24 (Primera Temporada)

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Me desperté lentamente después de un sueño muy profundo y pensé en las horas que pasaron. Sentía la cabeza un poco pesada y la lengua seca. Realmente había exagerado la noche anterior porque no estaba acostumbrada a tomar, y había tomado mucho champagne por lo que me podía acordar.

Pero a pesar de todo, me sentía satisfecha e intenté organizar mis pensamientos, buscando el motivo por el cual me sentía tan bien. Imágenes sucesivas comenzaron a inundar mi mente y cuando los últimos recuerdos de la madrugada me invadieron, abrí bien grandes los ojos y me senté en la cama.

— Auch... — Sentí mi cabeza rodar por el movimiento brusco que había hecho.

Miré hacia la ventana y por la claridad que entraba en el cuarto suponía que ya debía ser tarde. Miré el reloj que estaba en mi mesita de luz y confirmé mis sospechas: ya eran más de las tres de la tarde.

— ¡Mierda! — Dije en voz baja.

Me había quedado dormida esperándolo a Bruno y no tuve la posibilidad de despedirme de él. Me volví a acostar frustrada, ya que me hubiese encantado darle un beso de despedida.

Todavía no estaba muy segura de todo lo que había pasado. La noche anterior parecía un sueño demasiado fantástico.
Con mis dedos toqué mis labios y así pude recordar los besos que nos dimos, las caricias, la manera cariñosa y hasta desesperada en la que él me miraba, sus palabras gentiles y, al mismo tiempo, llena de intenciones.
Sólo de pensar en todo eso, sentía mi cuerpo vibrar y ansiar por él. Mi corazón cantaba en mi pecho una música alegre. ¡Me sentía tan ridículamente feliz!

Él me dijo que le parecía linda. Él dijo que me quería. ¡Dios Mio, él hasta dijo que quería hacer el amor conmigo!

Solamente podía ser un sueño, una ilusión creada por mi mente llena de bebida y fantasía. Pero al mirarme en el espejo del baño, por primera vez, encontré las primeras pruebas de que lo que había pasado anoche había sido real. Mi cuello tenía algunas manchas rojas, pruebas más que concretas de que alguna boca había estado un buen tiempo allí.
Me los imaginé a papá y a mamá viendo aquello y me congelé, tendría que usar alguna cosa para esconder las pruebas del crimen. Así que corrí al cuarto antes de que alguien me viera.

Bingo!"  Exclamé al abrir mi guardaropa y encontrar un pañuelo que disimulaba perfectamente los chupones que tenía en mi cuello.

Fui a la cocina y la encontré a mamá que comenzó a invadirme con sus preguntas, ella quería saber cómo había sido el festejo.

Le conté casi todo, excluyendo las partes en las que me envolvía con cierto chico de ojos negros...
Estaba terminando de comer cuando escuché que sonó el timbre, así que abrí la puerta y la vi a Paula muy sonriente

— Micaela, ¿cómo te fue?; ¿quiénes estaban?; ¿había muchos chicos?; ¿qué música pasaron? y ¿bailaste con alguien? Quiero saberlo todo y... — Puse mi mano en su boca, haciendo parar aquella metralladora verbal.

— ¡Calma! Una pregunta a la vez y te prometo que te voy a responder todo. Pero primero vamos a mi cuarto.— Dije ríendome

Cuando entramos, cerré la puerta y nos sentamos en mi cama, estabamos frente a frente. Empecé a describirle todo: desde el momento que salí de casa peleandome con Bruno, nuestra llegada al cine, la alfombra roja, el estreno de la película. En ese punto de mi narración, Paula me hizo describir varias escenas porque quería saber la ropa que cada actor lucía y con quién hablé.

— Te sacasté varias fotos, ¿no?—Preguntó con una mirada amenazante.

— Si, Pau, de todo. ¡Ahora para de interrumpirme y déjame hablar!

Ella parecía haber quedado satisfecha con mi respuesta y permaneció quieta.
Cuando llegué a la parte de la fiesta, comencé a hablar del lugar y de cómo las personas estaban vestidas. Ella me interrumpió una vez más, extendiendo las manos.

— ¡Bueno, ya entendí! Todo muy lindo y muy cool. Pero vamos a la pregunta que no quiero callar, ¿besasté a alguien?—Preguntó ansiosa.

— Si — Respondí, sin poder dejar de sonreír.

— ¡Los milagros existen! — Dijo, ríendo con cierta emoción.—¿Quién fue el príncipe encantado que rompió con el hechizo? Ya sé, déjame adivinar... Puede ser este chico que se la pasa todo el tiempo arreglandose el pelo... ¡GONZALO!

— Mmm frío muy frío, Pau.—Dije, ríendo con voluntad.

— ¡¿No?! Entonces solamente me queda este chico lindo... ¡¿NACHO?! ¿adiviné?

— Mmm... Ese estuvo muy cerca, pero en el último segundo, otro chico interrumpió el beso—Respondí, haciéndome la misteriosa.

— ¿Otro? — Preguntó totalmente sorprendida. — Mica, ¡¿no me vas a decir que estuviste con Sean?! — Sugirió casi gritando y yo no pude evitar soltar una carcajada.

— ¡No, Pau! Tampoco fue él.— Le negué rápidamente. — Mira, dejame mostrarte una cosa antes de que te revele quién fue el príncipe. — Me saqué el pañuelo que tenía y estaba esperando a ver cuál sería su reacción.

— ¿Eso es lo que estoy pensando?— Preguntó incredula.— ¡CHUPONES! Entonces ese no fue un príncipe azul, ¡fue un vampiro! Ay, Mica, termina con esta agonía y contame, ¡por favor!

— ¿De verdad no lo podes adivinar? ¡Pienso que ahora está tan obvio!

— Tan obvio... — Repitió cerrando los ojos y pensando.—¡Espera! No me vas decir que el chupa-cabra que te hizo eso fue... ¡¿Bruno?!—Dedujo ella y yo sonríendo de oreja a oreja se lo confirmé.

— ¡Si, fue él!

Ella comenzó a gritar animada y tuve que tapar su boca nuevamente.

— ¡Calmate, Pau! Mi mamá está por acá y puede escucharlo todo

— Pero eso fue demasiado, Mica. ¿El idiota finalmente reaccionó? ¡Quiero saber todos los detalles!

Entonces, le conté un resumen de todo lo sucedido. Desde mi casi beso con Nacho hasta detallarle todo lo que había pasado con Bruno.

Más Que Hermanos [Adaptada]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu