47 (Segunda Temporada)

478 41 12
                                    

Narra Bruno:

Intenté moverme, pero sentía que tenía el cuerpo pesado. Seguí respirando, intentando que mi cabeza dejara de girar. Hice un esfuerzo más y pude mover los brazos, colocando uno de ellos sobre mis ojos.

Todavía no los tenía abiertos, pero podía percibir la claridad que entraba por la ventana y me estaba incomodando.
¡Creo que el alcohol terminó conmigo! - Pensé somnoliento. - Y lo más raro es que no había tomado tanto.

Sentía la lengua pesada y pastosa, estaba con mucha sed.
A pesar del malestar, decidí levantarme y agarrar una botella de agua del frigobar. Estiré el otro brazo y mi mano toco algo tibio y voluminoso.

Con la fuerza de la sorpresa, abrí los ojos rapidamente y gemí cuando hice eso, la luz me molestaba demasiado.
Hice lo imposible para que mi vista se acostumbrara con esa luminosidad y miré lo que había a mi lado.
Salté de la cama sin pensarlo dos veces.

- ¡Dios! - Grite al levantarme.

Sofía, que estaba somnolienta, comenzó a moverse en la cama lentamente.

- Volve a acostarte, Brunito - Murmuró ella. - ¡Todavía es muy temprano!

- ¿Qué pensas que estás haciendo? - Pregunté asustado.

- Hasta hace pocos minutos atrás, durmiendo con vos. - Respondió sin abrir los ojos, con la cara apoyada en la almohada.

- ¡No tenes que estar acá! - Retruque rápido. - ¡Este es mi cuarto! - Dije, mirando a mi alrededor, verificando estar en lugar correcto.

- Mira, anoche no te quejaste de eso. Pero si sabía que preferías mi cuarto, hubiesemos cambiado la dirección que seguimos. - Habló todavía con los ojos cerrados.

- ¿Cómo? ¿Pasamos toda la noche durmiendo juntos?- Pregunté confuso.

Ella soltó una carcajada, abrió los ojos y me miró.

- Bueno, yo no diría que dormimos todo el tiempo. De hecho, dormir fue lo que menos hicimos. ¿Qué te parece si te volves a acostar y descansamos un poco más?- Su mirada descendió por mi cuerpo.

Cuando vi la dirección que siguió, percebí horrorizado que estaba igual que ella. Me sentí completamente vulnerable y ultrajado.

- ¡Mierda! - Avergonzado, coloqué las manos para intentar cubrirme. Entonces, ella soltó una risa más atrevida.

- ¡Relajate! No hay nada que no haya visto antes.

Eso no podía ser verdad. ¡Tenía que ser una pesadilla! Sin condiciones de lidiar con esa situación bizarra, corrí hasta el baño y cerre la puerta, creyendo que quizás al lavarme varias veces la cara me despertaría y me daría cuenta que todo eso no era más que una ilusión por los excesos de la noche anterior.

Cuando mire mi muñeca, abrí bien grandes mis ojos porque estaba usando el reloj que Sofía me había dado, el mismo reloj que traje para devolverselo.
¿Cómo pudo haber pasado? - Me preguntaba totalmente impactado. - ¿Cómo este reloj puede estar acá?

Rapidamente me lo saque, como si aquel contacto me estuviera quemando.
Todavía no estaba satisfecho. Así que agarré una toalla y la tire arriba del reloj, escondiéndolo. No quería seguir mirando aquello.

Empezé a examinarme mejor en búsqueda de otra posible anormalidad. Ahora que estaba frente al espejo, veía todo el reflejo de mi cuerpo entero.
Podía ver con claridad pequeñas marcas esparcidas por mi pecho y cuello, algunas rojas y dos moradas, bien cerca de la oreja.

Después pude sentir un perfume, que no era el mio, impregnado por mi cuerpo. Hice una mueca de desagrado al reconocer ese aróma tan fuerte de Sofía. Sentí nauseas, estaba asqueado de mí mismo.

Más Que Hermanos [Adaptada]Where stories live. Discover now