71 (Segunda Temporada)

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Mire asustada el arma con el que me estaban apuntando. Levanté la mirada y pude ver esa cara que había sido el motivo de mchas de mis pesadillas y días de sufrimiento, recubierta por un maquillaje perfecto, con lindos aros de oro y esmeraldas en sus orejas, apenas cubiertas por su pelo de corte moderno. Podía oler un aroma a perfume caro y sofisticado. No restaban dudas, era Sofía la que estaba bien adelante mio.

Ella sonreía como si estuviese haciendo una visita meramente social. Pero sus ojos eran frios y decididos cuando comenzó a hablar.

— ¡Justamente a quien estaba buscando! ¡Que bueno volverte a ver, Micaela!

— Perdón por no poder decir lo mismo — Murmuré, sin poder dejar de mirar el arma que balanceaba ligeramente adelante mio.

— Sé que no fui invitada, por el momento. Pero fue imposible seguir ignorando todo, por más que yo quisiera — Explicó sin dejar de sonreir.

— ¿Qué es lo que queres? — Pregunté, intentando controlar el miedo.

— Vine a invitarte a dar un paseo.—  Respondió con falsa simpatia —porque tenemos mucha para hablar.

— No estoy de acuerdo — Repliqué, tratando de reuinir todo el coraje posible. — No tenemos nada para hablar.

— ¡Pero para mi si! — Sentenció, dando un paso más adelante y apoyando el arma en mi pecho.

— ¡No estoy sola! — Mentí desesperada — Si yo grito, ¡me van a escuchar!

Sofía miró rápidamente a su alrededor y después para el interior de la casa. Habló con desdem:

— ¡Que feo, Micaela! ¿No te enseñaron que es muy feo mentir?

— ¿Justo vos me vas a decir eso, reina de las mentiras? — Retruqué, tratando de que no intimidara. — ¡Yo no me voy a ir a ningún lugar con vos!

— ¡Basta! — Gritó, dejando que esa mascara de buena edución finalmente se cayera. — ¡Sos muy irritante! Me cansé de ser educada y tratar de ser razonable. No vine hasta acá para jugar. ¡Tenemos mucho para hablar y vamos a salir ahora!

Al decir eso, se paró al lado mio. Me agarró mi brazo y me apuntó con el arma en el cuello.

— ¡Estás loca! — Afirmé mientras ella me empujaba hasta el auto, que estaba estacionado adelante de la casa. — ¡No te vas a poder escapar!

— ¡Eso lo vamos a ver! — Retrucó al empujarme al asiento. Ella dio una media vuelta rápida y se sentó al volante.
Cuando comenzó a manejar, volvió a hablar.

— Micaela, ¡me decepcionasté!

— ¿Te decepcioné?, ¿qué queres decir con eso? — Pregunté confundida.

— Después de lo que pasó entre Bruno y yo, me imaginé que ibas a estar dolida y que harías lo que cualquier mujer sensata y con un poco de amor propio suele hacer

— ¿Qué esperabas que hiciera?— Pregunté, mirando su cara contrariada.

— ¡Pensé que ibas a dejarlo! — Respondió aumentando la velocidad, y me dio una breve mirada de reojo. — Pero me equivoqué.

Respiré profundo, intentando que esta situación no me superara. Estaba en el auto con Sofía, que estaba armada y visiblemente perturbada. Incluso con las manos en el volante, ella seguía sosteniendo la pistola.

Decidí hacer lo que ella quería, por lo menos por ahora. Quizás lo mejor era seguir hablar e intentar descubrir sus planes.

— Estuvimos separados — Revelé, mientras pasaba nerviosa la lengua por mis labios secos.
— Pero felizmente cambié mi decisión y estamos juntos.

Más Que Hermanos [Adaptada]Where stories live. Discover now