Pero, pero...¿Qué habrá soñado que fue tan real como para que esté así?

Ali, una vez estuvimos todos fuera, miró hacia su izquierda. No sabía por qué miraba hacia el otro lado de la cueva, aun así parecía su mirada un tanto extraña.

¿Pero qué le pasa hoy?

— No ha vuelto todavía, no está. 

Me giré hacia mi espalda, intentando hallar la persona que lo había dicho y que yo, ahora ya sabía a qué se refería. Volví a mirar a mi amiga, con una mueca y ganas de abrazarla.

— Lo sé— Le respondió— . No era por eso, Obito.

Carraspeé un poco, intentando disipar aquella inusual tensión que se había formado entre ellos dos.

— ¿Vamos, entonces?

***** ***** ***** *****


...


— ¡Hace frío!— Grité, titiritando. Suigetsu se unió a mí, abrazándose a él mismo.

— ¡Estoy contigo, hace mucho frío!

— ¿Queréis que haga calor cuando está nevando?— Ironizó mi azabache.

Claro, como eres la mujer de hielo estás acostumbrada a este tipo de climas porque es donde naciste. ¡Pero yo no! ¡Yo soy de las que necesitan calor!

— Yuki...— Manifesté, acercándome lentamente a ella— Caliéntame, por favor...

Apoyé mi mentón en su hombro, haciendo la mayor cara de cachorro perdido que podía. Todos estos años la había estando perfeccionando, y tenían que dar sus frutos.

Me miró de reojo, con desinterés; Sabía lo que intentaba.

— Yuki...—Repetí, moviéndola— Anda, no seas mala...Por fa...

Bufó y puso los ojos en blanco.

Posteriormente suspiró, lo que tomé como una afirmación; Con una sonrisa le desabroché la capa y la abrí para meterme dentro de ella. Me tapé lo máximo que pude y di gracias a que las chaquetas eran grandes porque podía meterme dentro mismo de la de Ali.

Hice un mohín de satisfacción.

— Ay, qué calentito...

— ¡Eso no se vale, tienes que sufrir como los demás!— Me reprochó el de agua, señalándome. Le sonreí como si nada.

— ¡Sí que se vale!— Le contesté, caminando lo que podíamos ya que ambas estábamos metidas en la misma capa— ¡Hazlo tú también!

— No por favor —Expresó la ojiazul— . No puedo meter otra persona dentro, acabaré al final sin chaqueta— Reí un poco y ella bajó la mirada, para ojearme— . ¿Por qué no te metes dentro de la capa de Sasuke?— Sonrió con picardía— Seguro que su piel es más cálida que la mía.

Me quedé quieta y pensativa unos segundos, procesándolo. Seguidamente, llevé mi mirada al Uchiha casi al instante.

— Sas...

— Ni lo pienses— Me dijo el azabache.

Hinché mis mofletes.

— ¡Pero si todavía no he dicho nada!

Giró su rostro hacia atrás y me miró, cruzándose de brazos.

— Sé perfectamente lo que ibas a decir— Expuso.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Onde histórias criam vida. Descubra agora