11 (Segunda Temporada)

428 31 1
                                    


— No vamos a salir de Buenos Aires, te lo prometo — Respondió Bruno al instante. — ¿Vamos? — Preguntó al levantarse.

— ¿Ahora? Pero todavía no termine de ordenar — Respondí espantada, señalando la ropa que estaba esparcida por todos lados.

— Cuando volvamos, te prometo que te voy a ayudar.—Susurró—¡Vamos!

Él me extendió la mano y no me quedó más opción que sujetarla.
Y de ahí en adelante, permití que me guiara por los caminos que nos llevaran hasta aquel lugar misterioso.

**************

El día era totalmente frio y el cielo estaba completamente nublado. Estaba muy abrigada, pero a pesar de eso, no podía dejar de sentir frio. Mis dedos estaban congelados y decidí colocar mis manos adentro de los bolsillos de mi tapado, mientras caminando al lado de Bruno.

Él no parecía estar muy incómodo por el frio porque caminaba con pasos rápidos y decididos, demostrando la emoción que sentía y que se confirmaba en la media sonrisa que estaba a punto de formarse en sus labios.

Quería disimular mis nervios, pero era muy difícil. No solamente por el frio que se infiltraba por mi ropa, pero también por la mezcla de ansiedad y temor que me dominaba a cada paso que daba.
Sin percebir, solté un largo suspiro.

— Calmate, Micaela — Pidió Bruno, mirándome tiernamente.

— Estoy bien — Dije sin gracia, intentando mantener mi expresión calma, en una tranquilidad que estaba demasiado lejos de sentir.—¿Falta mucho? — Él soltó una risa baja y ronca.

— No, solamente algunas cuadras— Respondió.

Solté un suspiro más y él rió nuevamente. Detestaba demostrar tanta inseguridad. Por eso, decidí dejar de preocuparme y distraerme con lo que veía alrededor y con las personas que pasaban por nosotros en la calle.
Inesperadamente, vimos algunos autos, que después me di cuenta que era un cortejo funebre..

Me resultaba raro que estuvieramos haciendo el mismo camino que aquellos autos, pero creía que era una simple coincidencia.
Cuando me di cuenta que solamente algunos metros de distancia nos separaban del portón principal de un cementerio, lo detuve.

— ¿A dónde pensas que vas?—Pregunté. — ¿Qué es lo que pretendes con todo esto?

— Quiero mostrarte algo — Respondió él en forma serena y mirándome con mucha calma.

— ¿Qué?

Esta vez, Bruno no respondió. Volvio a mirar hacia el cementerio y yo cada vez entendía menos.

— ¡No podemos entrar acá! — Exclamé al ver que él ya estaba por ingresar al cementerio.

— ¿Cuál es el problema?

— ¿Qué es lo que me queres mostrar? — Él sonrió.

— ¿No me vas a decir que le tenes miedo a los fantasmas?

Bufé irritada, ya estaba por dar la media vuelta e irme a casa, pero Bruno me sujetó del brazo.

— ¡Mica, espera!

— Me cansé de tus juegos, me voy a casa — Dije contrariada.

— No estoy jugando con vos, es algo serio — Explicó muy concentrado. — No te quise contar a donde veníamos porque tenía miedo de que no aceptaras— Él tenía razón, porque si me lo hubiera contado desde un primer momento yo no hubiese venido. — Vamos a estar por poco tiempo, te lo aseguro. Solamente te pido que confies en mi — Afirmó con convicción.

Más Que Hermanos [Adaptada]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora