106. Inquietamente hipnótico

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...


— Raikage-sama lo está discutiendo con su hermano, pero creo que le está costando un poco creerte— Admitió Omoi, cruzándose de brazos mientras bufaba— . Pero si estás diciendo la verdad...No tardará mucho en reaccionar y darte una respuesta. 

— No tengo todo el tiempo del mundo, y vosotros tampoco— Contestó ella— . No tengo ninguna razón para mentiros, ya os lo he dicho. Cuanto más tardemos en coger a Zetsu, más peligro va a tener todo. 

El moreno suspiró, comprendiendo. 

— No es muy difícil de comprender, tampoco— Dijo Alice, todavía más tosca. 

— Se lo haré saber... 

Después que el ninja de kumogakure se marchase para ir con su kage, y a ella la dejase en aquella enorme habitación solitaria y oscura, cerró la puerta de donde se hallaba. Dejando a los mimos guardias que antes protegían la puerta, fuera de la sala.

La azabache dio media vuelta, acercándose al final del cuarto.

No sabía cuántas horas exactas habían pasado, sólo se mantenía sentada, apoyada en la pared a la espera de que algo ocurriese. 

Lo más seguro es que incluso hubiese pasado la noche allí, pero como no tenía ni siquiera una sola ventana, no podría asegurarlo. 

Pero por el aburrimiento, le parecía una eternidad.

Mas debía de ser paciente, con algo así no podía apremiar las cosas y, mucho menos, con el raikage o con sus amigos. 

Aunque sabía que su hermano estaría deseando sacarla de ahí, y se estaría controlando muchísimo para hacerle caso y dejarla sola. Le habría costado horrores marcharse. 

Pero tenía que hacerlo. Debía por todos. 

Bostezó y apoyó la cabeza en el grisáceo y rocoso muro, abstraída. 

Esperaba que realmente le fuera bien a Maica con todo lo que le había dicho que hiciera. Aunque confiaba en sus habilidades, siempre le venía eso a la mente. Pero también estaba el hecho de que su Dei-chan estaba con ella y haría explotar a cualquier persona, y su pelirrojo también ayudaría. 

Tampoco creía que Sasuke dejase que le hicieran algo, a estas alturas. 

Bajó la mirada, entrecerró los ojos e hizo una mueca casi inexplicable para ella misma. Sólo sentía un nudo en el estómago,que crecía cada vez más y la aprisionaba cuando pensaba, especialmente, en algo en particular. 

O en alguien.

«¿Vendrías tras de mí si me alejase?»

Alice suspiró, encogiéndose en el sitio. 

No sabía realmente qué pensar de ello, no sabía a ciencia cierta qué haría, o qué decidiría al final. Lo conocía mejor que nadie, sin embargo...Nunca sabía en su totalidad qué pensaba en hacer o cuál sería su próximo movimiento. 

Y la última vez que lo vio, tuvieron una pelea antes de que ella se marchase. 

Apoyó su mentón en sus rodillas y se quedó observando a un punto fijo, sin prestar atención. 

No sabía cómo sentirse, ya que por una parte tenía esa pequeña esperanza de que lo haría. Aunque esa diminuta esperanza que tenía se pudiese esfumar en cualquier momento, de la misma manera que los pétalos de las rosas van cayendo lentamente y se marchita. 

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now