71 (Primera Temporada)

606 36 8
                                    

- ¿Todavía no te das cuenta de que sos lo más importante para mi? ¿No te das cuenta que sos el aire que respiro? Mica, sos la razón por la cual existo. Sos el motivo por el cual me despierto, me levanto y enfrento a cualquiera o a cualquier cosa que se interponga en nuestro camino. ¿Todavía no te diste cuenta de todo eso? - Bruno agarró mi cara con sus manos. - Estoy completamente viciado por tu aroma... - Dijo pasando su nariz por mi cara, y después se detuvo en mi cuello. - Por tu piel...- Susurró en cuanto descendía una mano lentamente por mi brazo y paraba en mi cintura. - Por tu cuerpo... - Dijo, presionando su cadera junto a la mia. - Y por esa boca que tanto me enloquece- Y finalment descendió sus labios hambrientos en los mios.

Mi corazón latía tan rápido que parecía que en cualquier momento iba a salir por mi boca.
Todavía estaba sorprendida por el ataque inesperado y apasionado de Bruno.
La boca de él se movía sin tregua sobre la mia, forzándola a abrirse, invadiendola sin piedad con la lengua. Sus manos descendían y subían por los laterales de mi cuerpo, en una forma desesperada.

- ¡Estoy teniendo una crisis de abstinencia, Micaela! - Murmuró con la voz ronca, al soltar mi boca por un momento, con la respiración completamente irregular. - ¡Sos como un vicio para mi! ¿Todavía no te diste cuenta que necesito de dosis diarias y constantes de vos para no enloquecer? ¡Yo te amo! Besame, por favor

No podía ni quería resistirme más a él. Abrí mis labios y mi corazón para recibirlo, correspondiendo con la misma intensidad. No fue nada gentil la forma con la cual él había arrancado mi camisón. Tampoco fue gentil la forma en la que me acariciaba, parecía estar dominado por un instinto primitivo y salvaje.
Él demostraba tener un necesidad de mi, que estaba lejos de la comprensión.

Me entregué a Bruno completamente asombrada con el nivel de sus emociones.
Él parecía estar en todo lugar, al mismo tiempo, en alta velocidad, subiendo y bajando por mi todo cuerpo, besando, acariciendo y mordiendo, completamente ansioso. Puedo jurar que hasta lo escuché gruñiendo en voz baja.
Él me sujetó por los brazos, como si tuviese miedo de que me escapara.

Abrí los ojos y vi su cara: parecía estar en una especie de transe, los ojos fijos, la boca ligeramente entreabierta, mirándome como si yo fuese una imaginación, como si todavía no creyera que yo estaba ahí con él.

- No te das idea de lo mucho que te necesito - Susurró Bruno de forma desesperada, y entonces, me entregué a él.

___________________________________

Narra Bruno:

Me desperté asustado, buscándola a Micaela, pero ella ya no estaba a mi lado. Me senté en mi cama nervioso y todavía tonto por el sueño.
Me acordaba de cada detalle de la noche pasada y me sentía pesimo; estaba avergonzado y arrepentido. La había atacado a Micaela de una manera que nunca me imaginé que haría, el deseo me había consumido por completo.

Necesitaba hablar con Mica para poder disculparme e intentar explicar lo inexplicable. Es verdad, que la bebida contribuyó, y mucho, para mi comportamiento alterado, mismo así, sabía que me había excedido.

Me levanté y me vestí con lo primero que encontré. Ya pensaba en salir y buscarla, cuando la puerta del cuarto se abrió y ella entró.

Por la sorpresa estampada en sus ojos, percebí que no me esperaba verme ahí, despierto en aquella hora. Nos miramos el uno al otro, ambos confundidos, sin saber que decir para quebrar aquel clima tan extraño. Hasta que Micaela dio un paso hacía mi dirección, abriendo la boca sin decir nada. Ella sujetó mi mano, un poco insegura, pero cuando nuestros dedos se encontrarón lo mágico sucedió.

Nos arrojamos uno en los brazos del otro, llorando juntos al mismo tiempo y desahogando todo el dolor y resentimiento que estuviesen guardados.

- Perdón - Pude decir entre sollozos, sintiendo su cabeza en mi pecho. - ¡No tendría que haber hecho eso!

- Perdón - Decía Micaela al mismo tiempo que yo. - Yo nunca tendría que haber dudado de tus sentimientos

Permanecimos así por varios minutos, disculpándonos y llorando. Hasta que nos alejamos un poco, mirando la cara del otro, y reímos de alivio, entre lágrimas. Pasé los dedos cariñosamente por su cara, secando todas sus lágrimas.

- A partir de hoy, prometo ser más cuidadoso. Prometo tener más autocontrol. Prometo respetar a nuestros papás, y principalmente, respetarte a vos, que sos lo más importante en mi vida. - Dije con total sinceridad- ¿Me perdonas? - Micaela erguió sus ojos para mi, en una mezcla de asombro, cariño y ternura.

- ¿Cómo puedo no perdonarte?- Susurró ella. -Siempre vas a ser mi único y verdadero amor. Y yo también prometo ser más comprensiva y paciente, ¿está bien?

- No hace falta que prometas nada, ¡sos perfecta! - Respondí, besando suavemente su pelo.

- Bru, solamente te quiero pedir que nunca dejes de ser vos mismo - Dijo Micaela tranquila. - A mi me encanta tu forma de ser - Comentó ella, antes de besarme. En ese beso, podíamos demostrar toda la alegría que sentíamos por estar haciendo las pases.

- Solamente quería que entendieras esta necesidad vital que tengo de vos - Suspiré por un segundo. - Sé que anoche ultrapasé algunos limítes, pero... te necesitaba, ¿sabes? Nunca te había necesitado tanto como ayer, y el alcohol ayudó a que realmente perdiera el control.
Te esperé demasiado tiempo, y ahora que, finalmente puedo tenerte es como que cada vez que te acercas, algo adentro mio explota. Comienza a correr por mi cuerpo una adrenalina que me enloquece

- Ahh, mi amor... - Susurró Micaela emocionada y acariciando mis mejillas.

- Mirarte todos estos años era como ser un marinero en altamar que toda la noche mira a la luna en el cielo y se enamora de ella. Yo podía mirarte y admirar tu belleza, pero de lejos, siempre de lejos, y me conformaba con tener un amor imposible. Pero entonces el milagro sucedió, la luna cae del cielo y ahora está al alcance de mis manos, entonces, finalmente comienzo a ser feliz. Pero existe una problema, la gravedad que esa luna ejerce sobre mi es inmensa y constante, resultado: no puedo estar mucho tiempo sin tenerla en mis brazos, su brillo me hipnotiza y su luz me ciega. ¿Vas a poder soportar un amor así?, ¿ser mi luna para siempre?

Micaela asintió, me miró a los ojos emocionada, por un momento, y luego se arrojó efusivamente hacía mis brazos.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora