51 (Primera Temporada)

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Narra Bruno:

Estaba caminando rápido con Paio por el medio del parque. Yo estaba muy agitado, con una angustia dentro del pecho que ya no podía seguir conteniendo. Me sentía como una bomba que estaba a punto de estallar

—¡Paio, te juro que me voy a volver loco! —Paio me miró.  Él estaba con las manos en el bolsillo de su jean y balanceó la cabeza antes de decir alguna cosa.

— Por lo que me dijiste, la situación está bastante complicada — Respondió él, comprensivo.

— ¿Complicada? Te estás quedando corto, Paio — Dije antes de ver un banco y sentarme allí. — Amé a una chica por toda mi vida. El destino quiso que en mi infancia esa chica fuese elegida como mi hermana. Entonces, vivimos juntos bajo el mismo techo por cada bendito y torturante año de nuestras vidas. Con el paso del tiempo, la vi transformarse de una dulce nena a una hermosa y cautivante mujer, lo que hizo que mis sentimientos y conflictos aumentaran.

— Lo sé, amigo. Lo sé — Dijo Paio, golpeando mi hombro con su mano, en señal de reconfortarme.

— Entonces, ella creció y empezaron a surgir candidatos a su corazón. Y yo no podía hacer nada y tuve que hacer de cuenta que todo estaba bien. Cada vez que veía que algún chico la llamaba por teléfono o cada vez que ella abría la puerta para recibir a cualquier idiota que la invitaba a salir.— Cerré los ojos  ante la fuerza de esos recuerdos.— No te das ni una idea de lo que fue saber que una boca que no fuera la mía, le daría su primer beso. Tenía que contenerme para no golpear a cada chico que se le acercaba

Y por más de que trataba de evitarlo, pude recordar todos esos momentos.

Flashback:

Micaela tenía cerca de 15 años y, a pesar de que continuaba siendo tímida, su belleza y encanto comenzaban a llamar la atención de cada chico con el que se relacionaba.
Ella salía algunas veces con sus amigos los fines de semana al cine, al shopping, fiestas y entre otros lugares.

Entonces, no demoró mucho para que surgiera una situación que yo fingía que nunca iba a suceder.
En una determinada tarde, Micaela había ido al cine con Paula y media docena más de amigas del colegio. A la noche, cuando ella llegó a casa, estaba con la cara más soñadora que lo normal. Cuando entró, cerró la puerta y se quedó apoyada en ella. Mica estaba sonriente y sus ojos brillaban más de lo normal.
Yo estaba mirando la tele con Flor, que cuando notó que Mica estaba así, se levantó del sofá y al igual que Micaela, parecía estar muy animada.

¿Pasó? — Preguntó Flor. Micaela asintió con la cabeza, sonríendo aún más. Flor entonces aplaudió y se acercó hasta ella para poder abrazarla.
¡Felicidades! ¡Esto merece un festejo!

Las dos se dieron las mano en cuanto saltaban muy alegres al mismo tiempo y daban pequeños gritos. Yo estaba creyendo que todo eso era ridiculo e innecesario.
Era raro pero, al mismo tiempo, quería y no quería saber cuál era el motivo de tanta euforia. A pesar de ser un chico curioso, me intenté contener lo más que puede e hice mi mayor cara de fastidio antes de comenzar a hablar.

¡Vamos bajando el volumen, por favor! ¡No me dejan escuchar nada! — Reclamé, fingiendo prestar atención a lo que estaban dando en la televisión.

Deja ser tan aburrido, Bruno—Dijo Flor mirándome irritada, y después volvió a mirarla a Micaela. — Vamos a la cocina. Allá vamos a poder hablar con más tranquilidad y sin correr el riesgo de "molestar" a otros. Y por la ocasión, ¡vamos a hacer un brindis! — Mica rió feliz en cuanto Flor la arrastraba del brazo hacia la cocina. ¡Quiero saber todos los detalles!—Escuché que dijo Flor

Más Que Hermanos [Adaptada]Where stories live. Discover now