34 (Primera Temporada)

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Narra Bruno:

Ya era la segunda vez que sacaba la mano de Laura de mi pierna, pero ella parecía tener más tentáculos que un pulpo. Ella no paraba de hablar sobre lo mucho que le había gustado la película, de que mi papel era bueno y no sé cuántas cosas más. Lo único que ella hacía era hablar, hablar y hablar. Cada vez que yo intentaba decir algo, ella me interrumpía.

A medida que el tiempo pasaba mi temor solamente aumentaba y al ver que Mica volvía con Paula entré en un estado de pánico.

— Laura fue muy bueno volver a verte. Pero, creo que sería mejor que te vayas; ya se está haciendo tarde. — Dije muy apurado.
— ¿Que me vaya? Pero recién llegue, y además todavía es temprano, tontito— Retrucó, poniendo nuevamente su mano en mi pierna.

Fue en ese momento que Mica finalmente apareció e hizo la fatídica pregunta: — ¿Qué está pasando?

La miré en forma horrorizada a Laura por haber colocado palabras en mi boca. Sentí la furiosa mirada de Micaela sobre mí, y para completar, la vi cuando derramó todo el milkshake y los pochoclos sobre Laura.
Pero lo que más alarmado me dejo fue escuchar sus últimas palabras:

— Para tu información, ¡no soy la "hermanita" de él! ¡Soy la novia! O mejor dicho, hasta hace unos minutos creí que lo era. ¡Buen provecho!

Me quedé sentado, sin poder creer todo lo que había pasado, visto y escuchado.
¡Micaela se estaba yendo! Salté del auto, dejando todo atrás y fui detrás de ella.

—¡Micaela!— Grité
—¡Déjame en paz! — Dijo sin darse vuelta y empezando a correr
— ¡Volve, Mica! Necesitamos hablar. — Pero ella no se detuvo, y comencé a correr detrás de ella. — ¡Micaela!

Pasamos corriendo por la mitad del drive-in, el personal y la gente que estaba en los autos nos miraba con mucha curiosidad.
Ya estaba quedándome sin aire cuando hice una promesa mental de practicar más actividad física.
Micaela hizó una curva y vi mi chance de interceptarla: entré por el medio de los autos, cortando camino y finalmente pude alcanzarla.

— ¡Perdón! ¡Es una emergencia!— Le avisé a una pareja que estaba sentada en su auto mientras que yo subía en su capot para poder alcanzarla a Micaela.

— ¡Ah! — Gritó Micaela asustada al verme
— Ahora... vamos...a...hablar — Dije luchando con mi respiración
— No tenemos... nada de que hablar — Ella también respiraba con una cierta dificultad.
— ¡Si que tenemos que hablar! Me tenes que escuchar, Mica.
—¡Déjame pasar!
— No, no te voy a dejar que te vayas sin que me escuches.
— ¿Y qué me vas a decir? ¿Que la mano de ella fue a parar en tu pierna por equivocación? ¿Que ella entendió mal cuando le dijiste que yo soy tu "hermanita"? ¿Que ella entró a tu auto obligada?
— No— Respondí nervioso, pasando mis manos por mi pelo.-— No fue así, ella estaba ofreciéndose y...
— ¡Y vos no te pudiste resistir!— Dijo interrumpiendome y sus ojos verdes empezaron a llenarse de lágrimas.
—¡Me voy! - Y dandose la vuelta, salió corriendo por el camino por el cual vino.

Empecé a correr detrás de ella de nuevo, pasando por los mismos autos y con las mismas caras mirándonos nuevamente con las bocas abiertas.
Estaba en mi límite físico cuando la vi pasar por nuestro auto, entonces decidí gritarle a Paio.

— ¡Agarrala, Paio! — Dije una sola vez, deseando que él pudiera escucharme.

Finalmente, él pudo escucharme. Cuando Micaela intentó pasar, Paio lo impidió y la agarró con firmeza, mientras que Paula pedía calma

— ¿Cómo te atreves a hacer eso? ¡Soltáme! — Comenzó a gritar desesperadamente Micaela
— Gracias, ahora ya podes dejarla conmigo. — Dije sacando las manos de él y cargando a Micaela por mis hombros.
— ¡Bruno, soltáme! — Gritaba ella y comenzó a golpear mi espalda, lo cual ignoré por completo.

Caminé decidido hasta llegar a los baños y entré al baño femenino, donde estaban dos chicas que nos miraban sorprendidas.
— Por favor, ¿podrían dejarnos pasar? - Pedí con cara de pocos amigos. Una vez que ellas se fueron pude cerrar la puerta con llave y después la guardé en mi bolsillo. Entonces la devolví a Micaela en el piso. — Ahora vamos a hablar.

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Narra Micaela:

Lo miraba a Bruno en forma arrasada porque estaba cansada física y emocionalmente. ¡Esa noche de sueño, se había transformado en una verdadera pesadilla!

— ¿El baño de nuevo? ¡Nada original! Pero todo bien. Queres hablar, entonces habla - Dije tratando de controlar mi voz
— Esa chica apareció de la nada. No dejo de hablar desde el momento que apareció, y prácticamente, ¡invadió el auto!- Él empezó a explicarme todo, pero la verdad es que no le creía en lo absoluto.
— ¿Por qué no la echasté? ¿Por qué no la sacaste de tu auto?
— Lo intenté. Te juro que lo intenté, pero las pocas veces que podía hablar, ¡ella no me escuchaba!
— ¿Y el tema de la "hermanita"?
— Le respondí Micaela. Pero ella sola llego a la conclusión de que eras mi hermana, porque creo que se lo comenté ese día en el bar.

Lo miré y las lágrimas corrían libremente por mi cara. Realmente quería creer en sus palabras; pero las imágenes de esa chica en el auto y las palabras de ella, todavía no salían de mi cabeza.

— Todavía no me crees, ¿no? —
Preguntó con las manos en la cintura. Como yo no podía hablar, solamente pude negar con la cabeza. — ¿Por qué? - Preguntó triste, pero yo seguía en silencio. — ¿Por qué? Respóndeme, Mica, por favor

— Porque... — Tomé un largo
suspiro. — Si podes tener a alguien como ella, ¿por qué seguirías con alguien como yo?

Más Que Hermanos [Adaptada]Where stories live. Discover now