Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

95: Fortaleza a la par

Pero giró la cara, tras quedarse viéndome sin ninguna expresión.

Sí, sí...Tú haz ver como si no lo has visto, amor. Sé que en el fondo te encanta.

O no, pero para mí sí.

Bostecé un poco y empecé a caminar hacia el pasillo, saludando a Suigetsu en el proceso que él venía. Después, hice lo mismo con el azabache.

— Buenos días, Sasukecito— Le sonreí— ¡A ti también, Jugo!

— Buenos días, Misaki— Me respondió el de cabello naranja.

— ¿Adónde vas ahora?— Preguntó el del clan, ladeando la cabeza— Te acabo de ver salir.

— Voy a ducharme— Hablé. Puse una mueca pervertida, señalando mi puerta a lo lejos— . ¿Por qué ese interés? ¿Quieres que nos duchemos juntos?

El de cabello corto suspiró, cruzándose de brazos mientras me repasaba con la mirada. Le guiñé un ojo y le pegué un pequeño codazo en el brazo, bajo su mirada de "qué haces, no me toques". 

— Sabes que bromeo, cambia esa cara— Expresé, yéndome hacia mi habitación— . Me gusta cuando sonríes. 

Entrecerrando los ojos, él apartó la mirada.

 ***** ***** ***** *****

...

Salí del baño secándome el cabello, acercándome al armario donde tenía mis camisetas. Abrí el primer cajón y rebusqué entre medio. 

Tragué en seco, cambiando mi expresión casi al instante. 

Había una camiseta de Hidan. 

Lentamente, y como si estuviera paralizada, la fui sacando hasta tenerla estrujada en mi mano. Cerré los ojos con fuerza, intentando olvidarme de todos los recuerdos que me sacaban. 

Cogí aire, y la tiré al suelo. Posteriormente, saqué una camiseta de color marrón de manga corta y me la puse, junto a unos pantalones largos estrechos blancos. 

Suspiré. Me tiré en seco y de un golpe a la cama, boca abajo y con la almohada en mi cara.

— Misaki, mi hermano pregunta que dónde has puesto el...

Levanté la cabeza veloz, asombrada de haber escuchado su voz y con un mini paro cardíaco del susto. 

Me miró, extrañado y serio.

— ¿Qué haces?

— ...¿Ahorrar energía?— Sonreí, nerviosa. Me reincorporé mientras abrazaba el cojín, sonriéndole— No importa, ¿Qué haces aquí, Sasuke? 

— Mi hermano— Dijo, adentrándose al cuarto— . Has sido tú la última que ha bebido café, no sabe dónde lo has puesto. 

Ah...Mierda.

— Pues...Verás— Expresé, intentando sonar lo más dulce, inocente y aniñada que pude— . Me lo he bebido todo.

Estuve segura, de que en ese momento suspiró internamente. Me encogí de hombros, y me volví a tirar en la cama, mirándole. 

— Lo siento, iré a comprar más tarde...— Volví a decir, cerrando los ojos mientras bostezaba.

Él asintió, desinteresado. Contempló toda mi habitación con sus ojos, hasta que bajó la mirada y se percató de algo que había en el suelo. Confundido, la recogió y se acercó a mí, extendiéndome aquella camiseta que hace unos segundos había tirado.