—¿Después de lo de...anoche?—Pregunté, con un poco de temor en mí. Miento...Con mucho.

—Ajá...—Bostezó—Aunque supongo que es normal, tenías el cuerpo muy tenso y al final caíste desplomada.—Dijo con poca importancia, pero yo estaba con la boca abierta por lo que decía—Según me dijeron fue la primera vez, así que es normal que...

Khé. 

Mi cara debía de ser un poema, porque Obito intentó inspeccionarme y ver qué era lo que pasaba. 

—¿Qué, sigues teniendo frío? Pensaba que se te pasaría al entrar en calor todo el rato, ya que dejaste de titiritar. 

—Madre mía...No puede ser.—Susurré, tapándome la cara con la sábana—Esto no puede estar pasando...

Al verme en toda esa situación de pánico, pareció que Obito lo cogió en seguida, ya que sonrió de medio lado, con malicia.

—Ah, entiendo....

—¿¡Cómo qué "Ah, entiendo"!?—Exclamé, imitando su grave voz—¡Yo no entiendo nada!

—Sé lo que estás pensando, pero no es así.