9 (Segunda Temporada)

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Narra Micaela:

Me desperté lentamente, sintiéndome cansada. Me había costado mucho dormirme, después de las declaraciones extraordinarias de Bruno sobre nuestra vida íntima.

— ¡Deja de pensar en esas cosas porque te vas a volver loca!— Conversaba conmigo misma.

Después de que Bruno se durmió, pasé un tiempo mirando su espalda e imaginando cómo mis manos habían recorrido su espalda; cuántas veces había acariciado su piel...
Suspiré de tristeza porque infelizmente no me acordaba de nada.

Me sentí atraída por Bruno desde la primera vez que lo vi, de una manera completamente mágica.
Si alguien me contara algo similar, tal vez no lo creería.
Pero ahora podía decir que la primera vez que lo vi en el hospital y lo miré a los ojos, fue como si todo hubiese cambiado.

Fue como en las escenas de las películas románticas, cuando la pareja principal se mira y comienza a sonar una música de fondo para valorar aún más el momento. Cuando abrí los ojos y lo vi, fue algo así lo que me pasó.
Y probablemente, haya sido eso lo que tanto me asustó. Y por esa razón, trataba de rechazar su cercanía.

No quisé lastimarlo. Pero en el primer momento que lo vi, no comprendí nada por no saber de quién se trataba.
Él se dió vuelta mientras dormía y pude observar su perfil en medio de la oscuridad, cosa que no podría hacer si estuviésemos despiertos. Él movió un poco los labios y me sobresalté. Me volví a a calmar cuando vi que Bruno seguía durmiendo, y que probablemente, hablaba mientras dormía. Murmuró algunas palabras incomprensibles y solamente eso.
Él me hacía sentir cosas que no podía entender.

Cerré los ojos con rabia, me di vuelta y tapé mi cara con mis manos. ¡Estaba asutada! Sentía que perdía el control cuando estaba cerca de Bruno.

*****************

— Buen día — Saludó Bruno tranquilamente —  ¿Dormiste bien?

— Ah... Si. Gracias — Respondí, intentando sonar lo más natural posible. — ¿Vos dormisté bien?
— Como un ángel — Dijo mirándome cínicamente mientras se dirigía hacia al ropero. — ¿Cuáles son tus planes para hoy? — Preguntó
— Voy a ir a la escuela —  Respondí y él frunció el ceño.
— ¿No crees que es demasiado rápido para que vuelvas a la escuela? Tal vez es mejor que descanses una semana más —  Sugirió.
— No — Dije rápidamente — Ya descansé demasiado en el hospital. Lo que necesito ahora es volver a mi rutina diaria

— ¿Estás segura que dormisté bien? — Bruno se acercó y me miraba preocupado. — Pareciera que estás muy cansada. Capaz que hoy tendrías que quedarte en casa. Al fin y al cabo, un día más o un día menos no hace demasiada diferencia — Insistió

Ahí estaba el problema. Yo no había mentido al decir que quería recomenzar mi vida. Eso era verdad, pero solamente una parte parcial de la verdad.
La verdad es que yo estaba asustada de tener que pasar un día entero con la compañía de Bruno. Al haberse atrasado las grabaciones, él estaba libre de compromisos y, por ende, pasaría todo el día en casa. 

— Estoy perfecta — Respondí, intentando fingir que estaba animada — Creo que es mejor que me levante porque no quiero llegar tarde
— Bueno — Concordó, no muy satisfecho.

Me limité a sonreír afirmativamente. Me levanté y prácticamente fui corriendo hasta al baño.
Cuando entré al baño, cerré los ojos para poder aprovechar la tranquilidad. Después de algunos segundos, ya me sentía más equilibrada. Me miré al espejo, aprovechando la sensación de relax. Fue entonces que un recuerdo en flash apareció en mi mente.

"Estaba en una playa, vestida de blanco y estaba sujetando las manos de alguien. Yo estaba feliz, feliz como nunca antes lo había estado. Sentí que un par de manos retiraban cariñosamente un mechón de mi pelo que tapaba mi cara y también escuché una risa baja y divertida.

—  Sos mía — Decía una voz masculina.

Mientras él me acariciaba, mis manos tocaban su pecho musculoso y firme. Yo esperaba ansiosa por lo que vendría. Deseaba poder ver la cara de ese hombre, pero no podía. Sentí que sería besada en cualquier momento, cerré los ojos en total expectativa y... Todo se fue.

Estaba en el baño con una extraña sensación de vacío en mi pecho. Una enorme insatisfacción, como sí estuviese a punto de alcanzar algo precioso pero que súbitamente era arrancado de mis manos. Mi reflejo mostraba una mirada asustada.
Mi cabeza dolía ligeramente, además de la sensación de enojo. Nada demasiado fuerte. Respiré profundo, intentando volver a la normalidad y decidí volver a mi cuarto.

Suspiré aliviada al percebir que ya no había nadie en mi cuarto y que estaría totalmente sola. Sin embargo, cerré la puerta con llave para no ser tomada de sorpresa mientras me vestía.
Mientras me ponía el uniforme, no podía parar de pensar en esa visión que tuve en el baño.
¿Cuándo habra pasado eso? ¿Y quién estaba conmigo?

Agarré la mochila y fui hasta la cocina. Lo vi a Bruno, que ya estaba totalmente vestido y estaba tomando café.

— ¿Hay más? — Pregunté. Él apuntó hacia la máquina. Agarré una cuchara y serví un poco de café en una taza.
— No suele gustarte mi café —  Informó.

Al beberlo, entendí el motivo: era muy fuerte y amargo. Lo tomé haciendo una mueca y lo escuché reír. En aquel momento, ese café era todo lo que necesitaba para mantenerme despierta.

— Bueno, creo que ya me voy —  Avisé, mirándolo a los ojos.

Entonces me encontré en un aprieto. ¿Cómo debería despirme de Bruno? ¿Con un apretón de manos? No, muy formal. ¿Abrazo? Mucha cercanía. ¿Un beso en la mejilla? Quizás, eso era lo mejor.

— Bueno, chau — Dije al acercarme tímidamente para saludarlo. Pero Bruno fue más rápido y me agarró de la cintura, obligándome a abrazarlo. Mi corazón latía fuera de ritmo con la profundidad de su mirada.

— Que tengas un buen día — Deseó él cariñosamente mientras se alejaba un poco — Solamente prometeme algo antes de que te vayas.
— ¿Qué? — Pregunté perturbada.
— Que me llames, si sentís que algo no está bien — Pidió preocupado. — Si no te sentís bien, quiero que me llames y yo te paso a buscar. ¿Me lo prometes?

Me emocioné por tanto cariño y cuidado. Me acordé que Paula me había dicho lo mucho que él me amaba y que yo debería ser buena con él. Fue imposible no retribuir.

— Te lo prometo — Afirmé sonríendo, levantando la mano y acariciando suavemente su cara con la punta de mis dedos.

Nuestros ojos se encontraron, mi corazón comenzó a latir a mil por segundo. Y nuestras caras se acercaban lentamente.

Mis ojos, que estaban muy abiertos, veían como él se acercaba y se acercaba, y.... ¡Lo empujé!
Simplemente entré en pánico nuevamente, asustada por la intesidad de mis emociones.

— Perdón, pero me tengo que ir— Dije, alejándome y tropezando con una silla.
— Mica espera, vamos... — Replicó con una mirada frustrada, estirando los brazos.
— Me tengo que ir — Murmuré, interrumpiéndolo y colocando mi mochila en mi hombro — Nos vemos más tarde — Y fui corriendo hasta la puerta.

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Nota:
Hola!! Les quiero comentar que mañana a la tardecita/noche voy a subir una maratón de cinco capítulos!!

Más Que Hermanos [Adaptada]Where stories live. Discover now