69 (Primera Temporada)

510 26 2
                                    


- ¿Crees que Paula puede ser la "chica" para mí?

- Eso no te lo puedo asegurar - Respondí tranquilo. - Pero conozco muy bien a Micaela y sé que ella nunca tendría una amiga superficial y egoísta como Romina. - Lo miré a Paio y suspiré. - Mica y Paula son muy unidas. Y Paula actuó de una manera increíble durante todo este tiempo. Siempre demostró una amistad y preocupación sincera. Además, es una persona inteligente y sensible. Resumiendo, no sé si ella es "tu chica". Pero, si estoy seguro de que es una chica diferente y especial. No va a faltar mucho tiempo para que ella encuentre alguien que la valore y que quiera estar con ella.

- ¿Crees que va a pasar eso? - Paio levantó la vista y me miró.-¿Que ella va a encontrar a alguien pronto?

Al ver su mirada ansiosa, percibí que finalmente había encontrado algo sensible en Paio. Pensar en Paula con otro lo había dejado preocupado, y eso era una buena señal.

- ¡Claro que si! - Afirmé sin
titubear. - Como ya te dije antes, Paula es una chica especial.

- Cuando la mencionaste pude darme cuenta de que la extr... - Cuando Paio se dió cuenta de que iba a decir esa determinada palabra, detuvo la frase y se mordió los labios, avergonzado.

- ¿Ibas a decir la palabra que estoy pensando? - Pregunté, sonríendo.

- Callate, Bruno - Respondió él muy colorado.

- Dale, Paio reconoce que
la extrañas -Él se mordía el labio muy nervioso. -Paio, deci algo-- Dije, golpeando la mesa con la mano.

-¡Extraño a Paula! - Dijo él
irritado - ¿Ya estás contento ahora?

- No creía estar vivo para ver el día en el cual Pablo Rodriguez reconociera que extraña a una chica, ¡ahora puedo morir en paz! - Comenté, colocando teatralmente mi mano en mi pecho.

- ¡Ay, qué chistoso! - Susurró él, rodando los ojos. - La extraño, pero todavía no estoy seguro de si ella es "la chica"

- No hace falta que decidas
eso ahora - Dije calmamente. - Hace una cosa, anda a tu casa. Pensa en todo lo que hablamos y preguntate a vos mismo qué es lo que sentis por ella - Hice una pausa por un segundo. - Sólo quiero decirte una cosa...- Paio me miró confundido, expectante por lo que tenía que decirle.- Sí comprometerse con alguien es correr riesgos, vas a estar expuesto, y sé que es eso a lo que más temes: sentirte vulnerable. Pero tenes que tener bien en claro que si no te arriesgas, podes dejar pasar un gran amor por causa del miedo y la inseguridad, y cuando te arrepientas por no haberte arriesgado, puede ser demasiado tarde.

- ¿De dónde sacaste toda esa filosofía tan barata? - Preguntó Paio irónicamente.

- Desde que casi perdí al amor de mi vida, por tener miedo de no ser correspondido -Respondí con total sinceridad y Paio me miró
espantado. - Si hay una cosa de la que me arrepiento todos los días es de no haberle confesado antes a Mica todo lo que siempre sentí por ella.

- ¿Y es bueno estar casado? - Preguntó él, lleno de curiosidad.

- Muy bueno. No hay mejor cosa que dormirte y despertarte al lado del amor de tu vida.

____________________________________

Narra Paio:

Me despedí de Bruno en aquel final de la tarde y decidí ir caminando hasta mi casa. Resolví ir por el camino más largo, que me hacía entrar en una linda plaza. Necesitaba un tiempo para mí solo, y así poder digerir la última conversación.
El viento soplaba frío. Era otoño. Las hojas de los árboles estaban amarillas y esa era mi estación favorita del año.

Decidí sentarme en uno de los bancos de la plaza. Agarré mi celular y me puse mis auriculares. Me quedé sentado ahí, admirando el paisaje, escuchando música y reflexionando.

Desde hace mucho tiempo que no pensaba en Romina, mi primer gran amor. Pero Bruno tuvo que mencionarla, exponiendo las cicatrices.

Pensar en ella ya no me causaba tanto dolor como antes, cuando las heridas estaban abiertas. Ahora todo lo que sentía era una picazón, como cuando una herida se está cicatrizando.

Alta, rubia, ojos azules, cuerpo perfecto y una sonrisa encantadora. Romina fue mi perdición y estaba perdidamente enamorado de ella.

Hice todo lo que se supone que un novio perfecto debe hacer: Le mandaba flores, le compraba cajas de chocolate, le regalaba osos de peluche con cartas románticas y hasta incluso, llegué a gastar mi mensualidad en un solo día, solamente para poder comprarle un vestido que a ella le había encantado.

¿Y todo para qué? Solo para que, ella me traicionara con Lucas, mi hermano más grande.

Me acuerdo que en un lindo día de Primavera había llegado a casa más temprano y al pasar por el cuarto de mi hermano, escuché sonidos sospechosos. Al acercarme a la puerta, escuché una voz femenina que me resultaba bastante familiar.
Nunca me voy a olvidar de aquella escena. Abrí la puerta y la vi a Romina acostada con mi hermano.

Todavía me acuerdo de la mirada sorprendida que Romina me lanzó al verme, mientras que Lucas se levantaba avergonzado, intentando disculparse. También me acuerdo de los golpes que le di a él, la sangre corriendo libremente a través de su nariz quebrada.

- ¡Sos lo peor que me pudo haber pasado! - Le grité furiosamente a Romina.-Ándate y no te quiero volver a ver

Y así fue como Romina salió de mi vida, dejándome el corazón destrozado en mil pedazos.

Desde ese día, prometí no volver a enamorarme nunca más. Nunca más volvería a estar de novio ni me volvería a aferrar a nadie.
Había sido usado y engañado, y ahora sería yo quien usaría.

Sin embargo, nunca ilusionaba a alguna chica prometiéndole fidelidad o dandole falsas esperanzas, siempre fui muy claro. ¿Alguien quería estar conmigo? Perfecto, pero dentro de mis términos por supuesto.

Después de eso, nunca más apareció alguien que se metiera conmigo o con mis sentimientos. Todas las chicas eran iguales, teníamos sexo de vez en cuando y nada más.

Pero cuando apareció Paula todo cambió por completo. Ella era inteligente, atrevida, linda y simpática. Suspiré al recordar la sonrisa que ella tenía cuando estabamos juntos, con los dientes más blancos y más lindos que había visto en toda mi vida, dignos de un comercial de pasta dental.

Desde un primer momento, siempre tuvimos una afinidad inmensa, tanto en personalidad como gustos. Nos reíamos de las mismas cosas, nos gustaba molestar a las personas, eramos curiosos en relación a todo y a todos. Y en la intimidad, Paula era la compañera más compatible que alguna vez había tenido.

La única chica que, quizás, había tenido esa sintonía conmigo era Romina. Y ahora, inesperadamente, el destino había puesto a Paula en mi camino.
Pero las similitudes se detenían ahí.
A diferencia de Romina, Paula era independiente, dueña de su propio destino y nunca intentaba obtener cosas aprovechándose de alguien ni intentaba dar lastima para que alguien se quedara con ella.

Paula era completamente autosuficiente, hasta en eso nos parecíamos; como yo, no daba satisfacciones a nadie.
Pero a diferencia mía, Paula tenía un mayor sentido común y equilibrio. Una prueba de eso podía ser, la manera dulce, pero a su vez determinada con la cual me dejó.

Tengo que reconocer que al escuchar los motivos por los cuales había terminado con nuestra relación, me sentí mal.
Pude ver lo difícil que había sido para Paula decir todas esas cosas, y al ver sus ojos suplicantes, esperando alguna iniaciativa de mi parte, me amargué completamente. Pero de la única manera en la cual supe reaccionar fue pidiendole un simple "perdón".

Claro que percibí su decepción, pero estaba demasiado asustado para actuar diferente. Y una vez más, Paula me sorprendió al demostrarme su sensibilidad incomún, sugeriendo que tal vez yo actuaba de esa forma por causa de mi pasado. No sabía qué decirle. Entonces, ¿cuál fue la estupidez que cometí? Preguntarle sí quería tener sexo por última vez. Cuando lo que debía haber hecho era llegar a su corazón y pedirle una nueva oportunidad.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora