83. Antes de la tormenta

En başından başla
                                    

— Luego me vas a tener que responder a unas cosas, mi amor— Me volvió a decir Mai. La miré interrogativa— . Sé que lo sabes pero no lo quieres admitir, aun así...Me tienes que decir algo sobre Madara.

Me extrañé.

— ¿Cómo? ¿Decirte el qué?

— Algo que te concierte a ti y a ese gélido corazón que tienes— Contestó, besándome la mejilla— . Acabo de ver tu expresión, Ali...Y te ataré a una silla si es necesario. Con clavos y cuerdas. 

— Te drogas— Bufé, mirando hacia otro lado— . Deja ya las pastillas, Mai.

Ella me pegó un codazo amistoso, pero claramente esta lapa no me la quitaría.

— ¿Venías a matarle?— Preguntó él, haciendo que ambas volviésemos a prestarle atención. Se sentó en el sofá donde una vez me dejó dormida y asentí— ¿A Zetsu o a Madara?— Sonrió de medio lado, cínico y frío.

Sonreí también.

— Oh, venía a por ti— Asentí, haciéndome la dramática— . Tú mismo me lo pediste, querida sombra mía.

— Cierto...— Ahora se levantó, pero me desconcerté un poco ya que Maica, me había dicho que se iba de nuevo con los demás, para ver que hacían. Me fijé como mi amiga salía por la cueva y me sobresalté cuando justamente, tenía al enmascarado a escasa distancia— Tú también me pediste lo mismo.

Dejé salir el aire, crujiéndome los nudillos.

— ¿Alguna otra petición que quieras de mí?— Hablé, desperezándome un poco del sueño que tenía— ¡Ah!— Dije— Claro que sí, me dijiste que te debía una por llevarme a Konoha, ¿No es así?

— ...Sí que eres inteligente.

Lo miré mal; a veces me daban ganas de tirarle un cojín a la cara.

— Sí, lo sé— Admití— . Pero todavía no me has dicho qué es...

Me quedé quieta al bostezar y cerrar los ojos por ello, simplemente escuchando sus pasos acercándose hacia donde ahora me encontraba. Abrí un párpado para observar qué era lo que realmente estaba haciendo y me quedé pensativa de cómo se acercaba.

Ante mi sorpresa, agarró mi brazo súbitamente y me llevó a su beneficio hasta la pared que teníamos detrás. Provocó que mi espalda chocase contra ésta por culpa del Uchiha y él se quedase frente a mí, cogiéndome. Pero ninguno de los dos dijo nada.

Entorné los ojos algo suspicaz, y subí el mentón.

Me miró desde arriba, y no dejó de contemplarme con seriedad ni un solo momento, pero sabía que su mirada no la podría descifrar del todo.

¿Quieres saber realmente qué es lo que quiero que hagas?

No sabía por qué, mas la forma en la que había dicho eso me había puesto la piel de gallina.

— Pues ahora no estoy muy segura...— Dije, con mi interior poniéndose algo inquieto. Apreté su brazo, ya que me seguía agarrando— Apártate un poco, Obito...

— ¿Por qué?— Inquirió, sin dejar de moverse. Su voz no paraba de sonar ronca y profunda.

— Porque me estás poniendo nerviosa, joder— Refunfuñé, intentando zafarme de su agarre.

Malditos Uchihas y su maldita manía de acorralar a la gente en las malditas y estúpidas esquinas.

Malditos y estúpidos todos.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin