24. Verdades ocultas

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...

Alice seguía en la cama, sin estar recuperada del todo. Claro, junto a su más cercanos abrazándola. ¿Cuánto tiempo había estado así? ¿A qué era debido todo esto...?

—Me alegro de que por fin estés bien.—Dijo su amiga, secándose las lágrimas—Tengo muchas cosas que contarte.—Sonrió.

—Pues ya me dirás...—Contestó, moviéndose mejor y separándose de ella.

Maica carraspeó la garganta, como si procediera a entablar un gran discurso. Un poco nerviosa, se sentó más cómoda y finalmente, habló.

—Pues ver...

Pero fue interrumpida por unos golpes en la puerta, que seguidamente Ali aceptó. Al entrar, inmediatamente se dejó atisbar a un pelirrojo con piercings. Konan, que siempre se hallaba con él, no estaba presente porque le había mandado ir en busca de un médico que ya por una razón u otra ya no necesitaban, lo cual ya habían avisado. 

—Sabía que me habías echado de menos...—Habló con burla y picardía la ojiverde.

—No estoy para bromas.—Gruñó, quedándose en el centro del cuarto—Ya te lo advertí. 

—No pensé que sería tan grave...—Dijo ladeando un poco la cabeza, pensativa.

—No me hiciste caso.—Profirió, severo. 

A la azabache le estaba molestando la regañina que le estaba apropiando Pain, pero la verdad era, que tenía sus razones para hacerlo. 

—En todo caso...—Suspiró y cambió de tema—¿Cómo estás?

—¿Te miento o te digo la verdad?—Preguntó Ali alzando una ceja, mientras se colocaba bien la almohada. 

El pelirrojo suspiró con pesadez, y se acercó un poco más a ella.

—Obviamente, la verdad.

—Pues, estoy bie...

—Aún  no está recuperada del todo, líder-sama.—Le cortó la palabra Maica—Sigue con dolores y con tos.—Su amiga la interrumpió, la veía venir y sabía que le iba a decir que estaba bien cuando era mentira, y ella no iba a dejar que sucediera de nuevo.

—Ya veo.—Se acercó más a la cama y la miró—Bien, pues tendrás que hacer reposo, y si esta vez no me haces caso...Lo escarmentarás.—Expuso con seriedad.

—Te azotará...—Susurró Maica en el oído de ella, procurando que no las escuchase. 

La pálida chica se rió ante el comentario; La verdad es que tenía pinta de hacer ese tipo de cosas. Quitando eso, el pelirrojo no había escuchado lo que le murmuró—Gracias a los dioses—, y frunció el ceño confundido y con molestia.

—¿Me has escuchado?—Interrogó, mirándola con el ceño fruncido.

—Alto y claro, amor. 

Él bufó.

—Eso espero.—Habló claro y conciso—Intenta recuperarte.

—Tranquilo, no tienes de qué preocuparte.—Sonrió la azabache con malicia. 

El líder la miró y, acto seguido, se fue suspirando. La chica se desperezó lo más que pudo hasta quedarse satisfecha; Tenía sueño y su cuerpo estaba mullido. Cada movimiento que hacía le causaba cierto dolor en sus huesos.

Sin embargo, tampoco se podía quedar allí todo el tiempo. Aunque, bueno...A ella no le importaba demasiado, la verdad. Si estaba tranquila en la cama, tumbada, con su música y su zorro...Ya le daba igual todo. 

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|On viuen les histories. Descobreix ara