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Capítulo 1475

Saint. ¡Se sentía tan impotente! No encontraba a HongKi en ningún lado y Yeineth aún no había regresado, así que no había nadie a quien pudiera recurrir. Tenía que quedarse en casa, intranquilo y nervioso, porque sin importar cuánto PolPruk se enojara, él nunca podría dejar de amarlo.

PolPruk había dicho que ambos necesitaban un descanso, que necesitaban tiempo para calmarse, pero se preguntaba qué iba a pasar después de eso. ¿Rompería con él? Solo pensar en esa posibilidad lo ponía muy nervioso, ¡había hecho tantos esfuerzos para que él lo aceptara! ¡No quería que fuera a romper ahora solo porque cometió un error!

"¿Vas a dejarlo sonar? ¿No quieres contestar?"
JungMin ladeó la cabeza. No quería dejar que el tono del teléfono lo molestara, pero este seguía sonando y eso lo ponía nervioso. Además, estaba celoso, porque a él nadie lo llamaba con tanta insistencia.

"No importa, déjalo que suene".
Dijo PolPruk en tono casual. Aunque no quería escuchar la voz de su novio, no podía evitar preguntarse si se encontraba bien, así que en lugar de apagar el teléfono, lo dejaba que sonara. Así, al menos podía estar seguro que estaba bien.

Estaba avergonzado, pero sacudió la cabeza y se dijo a sí mismo que debía mantener el control, aunque en lo más profundo de su corazón no podía evitar preocuparse.

A pesar del licor, la sonrisa de Saint, su rostro encantador y su voz seguían apareciendo en su cabeza una y otra vez, era como si lo hubieran envenenado. Sin embargo, él sabía bien que el nombre de ese veneno era amor y que Saint era quien se lo había dado.

"Desgraciado, estás presumiendo de que tienes un chico que se preocupa por ti, ¿no?"
Dijo JungMin en un tono que fingía enojo, mientras agitaba su trago y una sonrisa pícara se extendía por su rostro.

"¡Estás dándole demasiadas vueltas, mejor sigue bebiendo!"
Dijo Pol mientras lo miraba y ponía los ojos en blanco. No estaba tan desocupado como para fastidiar a su amigo con algo tan trivial.

Y aunque sabían que, de todo el grupo, PolPruk era el que menos aguantaba el licor, esta vez le había tomado muy poco tiempo emborracharse.

JungMin esbozó una ligera sonrisa, extendió la mano para tomar el teléfono y lo respondió sin pensarlo dos veces.

"¡Hola! Pol, gracias al cielo. ¡Al fin respondiste el maldito teléfono! Solo dime dónde estás y llegaré allá pronto. No es lo que piensas, ¡solo déjame explicarte!"
Le soltó Saint enfurecido, antes de que pudiera confirmar quién estaba al otro lado de la línea.

"Estamos en Mundo Sexy, ven aquí. Está muy borracho, así que esperaré a su lado hasta que llegues".
JungMin hizo una mueca y sonrió. Aparentemente, le iba a tocar hacer de consejero para ayudarlos a solucionar sus problemas.

Los dos se amaban, y para JungMin eso saltaba a la vista, así que no debían huir y esconderse cuando algo salía mal.

"Y tú eres... JungMin, ¿verdad?"
Preguntó Saint con voz dudosa. No reconocía la voz de la persona con quien estaba hablando.

"¡Sí! Soy yo, Min. Date prisa y ven".
Le dijo el número de la habitación y colgó. No pudo evitar recordar que una vez también había pasado por una situación similar y no quería que ellos terminaran como él por no enfrentar sus problemas. Solo quienes habían experimentado ese tipo de angustia sabían lo terrible que era y cuánto lastimaba.

Tan pronto como Saint llegó a Mundo Sexy y vio a PolPruk descansando tranquilamente en el sofá, se sintió aliviado y sus preocupaciones se desvanecieron al instante. La tensión que había experimentado antes había sido tan fuerte que no pudo evitar romper en llanto, como si no se hubieran visto en mil años.

"Voy a llevarlos de regreso a casa".
JungMin se acercó a PolPruk para ayudarlo a levantarse. Sabía que hacía poco que a Saint lo habían dado de alta y le iba a resultar difícil sostener a un hombre tan robusto.

"Está bien, gracias".
Saint se llevó las manos al rostro para enjugarse las lágrimas, y a pesar de que se sentía avergonzado de que lo hubiera visto llorar, también estaba conmovido porque JungMin se comportaba de forma muy considerada.

"De nada. No hay necesidad de que me hables con tanta formalidad. Somos familia".
JungMin había fruncido el ceño con desagrado al escuchar el tono excesivamente cortés. Después de todo, PolPruk era su mejor amigo, así que no tenía necesidad de ser tan formal.

"Ah, ya veo".
Saint le dedicó una débil sonrisa. Cuando HongKi le había comentado lo guapo que era JungMin, pensó que solo estaba exagerando, pero ahora, al verlo en persona, se dio cuenta de que su amigo tenía toda la razón. De hecho, el chico encantaba con solo mirarlo.

JungMin los llevó a ambos al chalet de PolPruk, en lugar de ir al apartamento cerca del hospital porque este estaba bastante lejos y el camino de regreso iba a ser demasiado largo. Y era perezoso no le gustaba perder el tiempo.

"Quédate aquí con él y cuídalo mucho, yo voy a regresar a mi casa ahora".
En el aliento de JungMin había un ligero olor a licor, porque como sabía que PolPruk tenía toda la intención de emborracharse, había decidido no beber demasiado. Después de todo, alguien tenía que conducir de regreso a casa. Sin embargo, recordó que en el pasado no habría sido tan cuidadoso, de hecho, en aquellos días, se habría emborrachado como una cuba si no era él quien iba apagar la cuenta. Al parecer, acababa de perder una excelente oportunidad de hacerlo.

"¡Está bien! ¿Pero estás seguro de que puedes regresar solo?"
Le preguntó Saint con preocupación al notar que también estaba un poco bebido. Pero al chico parecían no agradarle sus muestras de cortesía, así que no quiso presionarlo.

"Estoy bien, adiós".
Le dijo JungMin mientras ponía el silencioso motor en marcha y se alejaba. Tenía una forma de ser bastante testaruda.

Saint lo vio alejarse sin apartar la mirada del auto, solo cuando este desapareció en la distancia se volvió a ver a PolPruk.

Una vez dentro de la casa, dio un ligero suspiró y caminó hacia la cama. Observó que PolPruk tenía el rostro enrojecido. ¿Tanto le había dolido que no le dijera la verdad? Sus dedos fríos y temblorosos acariciaron el guapo rostro del hombre borracho, suavemente trazó el contorno de sus rasgos mientras pensaba que era la primera vez que lo veía tan tranquilo y quieto.

¡Parecía un niño inocente cuando estaba dormido! El hombre que dormía tan pacíficamente no se parecía al que lo había lastimado con las peores palabras que pudo encontrar. No pudo evitar que sus ojos se detuvieran en su boca, y después de luchar un rato contra sus dudas, Saint inclinó la cabeza y lo besó.

Había planeado darle solo un beso suave y detenerse, pero de alguna manera, no logró contenerse y empezó a hacer el beso mucho más intenso, a disfrutar del sabor de su boca. Cuando finalmente se obligó a separar sus labios, el hombre que se suponía que estaba en un sueño profundo abrió los ojos de repente. Lo miró y en medio del delirio de la embriaguez, metió sus dedos entre su cabello, aferrando su nuca y atrayéndolo hacia él.

Lo empezó a besar con vehemencia y la pasión se desató entre ellos de forma abrasadora.

Un verdadero amor. 8a parte.Where stories live. Discover now