49. Destino aparente

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Pov Maica

—¡Qué no, que así no se hace!—Exclamé, quitándole el jabón de las manos a Hidan—Dame, anda. Ya lo hago yo. 

El albino me lo pasó y gruñó, algo parecido a "No estoy hecho para esto". No podría estar más de acuerdo con él en mi vida. 

—¿Y esto?—Preguntó señalando una taza envuelta, a parte de un plato con galletas y más bizcocho de chocolate—¿Qué hago con esto?

—¡Ni se te ocurra tirarlo!—Le lancé agua a los ojos, riéndome después—Es para Yuki que, como ayer no estuvo bien y no pudo comer, pues le he dejado algo. 

Hidan se acercó a mí asintiendo y, disimuladamente, agarró la toalla para secarse y me la estampó en la cara sin previo aviso, riéndose a fuertes carcajadas.

—Eso por tirarme agua.—Dijo guiñándome el ojo. Hice muecas con la cara y le saqué la lengua, inflando los mofletes de broma—¿Qué hay en la taza?

—Chocolate caliente. —Hablé orgullosa de mí misma, acabando de recoger todo. Me sequé las manos con el trapo que me había tirado y me acerqué a él—A ella le encanta, aunque tendrá que calentarlo cuando quiera bebérselo. 

Mi albino frunció el ceño e hizo una mueca molesta, como irritado. Se cruzó de brazos.

—A mí no me haces estas cosas. 

—Tú ya bebiste y comiste ayer, ella no.—Dije, rodando los ojos—Además, no te quejes. Que a ti no te gusta el chocolate. 

—Por ahí te libras, si no me vuelvo a vengar.—Habló, aún de morros. Rodé los ojos y dejé todo en su sitio, acabando. Hidan se acercó a mí—Oye, Misaki...

—Dime.—A su vez, me acerqué a él y me quedé colgando de su cuello, sonriente.

—¿Alguna vez has sentido algo por alguien?

Ladeé la cabeza y elevé una ceja, extrañada. ¿Qué clase de pregunta es esa?

—Pues...En un pasado, sí. Pero lo que se llama "amor", no. Nunca he llegado a sentir eso del todo.—Respondí sincera.

—¿"En el pasado"?—Repitió con una sonrisa orgullosa—¿Entonces ahora sí?

—Ahora sí, desde la primera vez que vi a esa persona me enamoré de ella.—Sonreí avergonzada. 

La sonrisa del jashinista no hizo más que ensancharse, mirándome con ojos maliciosos. Me agarró de la cintura y fue a darme un beso, pero paró en cuanto volví a hablar.

—Tenías que haberla visto...—Expresé con unos ojos brillantes y una voz seductora—Yuki con esos ojos y ese pelo, y esa personalidad tan...fiera y fría—Suspiré con anhelo—Oh, y deberías verla con el pelo suelto, entonces ya sí que...

Su ceño se frunció como nunca antes había visto, y en su rostro se podía contemplar a la perfección la molestia que tenía por lo que acababa de decir.

No te rías, Maica, no te rías. Espera un poco más.

—Pues vete con ella entonces,  a mí me dejas.—Me cogió de las manos e intentó que me separase de él, ya que estaba enfadado. Pero no me dejé, me pegué a él cual koala de las piernas—¡Suéltame!

—¡No quiero!—Exclamé riéndome a más no poder. Estaba completamente celoso, incluso de una chica. 

—¡No te burles de mí, Misa!

Elevé mi rostro para mirarlo en dirección a sus ojos, muy decidida. Él se sorprendió un poco, pero aún mantenía esa expresión de "vete con ella si tanto la quieres, ya no te quiero". Como los niños pequeños. 

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now