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Capítulo 1515

Yeineth, por su parte, tenía una reunión de compañeros de clase, que al principio estaba reacia a ir, pero finalmente tuvo que aceptar porque Hilda no paraba de molestarla para que asistiera.

Ninguno de los compañeros de clase quería ser su amigo, y como realmente quería unirse a la fiesta no tuvo más remedio que persuadirla para que fuera con ella.

Una vez allí, Bradley se acercó a Yeineth y con toda intención se sentó a su lado, lo que atrajo la atención de muchas personas a su alrededor, y sobre todo hizo que las chicas se pusieran celosas y furiosas. De todas ellas, la que se puso más furiosa fue Erin.

Yeineth podía sentir cómo le lanzaba miradas siniestras y eso la puso de malhumor.

"Oye, después, pon esto en la bebida de la perra de Yeineth, pero asegúrate de que nadie te vea".
Dijo Erin entregando sigilosamente una pequeña botella a la chica que tenía su lado mientras su mirada amenazante brillaba con perverso placer.

"¿Ah? ¿Qué es esto? ¿Acaso intentas matarla?"
Preguntó la chica asustada. Si bien era cierto que ella también la odiaba, porque tenía a Bradley hechizado, no se atrevía a involucrarse en un complot de asesinato.

"No es nada serio, es solo una sustancia para provocarle delirios y hacerle perder el control. No va a matarla, en realidad, ¡vas a disfrutar viéndola! Encontraré una manera de hacer que se aleje de su bebida más tarde para que puedas hacerlo en ese momento. Recuerda que no debes permitir que nadie se dé cuenta".
Erin le explicó el plan a la chica con calma, mientras pensaba en cómo hacer que Yeineth abandonara temporalmente su asiento para que pudieran tener la oportunidad de llevar a cabo el plan.

"Espero que no me estés mintiendo".
La chica era tan cobarde que le temblaba la mano mientras sostenía la botella, sobre todo porque nunca había hecho algo así antes.

"¿De qué tienes miedo? Estoy aquí y correré con todas las consecuencias. ¡No tienes nada por qué preocuparte, tonta! Además, cuanto antes hagamos esto, mejor, así ya no tendrás que ver a Bradley persiguiendo a esa zorra por toda la escuela".
Le espetó Erin mirándola fijamente. La chica tenía que llevar a cabo la orden de forma perfecta. Si no era lo suficientemente atrevida como para hacer esto, ¿de qué le servía esta mocosa?

La muchacha se mordió los labios y puso los ojos en blanco, pero no mostró su aprensión ante Erin. Si su padre no trabajara para la familia de Erin, ni siquiera consideraría hacer algo tan arriesgado que podría meterla en problemas con la escuela e incluso hacer que se convirtiera en blanco de todas las burlas si los estudiantes se enteraban. Pero si no lo hacía, temía que despidieran a su padre.

A Erin y su familia parecía gustarles intimidar a los que estaban en una posición inferior a la de ellos, así que no tenía más remedio que hacer lo que le decía.

"Yeineth, acompáñame al baño".
Dijo Erin confiada y en voz alta para que todos la oyeran, pensaba que así ella no se negaría.

"¿Qué dices? De todas las personas que hay aquí, ¿por qué me lo pides a mí?"
Le preguntó Yeineth calmadamente, sin mostrar ningún interés. Si no fuera por el hecho de que todos la estaban mirando, ni siquiera hubiera respondido.

"Porque todos los demás están comiendo, solo a ti parece que no te interesara la comida".
Aunque la excusa sonaba patética, lo que dijo era cierto. A su alrededor, todo el mundo se daba prisa en llevarse algo de comida a la boca, temerosos de que no les dejaran nada, y solo ella estaba relajada y tranquila, sin intenciones de ir a buscar algo de comer.

"¿Pero por qué necesitas a alguien que te acompañe al baño? ¿No puedes orinar tú sola?"
Dijo Yeineth frunciendo el ceño. ¿Acaso pensaba que era una reina a la que tenía que seguir un séquito de damas de compañía y sirvientes donde quiera que fuera?

"No me atrevo a ir sola. ¿Esa razón te convence? Soy muy bonita, ¿qué pasaría si me acosa algún pervertido mientras estoy en el baño?"

"¿Quieres que vaya contigo? ¿Eh?"
Preguntó Bradley mirando a Erin con frialdad.

Él sabía bien que era la hija de una familia de nuevos ricos y que solo recientemente su padre había tenido mucho éxito en los negocios, así que estaban comenzando a tener una vida acomodada. ¿Acaso creía que había nacido en una cuna de oro? Evidentemente era lo suficientemente altanera como para dirigirse a los demás en un tono autoritario.

"¡Vamos! Debes estar bromeando, eres un chico y podrías aprovecharte de mí allí. ¡Lo siento, solo se admiten mujeres! Quiero que ella me acompañe".
Por mucho que le gustara Bradley, no estaba tan loca como para dejar que la acompañara al baño, pero, al mismo tiempo, se dio cuenta de que había una falla en su plan. Incluso si lograba alejar a Yeineth de la mesa, Bradley aún estaría allí, porque se había sentado justo al lado de ella. Si alguien tocaba la bebida de esta, él sería el primero en darse cuenta.

"Erin, yo iré contigo. Después de todo, acabo de comenzar una nueva dieta".
Se ofreció voluntariamente Hilda, quien quería salvar a Yeineth de la incómoda situación.

"¿Tú? ¡Olvídalo! ¿Sabes qué? Ya se me quitaron las ganas de ir".
Dijo Erin mirando a Hilda con desprecio. Prefería abandonar todo el plan antes que tener que ir al tocador con esta gorda perdedora.

Yeineth dio un respingo. Sabía bien por qué Erin no quería que Hilda la acompañara, se sentía avergonzada de que la vieran en compañía de alguien como su amiga. Pero era imposible que Yeineth fuera con ella.

En primer lugar, no eran amigas, todo lo contrario, tenían escaramuzas casi todos los días.

Y lo más importante era que odiaba que otros le dieran órdenes, especialmente alguien como Erin.

Todavía le quedaba algo de pandillera, era ella quien tendría que mandar a los demás.

"¡Apresúrense! Iremos al karaoke después de la cena".
Sintiéndose avergonzada, Erin había apretado los dientes y rápidamente había cambiado de tema. Parecía que no era un buen momento para llevar a cabo su plan y que tendría que esperar otra oportunidad, si es que alguna vez se presentaba.

"¿Eh? Espera un momento, ¿irás con ellos al karaoke, Hilda?"
Dijo Yeineth frunciendo el ceño. No le interesaba ir a lugares de entretenimiento como los karaokes.

Un verdadero amor. 8a parte.Where stories live. Discover now